Isidro Fainé anuncia una crisis de duración e intensidad inciertas
El presidente de CEDE u de la Fundación La Caixa pide un amplio consenso político
El mensaje de Isidro Fainé fue contundente: "Nos enfrentamos a una realidad internacional muy cruda y especialmente grave en España, y no parece fácil que tengamos una recuperación rápida". El presidente de la Fundación CEDE y de la Fundación Bancaria La Caixa afirmó, durante la clausura del XIX Congreso de Directivos CEDE, celebrado este miércoles en el Palau de les Arts de Valencia y que contó con la asistencia del rey Felipe VI, donde aseguró que es momento de "ayudar a superar esta situación de crisis compleja desde nuestro rol de empresarios y directivos". En este sentido, afirmó que "debemos estar mentalizados y preparados para un periodo de dificultades cuya duración e intensidad son inciertas, ya que hoy por hoy, nadie está en condiciones de realizar pronósticos fiables sobre estas cuestiones".
Durante su discurso, hizo referencia a Donald Rumsfeld, exsecretario de Defensa de los Estados Unidos de América, cuando señaló que, cuando analizamos el posible curso de acción de un fenómeno inesperado, debemos contar que habrá tres tipos de factores en juego: los que conocemos; los factores que sabemos que no conocemos y los que no sabemos que no conocemos. "Por desgracia, todo lo que rodea al coronavirus forma parte de este último grupo".
Porque, según Fainé, esta crisis y la posterior recuperación tendrán efectos muy desiguales: unos países se desenvolverán mejor que otros; unos sectores funcionarán mejor que otros; unas empresas saldrán fortalecidas, mientras que otras se debilitarán e incluso podrían desaparecer; y unos colectivos sociales, en última instancia, sufrirán más que otros, como ya se empieza a ver.
Y estar en uno u otro grupo dependerá, afirmó, de varios factores: de la solidez y la flexibilidad que tuviera cada país o empresa antes de la irrupción de la pandemia; de la capacidad de gestión durante la crisis, en todos los ámbitos de las esferas públicas y privadas; y de la rapidez para adaptarse al nuevo entorno que surgirá después de este traumático episodio.
Para Fainé, "esta pandemia no es una crisis cualquiera, es una crisis transformadora. Está actuando como catalizador de diversas fuerzas de cambio que ya estaban en marcha, además de ser el desencadenante de otras nuevas tendencias". Porque España tiene bazas a jugar para situarse entre los ganadores, pero no nos engañemos, no lo tenemos nada fácil".
Por un lado, añadió, "hemos comprobado, con cierta frustración, lo que ya sabíamos: que antes de la crisis, no habíamos hecho todos los deberes para construir una economía: sólida, flexible y, por tanto, resiliente, como las de algunos países del Norte de Europa". Por otro lado, expresó el directivo, "hemos visto con esperanza que las políticas públicas, así como las actuaciones de las empresas y de los trabajadores, han intentado proporcionar las mejores respuestas posibles, pero los resultados han sido más bien dispares, ya que en algunos casos, no han alcanzado los niveles deseados". Aun así, afirmó, se está a tiempo de mejorar.
Durante su intervención, el veterano ejecutivo animó a que España crea en sus posibilidades. "Pensemos que podemos y debemos situarnos en el grupo de los países delanteros en Europa y de ese modo, encarar con las mejores garantías el mundo que vendrá después de la covid-19". Para ello, cree que es necesario completar cuanto antes los deberes atrasados, a fin de poder cumplir, primero, las condiciones que establezca la Unión Europea para recibir los fondos anunciados; y, segundo, para reactivar la economía sin perder la estela de Alemania y Francia.
"Los próximos meses serán decisivos, porque a mediados del año que viene tendrán lugar dos acontecimientos cruciales: y estarán concretando los proyectos de inversión que recibirán fondos del tan esperado Plan Europeo de Recuperación, y el Banco Central Europeo estará revisando los términos de sus Programas monetarios de emergencia". Por tanto, los representantes políticos deben acordar y comprometer una agenda de reformas estructurales amplias, profundas y estables, así como culminar reformas de esta envergadura pasa por alcanzar consensos políticos amplios. En esta materia, apuntó Fainé, "solo podemos confiar en la racionalidad de nuestros líderes políticos", por lo que se sumó a las voces de los distintos participantes en el Congreso, que reclamaron a lo largo de la mañana a las distintas fuerzas políticas que estén a la altura que exige el momento actual, y que antepongan los intereses del conjunto del país a cualquier otra consideración.
"Empresarios y directivos también estamos interpelados para que España aproveche todas las posibilidades del Plan Europeo de Recuperación. Porque las empresas españolas han dado una buena respuesta durante estos ocho meses tan duros. Pero es necesario hacer más y hacerlo mejor, en nuestra adaptación a la nueva normalidad", añadió, ya que es el momento idóneo para que buscar luz, en aquellos principios de gestión empresarial básicos que han demostrado utilidad a lo largo de los años y en todo tipo de circunstancias y avatares.
También aprovechó su discurso para ensalzar la figura del líder transformador, aquel que encara con determinación las nuevas situaciones y los nuevos retos, "y lo hacen con inteligencia y con prudencia", ya que son optimistas porque saben que con su buen hacer serán capaces de ayudar a que la empresa supere los tiempos más adversos, además son sabedores de que la empresa tendrá que transformarse continuamente para competir cada vez más en un entorno exigente y cambiante.
Y recalcó que en los tiempos actuales de crisis económica y social, la relevancia de la misión de la empresa adquiere una importancia singular. El auge de "la responsabilidad social corporativa es un movimiento que debemos recibir con agrado, de hecho, es especialmente bienvenido en el contexto de precariedad social derivado de la profunda crisis económica que atravesamos".
Las empresas, en este momento, deben tener un compromiso con la sociedad, su presente, de lucha contra los más afectados por la pandemia y su interés por el bienestar de las generaciones futuras y de la sostenibilidad del planeta. Porque si algo ha dejado la pandemia es la relevancia e importancia de la transformación digital, así como de la nueva economía más respetuosa con el medioambiente, ya que "los ciudadanos del mundo teñirán de verde en el marco de la lucha contra el cambio climático, que será testigo de transformaciones profundas en los hábitos y formas de consumo de los clientes; y que requerirá el compromiso de todos para conseguir un modelo más justo socialmente".
Por último, aseguró que la sociedad española necesita aprovechar al máximo todos sus recursos para hacer frente a la crisis y a los retos de futuro. "Necesitamos exprimir la creatividad; mejorar la productividad; y reforzar la vocación de servicio para superar la cruda realidad",