Los escándalos explican que las Big Four se hayan vuelto más selectivas
La nueva regulación limita su capacidad de vender otros servicios, y el riesgo reputacional les vale aún menos la pena
Los contables son cada vez más exigentes. PwC ha renunciado a auditar Boohoo después de que el minorista de moda rápida fuera acusado en verano de pagar a los trabajadores británicos de su cadena de suministro menos del salario mínimo y exponerlos al Covid. Una revisión independiente le dio más tarde un plan de mejora, pero PwC está asustada, y no le sale a cuenta arriesgar su reputación.
Los colapsos de empresas de alto perfil y el escrutinio que provocan hacen temblar a las Big Four. Recientemente, EY no pudo detectar un fraude de 1.700 millones de euros en Wirecard. El mes pasado, el regulador de contabilidad británico indicó que había encontrado infracciones en la auditoría de KPMG a Carillion, que colapsó en 2018. Este mes las cuatro firmas le dirán al organismo de control cómo planean aislar sus auditorías de otros negocios como la consultoría para mejorar los estándares. Más clientes en las primeras páginas de los periódicos por las razones erróneas no ayudarán.
No es solo Boohoo. La semana pasada, Deloitte renunció a auditar a la operadora de estaciones de servicio EG Group, por preocupaciones sobre la gobernanza y los controles internos, según el FT. En marzo, EY renunció como auditor de Finablr, una fintech con problemas, es cierto, cuando ya estaba al borde del colapso. El número de cotizadas en el mercado alternativo de Londres AIM auditadas por las Big Four se redujo a 218 este mes desde 281 hace un año, según Adviser Rankings.
Los jóvenes fans de Boohoo, aparentemente despreocupados por las cuestiones éticas, hicieron subir sus ingresos en un 45% en marzo-agosto respecto a 2019. El plan de un bonus de 164 millones de euros para la dirección, incluyendo al multimillonario accionista y cofundador Mahmud Kamani, también ha sido criticado.
¿Y qué gana PwC por trabajar con Boohoo? Se le pagaron 14.000 euros el año pasado; ingresa 36.000 millones en total en el mundo. La nueva regulación limita la capacidad de PwC de vender otros servicios, limitando potencialmente sus ganancias. El riesgo de que se les asocie con más malas noticias apenas parece valer la pena.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías