Las Bolsas en tiempos de coronavirus
La evolución de los mercados sigue sometida a una elevada incertidumbre. La cautela y la diversificación son las mejores recomendaciones
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El impacto del coronavirus en la sociedad y como consecuencia de él la crisis económica desencadenada por el confinamiento y los posteriores rebotes están marcando el devenir de las Bolsas en 2020. En un principio, parecía que se trataba de un cisne negro. Los cisnes negros (black swan), denominados así por Nassin Taleb, son aquellos sucesos imprevistos e improbables que aparecen cuando menos los esperas y tienen un gran impacto negativo en los mercados.
Sin embargo, no se puede hablar de cisne negro, ya que existen tres diferencias básicas en relación a ellos:
En primer lugar, por su naturaleza de carácter global, ya que la pandemia ha afectado prácticamente a todos los países del mundo, con algunas excepciones como las Islas del Pácifico Sur, Corea del Norte y Turkmenistan.
En segundo lugar, por la fuerte intensidad con la que ha golpeado a los seres humanos (más de 23 millones de afectados y más de 800.000 muertos).
Y en tercer lugar, por afectar a un ámbito temporal largo, más de 8 meses, a día de hoy.
La epidemia del virus del Covid-19 se declaró en enero en China, en concreto en Wuhan, y provocó fuertes caídas en las Bolsas de todo el mundo. El lunes 27 de enero, la mayoría de las Bolsas cayeron entorno al 2%, con la excepción lógica de la Bolsas Chinas que descendieron mucho más, un 7,72% la de Shanghái y un 8,45% la de Shenzhen. Sin embargo, la caída de las Bolsas chinas hubiera sido mayor de no coincidir con el cierre de dos semanas por la celebración del nuevo año lunar de la Rata y con las fuertes inyecciones de liquidez que hizo rápidamente el Banco Central de China.
Pero un mes después, cuando parecía que las Bolsas se estaban recuperando, el lunes 24 de febrero se propagó el virus fuera de China, especialmente en Irán, Corea del Sur e Italia y se produjeron nuevas caídas de los índices.
La propagación del virus a España provocó un desplome del Ibex 35 del 14,61% el 12 de marzo hasta situarse en 6.350 puntos. Sin embargo, el mínimo anual se alcanzó el 16 de marzo, con 6.107 puntos, es decir, con una caída del 39,43% en relación al máximo anual de 10.083 puntos, alcanzado el 19 de febrero. Asimismo, en Estados Unidos el S&P 500 cayó el 16 de marzo un 11,68% hasta quedarse en 2.386,13 puntos.
La epidemia del coronavirus ha hecho desaparecer la sensación de tranquilidad que vivieron las Bolsas en 2019, que fue un año bursátil magnífico. El Ibex 35, que registró la menor rentabilidad de entre los principales índices bursátiles mundiales, subió un 11,82%, mientras que el S&P 500 experimentó un alza del 28%.
La sensación de intranquilidad que produce el coronavius en los inversores es muy relevante y se refleja en el índice VIX que mide la volatilidad implícita en el S&P 500, el cual se disparó a partir del 20 de febrero, día en que estaba en un nivel bajo, 15,56 puntos, y siguió en ascenso hasta el 16 de marzo, cuando alcanzó su máximo histórico, en 82,69. Actualmente, debido a las actuaciones en el campo de la salud pública y a las políticas de los bancos centrales, los gobiernos y las instituciones internacionales, se ha situado a finales de agosto en 23,93 puntos, lejos aún de los niveles de 12 puntos de principios de año.
Si bien, hay que señalar que tanto en el inicio del brote en China como en su esparcimiento posterior fuera de China, no todos los valores han sufrido la misma volatilidad. Los valores más volátiles han sido los más expuestos al ciclo económico, tales como el turismo (aerolíneas, empresas de reserva de billetes, hoteles, petróleo) y los valores bancarios.
La preocupación por el Covid-19 en el campo sanitario y económico no ha cesado, tanto por los posibles rebotes como por la recuperación de la economía. Pero ni la recuperación de la economía ni de las Bolsas ha sido igual en todos los países.
El índice bursátil más agraciado ha sido el Nasdaq, marcando actualmente un hito histórico, en niveles cercanos a los 12000 puntos, con una subida del 70% desde el valor mínimo del 16 de marzo y del 30% desde principios de año.
En el extremo contrario, es decir, el más perjudicado ha sido el Ibex 35, con una caída desde principios del año del orden del 25,7% y desde el minímo de marzo con una recuperación del 16%, pasando de 6107 puntos a 7135 actualmente.
El mal comportamiento del selectivo español en relación a la mayoría de índices bursátiles se debe en gran parte a su propia composición, en la que no existe representación de los valores de nuevas tecnologías, plataformas de medios de pago y comercio electrónico que son los que viven su mejor momento bursátil.
La evolución futura de los mercados bursátiles encierra una gran dosis de incertidumbre, ligada a los retos sanitarios, económicos y políticos. Por tanto, la cautela y la diversificación son la mejor recomendación.
Montserrat Casanovas Ramón es Vicepresidenta de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas de España y Catedrática de Economía Financiera