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Golpe maestro de la Fed: 10.100 millones bastan para consolidar la calma en la deuda corporativa

Su programa tiene una capacidad de 750.000 millones de dólares. El anuncio del plan en marzo bastó para relajar los diferenciales

FED Balance
Belén Trincado / Cinco Días
Nuria Salobral

La comunicación se convirtió tras la crisis de Lehman en una herramienta clave de política monetaria para los bancos centrales, y la Reserva Federal conserva intacto el poder arrollador de su mensaje. La gravedad de la crisis económica desatada por el coronavirus ha llevado a la Fed a tomar drásticas medidas, como dejar los tipos de interés al cero y lanzar por primera vez un programa de compras de deuda corporativa. La institución anunció el 23 de marzo esta medida y su sola mención, insólita hasta el momento en la trayectoria del Banco Central estadounidense, bastó para calmar de inmediato la escalada de los diferenciales de la deuda corporativa a nivel global.

Tal anuncio tuvo un efecto de cortafuegos capaz de recordar a las palabras pronunciadas por Mario Draghi en lo más crudo de la crisis del euro en 2012, cuando su compromiso de hacer todo lo necesario por salvar la moneda única frenó la escalada imparable de las primas de riesgo. En el caso de la Fed, únicamente el mensaje ha bastado igualmente para contener el golpe.

La institución no comenzó la compra efectiva de deuda corporativa en el mercado secundario hasta mediados de junio y a finales de julio el volumen adquirido es de apenas 12.000 millones de dólares (10.157 millones de euros). Una cantidad ínfima para la potencia de fuego prevista en el programa, por un total de 750.000 millones de dólares (634.840 millones de euros). En definitiva, un indiscutible efecto tranquilizador en el mercado con un gasto mínimo.

“El anuncio de la Fed tuvo un efecto positivo muy significativo en el mercado de bonos y en el bursátil. Por el contrario, la decisión del BCE del 12 de marzo de elevar su programa de compras y el lanzamiento del plan extraordinario antipandemia una semana después apenas tuvieron efecto en los diferenciales de la deuda con grado de inversión en euros”, apunta Standard & Poor’s. “A la Fed no le ha hecho falta comprar apenas deuda corporativa, con el anuncio ha bastado.

La Fed no ha llegado a comprar en mercado primario, a diferencia del BCE

Los inversores siguen el paso de la Fed y están comprando en mercado, la Reserva Federal no necesita intervenir”, explica José Manuel Amor, experto de AFI. De hecho, el programa de compras por hasta 750.000 millones de dólares contempla la adquisición en el mercado secundario y también en el primario, una opción esta última muy empleada por el BCE –que llega a adquirir más del 30% de las emisiones de deuda de las empresas– y que la Fed ni siquiera ha utilizado aún.

Los 12.000 millones de dólares en compras de deuda corporativa por parte de la Fed corresponden principalmente a las realizadas a través del ETF lanzado y con el que se pretende replicar el universo de los bonos en el mercado secundario. Las compras directas de deuda corporativa en el mercado son, de hecho, muy inferiores, por apenas 3.550 millones de dólares. Apenas una gota de agua en el océano de 1,8 billones de dólares de activos elegibles del plan, por encima de los 1,1 billones de euros del programa de compras de deuda privada del BCE.

La Reserva Federal fue además un paso más allá al anunciar, también el 23 de marzo, que compraría deuda corporativa con un rating inferior al grado de inversión, con la condición de que el activo hubiese perdido ese nivel a partir del 22 de marzo –con motivo de la pandemia– y de que el rating no sea inferior a BB- en el momento de la emisión. El resultado, además de la relajación generalizada en las primas de riesgo, ha sido una avalancha de emisiones corporativas en Estados Unidos.

El plan de compras corporativas ha provocado una avalancha de emisiones en EEUU

Oleada de emisiones

Las compañías estadounidenses con grado de inversión ha emitido en lo que va de año un volumen récord de 1,3 billones de dólares, cerca del 80% más que en el mismo periodo del año anterior, según Bank of America. Solo en marzo, y pese a que buena parte del mes estuvo dominado por las turbulencias financieras, se estableció un primer récord mensual de emisiones de 265.000 millones de dólares, según apuntan desde S&P. El anuncio del programa de compras de la Fed, al que los inversores han respondido con intensas compras, ha servido por tanto a las compañías estadounidenses para hacer acopio de liquidez ante la crisis.

En sus adquisiciones, la Fed se está concentrando en los grandes grupos. De hecho, ha favorecido por ejemplo que Alphabet, la matriz de Google, emitiera el 4 de agosto 10.000 millones de dólares a un interés mínimo sin precedentes.

La Fed tiene opción para adquirir deuda de alrededor de 800 compañías estadounidenses, si bien sus compras se están concentrando en un número muy inferior de empresas, entre las que figuran nombres como General Motors y Ford, la aerolínea Boeing y las hoteleras Hyatt Hotels y Marriott, sectores especialmente afectados por la crisis. También petroleras como Exxon Mobil y Chevron, a las que se suman AT&T, Home Depot, WalMart, IBM, Medtronic, Pepsico, Coca-Cola, Caterpillar, Berkshire Hathaway, el brazo inversor de Warren Buffett, o Philip Morris. Entre la deuda adquirida, solo el 3% tiene el rating mínimo de BB-, mientras que el vencimiento medio de los activos es de 2,9 años, frente a un tope establecido en cinco años.

En el momento actual, los expertos no ven motivos para que la Fed acelere sus compras. “Esperará a que se materialice la inevitable presión a escala mundial en los activos de riesgo en septiembre u octubre para volver a intervenir con gran contundencia, haciendo las veces de seguro”, auguran en Nordea.

Estímulos constantes y medidas en estudio

Compra de activos. La Fed ha ralentizado su ritmo de compras de deuda, si bien prevé mantener un volumen total de unos 80.000 millones de dólares mensuales, sin fecha prevista para su finalización. La crisis impone la continuidad de los estímulos y en S&P prevén que los tipos no subirán en EE UU hasta al menos 2023. 

Récord. El tamaño del balance de la institución se ha disparado hasta los casi 7 billones de dólares y podría crecer a finales de año hasta representar el 40% del PIB de EE UU, según S&P. Un incremento en el ejercicio de 21 puntos porcentuales

Más medidas. La Fed tantea el control de la curva de tipos, con el fin de establecer un nivel de rentabilidad para la deuda, una medida que podría anunciar en septiembre. Y descarta llevar los tipos de interés a terreno negativo.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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