La ocupación hotelera se desplomó al 20% en junio
Madrid y Barcelona fueron los destinos más afectados, ya que apenas cubrieron una de cada diez habitaciones disponibles
La reactivación del turismo va a tardar mucho más de lo previsto inicialmente. La eliminación de los obstáculos a la movilidad de los ciudadanos españoles con el fin del estado de alarma no surtió el efecto esperado en la llegada de viajeros a destinos vacacionales en junio. El barómetro hotelero de junio que han elaborado Cushman & Wakefield y STR refleja que solo el 37% de la planta hotelera estuvo abierta durante ese mes y que la ocupación hotelera se desplomó al 20% de las habitaciones disponibles, con fuertes diferencias por destinos.
Los más afectados fueron los urbanos, con Madrid y Barcelona a la cabeza, en los que la ocupación media se derrumbó al 10%, frente al 20% de Baleares y Canarias o el 35% de los destinos peninsulares de sol y playa. "Evitar cruzar fronteras, buscar destinos más aislados, y el no depender de medios de transporte a terceros como las aerolíneas y poder acceder en coche, por ejemplo, son las razones de este empuje de esos últimos destinos”, explica Javier Serrano, director general de STR en España y Portugal.
En el acumulado del primer semestre, la ocupación cayó al 33% frente al 73% registrado en el mismo período de 2019, con Baleares y Barcelona a la cola, con ocupaciones del 21,2% y del 32,5%, frente a Málaga y Canarias, con tasas del 47% y del 44,5%, respectivamente. "El sector vacacional en la península, menos dependiente del turismo internacional, puede afrontar mejor la temporada, mientras que en destinos urbanos y destinos insulares puede ser que muchos establecimientos permanezcan cerrados hasta septiembre o incluso finales de año ante la falta de demanda", recalca Albert Grau, socio de Cushman & Wakefield Hospitality en España.
La menor ocupación ha presionado a la baja a los precios, que acumulan un descenso medio del 16% respecto al primer semestre de 2019. Los mayores ajustes de tarifas se han producido en Marbella (30%), Baleares (27%) y Sevilla (23%). "La presión bajista en los precios para mantener ocupación puede ser protagonista en los próximos meses. Los hoteleros y el conjunto de las administraciones deben seguir trabajando para atraer turismo a través de una estrategia de calidad que no debería truncarse por culpa del contexto desfavorable”, asegura Grau.