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¿Invierto el dinero que me ha devuelto Hacienda?

Rentabilizar ese dinero ‘extra’ nos va a ayudar a pensar a largo plazo y cumplir nuestros objetivos

Terminada la campaña de la renta, lo que toca -para más de 14 millones de personas- es recibir el importe que en nuestra cuota diferencial nos salía como negativo.

A comienzos de mes, la Agencia Tributaria había devuelto ya más de 7.500 millones de euros a un total de 11.492.000 contribuyentes. Si hemos sido algunas de esas personas, ¿qué podemos hacer con ese dinero que nos ha llegado a nuestra cuenta?

Para no malgastarlo y sacarle partido, lo primero que debemos tener en cuenta es que, aunque puede que muchas personas lo perciban como un dinero ‘extra’ porque no contaban con que la declaración les saliera a devolver este año o pensaban que la cifra iba a ser inferior, lo que Hacienda nos devuelve es, en realidad, lo que hemos pagado de más durante el ejercicio anterior porque, por ejemplo, nos han podido estar reteniendo más en nuestro trabajo.

La realidad es que muchas personas se planifican los próximos meses o piensan en pagar algún gasto extra -como, por ejemplo, las vacaciones- teniendo en cuenta esa devolución de Hacienda porque año tras año -aplicándose las mismas deducciones y con unas circunstancias parecidas- el resultado de su declaración no varía. Con todo, este año la devolución de Hacienda llega en un entorno marcado por la crisis del COVID-19 y su impacto en nuestros bolsillos.

Si bien es cierto que la tasa de ahorro de los hogares subió tres puntos en el primer trimestre del año -respecto a los tres meses anteriores- hasta situarse en el 11,3% de la renta disponible y que los depósitos de las familias han marcado cifras récord, hasta los 882.100 millones de euros, la paralización de la actividad ha hecho que muchas personas sufran estos meses una reducción de sus ingresos, por lo que la devolución de Hacienda puede ayudar a sufragar gastos del día a día o hacer frente a deudas de corto plazo.

Y es que, antes de decidir en qué gastamos ese dinero, lo primero que debemos hacer es analizar nuestra situación financiera, ver nuestros gastos, ingresos y si tenemos alguna necesidad inmediata de liquidez que podamos sufragar con ese dinero. De lo contrario, si no lo necesitamos, podemos pensar a largo plazo y sacarle partido acudiendo a los mercados financieros.

Invertir para reinvertir

Las ventajas fiscales de los planes de pensiones suelen ser uno de sus mayores reclamos, lo que hace que la inversión en estos productos se concentre en la recta final del año, sobre todo en diciembre, que es cuando nos solemos acordar de la deducción y se nos acaba el plazo para poder aportar y deducirnos cuando presentemos la declaración el año que viene.

Así, si ya somos partícipes de un plan de pensiones, podemos aprovechar la devolución de Hacienda para volver a aportar y hacerlo, además, de forma periódica. Por ejemplo, una persona que esté en el tipo máximo -contando la escala estatal- y que haya aportado el máximo que permite la ley, es decir, 8.000 euros, y se pueda deducir también el máximo -el límite es la menor de estas dos cantidades: 8.000 euros o el 30% de los rendimientos netos del trabajo-, se deducirá cada año 3.600 euros, que puede aprovechar para reinvertir en nuevas aportaciones.

¿Y si creemos que nuestra cartera de inversión no se ajusta a nuestras necesidades? La devolución de Hacienda puede ser una buena oportunidad para hacer balance de nuestras inversiones y ver si estamos eligiendo los productos que necesitamos para cumplir nuestros objetivos. Puede que nuestro horizonte temporal haya cambiado o alguna de nuestras circunstancias personales, por lo que necesitaremos rebalancear nuestra cartera. Y, como en el caso de los planes de pensiones, podemos ir haciendo aportaciones periódicas para aprovechar todas las oportunidades que nos da el mercado y mitigar los efectos de la volatilidad en el corto plazo.

Oportunidad para pensar a largo plazo

Si, por el contrario, mantenemos nuestro dinero ‘debajo del colchón’, la devolución de Hacienda nos puede servir de empujón para comenzar a sacarle partido a nuestro dinero. En este punto, lo primero que debemos tener en cuenta es que, si mantenemos nuestros ahorros parados en una cuenta o depósito, corremos el riesgo de ir perdiendo poder adquisitivo a medida que avanza el tiempo.

Con un ejercicio de planificación financiera comenzaremos a tener una visión de largo plazo y definiremos cuáles son nuestros objetivos y qué coste tienen. Esto nos va a ayudar a coger las riendas de nuestro presente para poder cumplir los objetivos que queremos en el futuro.

Otro factor que debemos tener en cuenta es que lo importante, como casi todo en la vida, es empezar, por lo que no debemos preocuparnos si al principio invertimos poco porque, a medida que pasa el tiempo y van cambiando nuestras circunstancias, podemos ir incrementando nuestras aportaciones. Las cifras nos demuestran que es más rentable ir invirtiendo poco a poco -aunque sea una cantidad pequeña- que invertir más cantidad, pero durante menos tiempo.

Por ejemplo, al invertir 200 euros al mes desde los 25 años, al llegar a los 67 años el capital final que obtenemos es de 202.612 euros, mientras que, si esperamos hasta los 45 años e invertimos el doble, 400 euros al mes, la cuantía final que obtenemos es de 155.139 euros, un 23% menos. A pesar de duplicar la cantidad que se invierte anualmente, el coste por retrasar 20 años la decisión de invertir es de casi 50.000 euros, es decir, cuanto antes empecemos a invertir, menor será el esfuerzo de ahorro que tendremos que hacer y mejores resultados obtendremos.

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