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Encuentros CincoDías-Minsait

‘Big data’ y nube impulsan el futuro del sector energético tras la pandemia

Clasificadas entre las actividades esenciales durante el estado de alarma, las compañías han tirado de las inversiones en digitalización para garantizar la continuidad de sus servicios y apuestan fuerte por las nuevas tecnologías de cara a la recuperación

Transformación digital. De ella se habla desde hace años y en referencia a la práctica totalidad de las actividades económicas. La crisis sanitaria que ha golpeado España como el resto del mundo a partir del pasado mes de marzo, sin embargo, ha marcado un claro punto de inflexión en la digitalización de muchos sectores. La emergencia provocada por el nuevo coronavirus obligó a cambiar la forma de trabajar de un país entero en cuestión de días y las medidas de confinamiento, adoptadas para contrarrestar la pandemia, han servido de potente acelerador para profundizar en la implementación de soluciones digitales en muchas empresas.

En este contexto, la tecnología se ha vuelto ya una herramienta imprescindible para desenvolvernos en el nuevo mundo al que nos ha trasladado la expansión del Covid-19, y el sector energético no es una excepción. Esta es la principal conclusión a la que han llegado los máximos responsables de las tecnologías de la información de las empresas energéticas españolas más relevantes, que CincoDías, en colaboración con Minsait (Indra), reunió por videoconferencia en el primer desayuno informativo de un ciclo dedicado al futuro de la economía al calor de la pandemia: El sector energético frente al Covid-19, retos y oportunidades.

“Durante el confinamiento, el papel clave en esta crisis lo tuvo la respuesta humana”, arranca Valero Marín. No obstante, para el CIO y CDO de Repsol, esta fue posible gracias a la tecnología digital, al permitir que las empresas de un sector cuyas actividades se clasifican entre las esenciales “mantuviesen sus operaciones hasta en el estado de alarma”. La tecnología fue el factor que “garantizó la continuidad del suministro”, conviene Ana de Anca, CIO de Red Eléctrica de España. Sin los planes de transformación digital acometidos en los últimos años, “la producción hubiese sido mucho menor”, admite.

Si la respuesta de Endesa a la crisis giró alrededor de tres ejes, es decir, mantener la seguridad de las personas y del suministro, atender a los clientes y desarrollar unas acciones solidarias, lo que facilitó el llevarla a cabo fue la tecnología, según Manuel Marín. El director general de digital solutions de la firma señala que estar en la nube ha sido imprescindible durante la emergencia, así como contar con una sólida red de telecomunicaciones. De la misma manera, para el CIO de Enagás, Nicolás Elías, la llamada nube híbrida es lo que les permitió “ganar flexibilidad de forma muy ágil”. Asimismo, hace hincapié en el papel de la automatización de procesos –es el caso de la firma digital– o del desarrollo de sistemas de gestión orientados al rendimiento y que fomentan el teletrabajo en lugar del presencialismo.´

Inversiones acometidas

Fernando Lucero, CIO de Iberdrola, se dice convencido de que la pandemia ha venido a demostrar que “todas las inversiones acometidas en digitalización tenían sentido” y, al respecto, subraya que estas han permitido la automatización de los centros de control, la utilización de herramientas colaborativas que acompañan el teletrabajo –al que fue destinado el 99% de la plantilla de la compañía–, y el apoyo prestado a empresas de servicios que trabajan con ella. “Estamos muy satisfechos porque no hemos tenido problemas con nuestros clientes, pese a que el 95% de nuestra gente trabaja ahora desde casa”, afirma, en la misma línea, Leonardo Benítez, director global del mercado de energía y utilities del proveedor tecnológico Minsait. “Gracias a la tecnología, el servicio no se ha visto afectado”, insiste.

No todos los cambios que trajo la pandemia, sin embargo, están destinados a tener una vida larga. Para Manuel Marín, desaparecerá la cámara termográfica con la que se mide la temperatura a las personas, por ejemplo. Aun así, algunas lecciones aprendidas no se podrán borrar: “Ya no trabajará desde casa solo un pequeño porcentaje de la plantilla y solo un día por semana, como era habitual antes de la pandemia”, expone, “la formación, que antes se daba también de forma presencial, será solo en remoto, y la centralidad de los canales digitales de atención al cliente se confirmará”. Algo en que coincide Valero Marín. “La omnicanalidad en la relación con el cliente ha llegado para quedarse, y tenemos que formar a los empleados para que todos sepan lo que es y todos conozcan el big data”, augura. Por ello, su empresa ha lanzado Data School, una formación en la que se revoluciona no solo el medio utilizado para vehicularla sino también el contenido.

Optimización

De cara al futuro, tanto Lucero como Benítez creen que las inversiones en digitalización tendrán que centrarse en la optimización de las operaciones para hacerlas más resilientes, dotar de inteligencia artificial los canales digitales que se utilizan para atender a los clientes y garantizar la seguridad de todas las conexiones. A lo que el representante de Minsait añade la oportunidad, que brinda la tecnología, de luchar contra el cambio climático a través del apoyo a la transición energética.

Para Elías, el objetivo ahora debe ser eliminar los cuellos de botella en el suministro, lo que significa que los elementos básicos para tomar decisiones tendrán que ser los datos. En sus palabras habrá que poner el foco también en “la realidad aumentada, el soporte en remoto a través del 5G, la ciberseguridad y la innovación en energía renovable”.

Que la transición energética como motor de la economía sea uno de los retos más importantes que tiene por delante el sector es algo en que coincide De Anca. Pero “gestionar un sector en el que las renovables van a tener un peso cada vez mayor requiere inevitablemente contar con el internet de las cosas (IoT)”, destaca la representante del operador del sistema eléctrico. “El horizonte de 2050 para completar la transición puede parecer muy lejano, por eso nos comprometemos también en el corto plazo; en este compromiso, la tecnología digital nos permite ser eficientes en las operaciones, así como en el desarrollo de nuevos modelos de negocios”, asegura Valero Marín.

El creciente y complejo entramado de datos que el sector maneja a través de las tecnologías digitales representa otro gran reto, según este interlocutor, quien destaca la evolución de los sistemas de Repsol para que cumplan estrictamente las normas sobre privacidad y las inversiones en ciberseguridad y en la necesaria formación de los empleados en estos temas.

Todos coinciden en que el esfuerzo de inversión del sector en tecnología digital ha sido enorme y no menguará cuando llegue el pico de la crisis económica provocada por la pandemia. “Entre 2016 y 2019 Endesa invirtió unos 1.200 millones de euros en la digitalización de sus diversas actividades y, de momento, no vamos a bajar el presupuesto”, constata Manuel Marín, quien señala que la apuesta de la empresa es “la plataformización del negocio”, es decir, utilizar herramientas que permitan tener en contacto todos los elementos de la cadena de valor. Para Elías, de Enagás, quien asegura que los recursos destinados a la digitalización aumentarán ligeramente, hay que invertir también “en la gestión del talento, para tener skills en la compañía y sacar provecho de los datos; son recursos escasos que requieren de una gestión global”.

Efecto tractor

De Anca aboga por seguir en la búsqueda de mayor eficiencia. “Hay que hacerlo mejor con el mismo dinero”, resume, y agrega: “En la transición energética es muy importante también la inversión en innovación, porque se necesitan nuevas herramientas; por esta razón, hemos creado una filial de Red Eléctrica dedicada exclusivamente a ello”. Por su parte, Lucero, de Iberdrola, subraya “el efecto tractor de estas inversiones”, en una recuperación que “tiene que ser verde, electrificada y con más renovables”.

“En nuestros informes de 2018 y 2019, el sector energético salió por encima de la media en cuanto a digitalización, aunque por debajo del financiero y telecomunicaciones”, explica Benítez, quien, no obstante, nota “una tendencia a ir rápido”. Para el representante de Minsait, su reto como proveedor tecnológico también del sector energético es “pasar del piloto a la implementación: le cuesta más, al ser un sector regulado”.

Lucero espera entonces que “el regulador se dé cuenta de que la transformación digital es necesaria para el sector, invierta también en tecnología y acorte los trámites administrativos cuando las empresas tienen que poner en marcha inversiones”. En la misma línea, para Elías “la transición requiere enormes inversiones, lo que se tiene que reflejar en el sistema de retribución”, aunque “es importante que estas inversiones se produzcan con la mayor eficiencia y rentabilidad posibles”.

“Las inversiones para la transición segura y la conexión con los mercados europeos van a ser grandes, por lo que tendremos que seguir trabajando con el regulador para que se nos reconozcan”, coincide De Anca.

La innovación como eje estratégico

Retos y acuerdos. Colaborar con las startups representa una modalidad muy efectiva de acelerar la implantación de nuevos modelos de negocio dentro de una empresa. “Es una manera de conseguir aquel talento que a lo mejor no tienes dentro de la organización”, apunta el CIO de Iberdrola, Fernando Lucero. De esta forma, la compañía analiza unas 200 startups cada año y, en algunas de ellas, entra con capital. También lanza retos al mercado para que empresas de este tipo lleguen con propuestas que, eventualmente, podrán ser financiadas por la compañía. Al mismo tiempo, estrecha acuerdos con instituciones académicas para promover la innovación. Algo muy parecido a lo que hace Endesa, a través de su red mundial de centros dedicados a la innovación, sus colaboraciones con universidades o sus ofertas al mercado a través de retos colaborativos o remunerados. “Tenemos también unidades internas de innovación, pero se mantienen solo si logran sacar productos, servicios o ideas en un plazo corto”, asegura su director general de digital solutions, Manuel Marín.

Apoyo interno. Por su parte, Enagás constituyó hace más de un lustro Enagás Emprende, una empresa que proporciona ayuda, a través de recursos internos y externos, a quienes quieran convertir una buena idea en una startup. “Ahora tenemos siete empresas creadas de esta forma y activas en el mercado”, indica el CIO de la firma, Nicolás Elías, quien subraya, además, la participación en empresas que trabajan en el ámbito del biometano y del hidrógeno. Red Eléctrica de España posee también una filial dedicada exclusivamente a la innovación, que estrenó marca la semana pasada. “Se llama Elewit y está pensada tanto para promover la innovación interna como para colaborar con empresas externas, es decir, invertir en startup que nos ayuden a impulsar nuestro plan estratégico”, explica la CIO del operador, Ana de Anca, quien destaca el canal llamado Tengo una Idea, en el que todos los empleados pueden proponer ideas que serán eventualmente desarrolladas internamente.

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