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Es hora de que los directivos de Boohoo mejoren en responsabilidad social

No es ni mucho menos la primera vez que se vigila la cadena de suministro de la compañía

A shopper walks pass advertising billboards for Boohoo and for 'Pretty Little Things', a Boohoo brand, at Canary Wharf DLR station in central London, Britain, September 17, 2018. REUTERS/James Akena
A shopper walks pass advertising billboards for Boohoo and for 'Pretty Little Things', a Boohoo brand, at Canary Wharf DLR station in central London, Britain, September 17, 2018. REUTERS/James AkenaJames Akena (REUTERS)

Boohoo vuelve a acaparar la atención en materia medioambiental, social y de gobierno corporativo. Un periodista infiltrado de The Sunday Times ha descubierto que una fábrica de Leicester, una de las proveedoras de la tienda de ropa en internet valorada en unos 4.400 millones de euros, paga a sus trabajadores muy por debajo del salario mínimo, y es posible que haya incumplido las normas de seguridad. Boohoo, cuyas acciones caían más de un 10% ayer al inicio de la sesión, afirma que la empresa no se encuentra en su lista de proveedores y que está investigando.

No es ni mucho menos la primera vez que se vigila la cadena de suministro de Boohoo: en enero de 2017, una investigación de Channel 4 sacó a la luz las pésimas condiciones de trabajo en un almacén en Lancashire. Los compradores hicieron caso omiso del escándalo y las ventas no se resintieron. Sin embargo, las acusaciones de que el proveedor de Leicester tampoco cumplió las medidas para impedir la propagación del Covid-19, y de que eso pudiera haber contribuido al pico de casos en la ciudad llaman la atención. Boohoo también las está investigando.

Sería arriesgado que Mahmud Kamani, cofundador y presidente ejecutivo de Boohoo, mirase para otro lado, porque el 78% de las acciones cotizan libremente en el mercado. Los inversores, presionados por unos titulares negativos o por un clamor popular, podría vender sin más las acciones. El plan de incentivos de unos 165 millones de euros para Kamani y otros directivos depende de que las acciones aumenten en dos tercios en tres años. Los inversores de esta empresa no tienen capacidad para rechazarlo. Pero los que no quieran que les acusen de no hacer nada podrían presionar y que el bonus venga acompañado de transparencia en las listas de proveedores y de medidas para aumentar las auditorías en toda la cadena.

Si estallan escándalos en el futuro, debería preverse algo para anular una parte de esta remuneración variable. Pero si Boohoo está haciendo realmente todo lo posible para acabar con las malas prácticas, eso no debería impedir que los directivos cobren su paga.

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