El agujero del Covid-19 en el turismo: 77.000 millones menos en ingresos en 2020
Naciones Unidas sitúa a España como la quinta nación más afectada en el mundo, por detrás de EE UU, China, Francia y Alemania.
España es el tercer país más visitado del mundo y el segundo por ingresos. La crisis del coronavirus ha frenado en seco el turismo en todo el mundo y eso va a tener consecuencias económicas dramáticas en las naciones que más dependen de los flujos turísticos como España. Un informe elaborado por Naciones Unidas pone cifras al desplome y analiza cómo afectará a los ingresos país por país. Y para ello establece tres escenarios posibles, en los que parte de la hipótesis de que el turismo pare en seco durante tres meses (conservador), durante ocho meses (intermedio) o durante los doce meses de 2020 (dramático). En función de cómo se desarrolle la industria de los viajes en la segunda mitad del año, el resultado puede variar entre los 1,1 billones de euros de menores ingresos en todo el mundo en el caso del escenario conservador hasta los 2,9 billones en el del dramático. Esta última cifra, recalca Naciones Unidas, es el doble del tamaño de los ingresos de la industria turística en todo el mundo.
Y España será una de las más afectadas de todo el mundo, ocupando la quinta posición en la clasificación de las pérdidas, tan solo por detrás de EE UU, China, Francia y Alemania. Teniendo en cuenta que el escenario más realista es el intermedio, con una pérdida de negocio equivalente a ocho meses, el coste de la crisis sanitaria para hoteles, agencias de viajes, alquiler de coches o transporte en España se elevaría a 77.091 millones de euros. Una cifra muy cercana a los 83.000 millones de euros que había pronosticado el lobby Exceltur en que caería la actividad turística a lo largo de 2020. De hecho, la cifra aportada de 83.000 millones procedía de una revisión a la baja de su anterior pronóstico (124.000 millones), como consecuencia de la apertura del tráfico aéreo en la Unión Europea a partir del 1 de julio y el levantamiento de las barreras a la movilidad interna desde el fin del estado de alarma el pasado 21 de junio.
En el ranking de naciones perjudicadas, la primera posición es para EE UU, que en el mismo contexto de caída que el asumido para España, perdería 323.000 millones de euros este año, seguida ya muy de lejos por China (aquí también incluye a Hong Kong) con 180.000 millones. En ambos casos, la profundidad del deterioro está justificada por el enorme mercado de turistas nacionales que tienen como consecuencia de lo elevado de su población (328 y 1.400 millones de ciudadanos). En tercer y cuarto lugar aparecen Francia y Alemania, con caídas ya muy parejas a las de España (82.138 y 79.849 millones de euros), puesto que el perfil del turismo es similar, con una gran presencia de viajeros internacionales, que han desaparecido desde el mes de marzo hasta julio por el cierre de fronteras y que ahora las tres naciones lo irán recuperando, pero de una forma muy paulatina. Buena prueba de ello es que la industria hotelera ha iniciado una desescalada muy lenta en España y apenas prevé tener abierta un tercio de la planta hotelera este verano.
Para mitigar el impacto negativo que la crisis sanitaria va a tener en el tejido productivo y en el empleo, Naciones Unidas recomienda la puesta en marcha de políticas sociales “que puedan prevenir los peores efecto de este shock”. En el caso de las empresas aconseja planes de rescate a empresas viables, como hoteles y aerolíneas, para evitar que vayan a la quiebra, o bien apoyo financiero. Unas políticas de asistencia que se han materializado especialmente en Francia y Alemania, con el rescate a Air France-KLM (7.000 millones), Lufthansa (9.000 millones) o TUI (1.800 millones), entre otros, mientras que en España tan solo se han cerrado algunas operaciones como los 1.000 millones de la banca avalados por el ICO para Iberia y Vueling o los 225 millones logrados por la hotelera NH.
El informe concluye que es importante tejer una red de protección para el empleo, dando subsidios y formación a aquellos cuyas empresas no tengan futuro y apoyo a través de ERTE a aquellos empleados cuyas compañías solo tienen un problema de falta de actividad. También hace una mención expresa a los mecanismos de protección a los autónomos por el importante peso que tienen en el turismo en todo el mundo. De los 2,3 millones de afiliados que trabajan en actividades turísticas en España, 480.280 (un 20,8% del total) son trabajadores por cuenta propia.