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Josep González (Pimec): “El coronavirus va a provocar el cierre de 600.000 pymes”

“Hay empresas que ante la disyuntiva de pedir un crédito del ICO, han optado por no abrir, porque no quieren endeudarse más” 

Josep González, presidente de Pimec
Josep González, presidente de Pimec

Josep González (Llimiana, 1945) lleva 23 años presidiendo la patronal de pequeñas y medianas empresas de Cataluña (Pimec), que representa a 130.000 socios y 300 asociaciones sectoriales. Un bagaje que le ha permitido asistir a las dos grandes crisis que ha vivido España en las dos últimas décadas y que le ha llevado a pensar que ahora mismo tanto la banca como el Estado están mejor preparados para asistir a las empresas, a través de liquidez y los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), para evitar la desaparición masiva de 2,5 millones de empresas en una crisis que arrancó en 2008 y se prolongó durante seis años. “Estoy convencido que los ERTE se prolongarán hasta final de año”, recalca.

R. El impacto de la pandemia ha sido especialmente visible en el sector servicios, con el turismo y el comercio entre los sectores más dañados. ¿Qué balance hace tres meses después del estallido de la pandemia?
R. La crisis del coronavirus ha pillado a la gente poco preparada. Pensaban que la magnitud era menos importante de lo que ha sido y la caída de la actividad ha sido muy brusca en España. Esta pandemia se puede comparar a la de 2008, en algunas cosas, pero la que estamos viviendo ahora es mucho más importante, porque ha sido un deterioro global, no ha habido país que no haya resultado afectado y las empresas con menos músculo han sido las más impactadas. En España, excepto el comercio no alimentario, el resto del comercio ha sufrido mucho por el traslado de negocio a las ventas online y el más afectado ha sido sin duda la restauración, ya que lleva tres meses cerrados, cuando el máximo debe ser un mes. La falta de ingresos le han puesto a prueba. Todos coinciden en que hay que ampliar los ERTE hasta final de año y estoy convencido de que se van a prolongar, ya que el Gobierno ha tenido la costumbre en todas las medidas que ha adoptado de tomarlas en el último momento. Habrá que hacerlo porque habrá muchos sectores que no habrán compensado la falta de ingresos con los del verano.

“2020 será un ejercicio sin beneficios en el que la prioridad tiene que ser aguantar y sobrevivir”

R. En este contexto, ¿cuáles son las previsiones que maneja sobre la demografía empresarial? ¿Podrán sobrevivir solo con ERTE y con crédito avalados por el ICO?
R. En encuestas que hemos realizado, sumando autónomos, micro y pymes, calculamos que el 20% de las empresas cerrarán, lo que supone que desaparecerán 600.000 empresas. El dato es orientativo. Nos hemos encontrado con empresas que ante la disyuntiva de pedir un ICO, han optado por no abrir, porque no quieren endeudarse más. Ya se han abierto los 100.000 millones para avales y los 15.000 millones para inversión. Pero ahora las empresas van a tener que pagar la extra de junio y las vacaciones y va a ser necesaria una inyección de liquidez en dos meses de poca facturación.

“Estoy convencido que los ERTE se prolongará hasta final de año, pero se hará en el último momento”

R. ¿Cómo prevé que será la salida de la crisis? ¿Prevé una recuperación rápida de actividad y empleo o será más lenta de lo previsto?
R. La reactivación irá poco a poco. Hay dudas si se recuperará en 2021 o habrá que esperar a 2022. Es como cuando arrancas un coche, no pasas directamente de primera a quinta. Será escalonada y habrá necesidad de mantener la liquidez y los ERTE, pero será necesario también acabar con la rigidez del compromiso del mantenimiento del empleo los seis meses posteriores al fin del ERTE, porque podría poner en peligro la supervivencia de las empresas. Ya hay empresas que nos han comunicado que prefieren devolver las bonificaciones y reducir plantilla. La gestión de los pagos también ha sido muy lenta y hay muchos empleados que no han cobrado. Se podría haber contado con anticipos por parte de la banca como se ha hecho en Italia. Esa complicidad de los bancos con los ERTE también habría permitido no pasar ese trago a tantas personas con problemas.
R. ¿Qué recomendación les están dando a sus socios respecto a como actuar?
R. Este año hay que hacerse a la idea de que será un ejercicio sin beneficios en el que la prioridad tiene que ser aguantar y sobrevivir. Esta pandemia ha sido tan dura que hay que aguantar este año casi sin ingresos y centrar el foco en reactivar la demanda. Si se centra en el beneficio, se va a sufrir mucho más.

“Si se abonaran las deudas impagadas a las empresas, se inyectaría 140.000 millones al sistema”

R. La morosidad y retraso en los plazos de pago fueron moneda de cambio habitual en la crisis de 2008 por parte de administraciones y grandes empresas para financiarse. ¿Cree que este fenómeno se podría repetir en la actualidad?
R. El cierre de empresas a partir de 2008 estuvo motivado por el ahogamiento financiero de las compañías. Ahora la amenaza está basada en la inactividad de tres meses. Las causas han sido diferentes, pero las consecuencias han sido las mismas. La morosidad se ha incrementado en el tejido de pymes y se está empezando a producir la rotura de la cadena de pagos. Hay gente que deja de pagar sus facturas y las grandes empresas también empiezan a retrasarse aunque espero que no llegue a los niveles de la anterior crisis. Cobrar a 180 días es una ilegalidad y es una inmoralidad. Creemos que la mejor manera de insuflar liquidez a las empresas es ponerse al día en el pago tanto el sector privado como el público. Si se pusiera al día, hubiéramos aportado a las pymes 140.000 millones de euros. Lo que sí nos parece importante y lo hemos pedido es que el año de carencia de los préstamos del ICO se alargue a dos.
R. Al margen del turismo y la restauración, la industria también ha quedado afectada y se ha acelerado el proceso de deslocalización. ¿Cómo se puede parar esa tendencia?
R. El sector industrial ha seguido perdiendo peso. En 2000 representaba el 18,7% del PIB y en 2019 es el 16%, frente al objetivo del 20% marcado por la UE. Una de las peticiones que hemos hecho al Gobierno es un plan de reactivación industrial a medio y largo plazo. Es de los cuatro sectores más importantes en creación empleo, junto a servicios, turismo, y construcción. Si queremos reducir la elevada tasa de paro estructural en España, hay que reactivar estos sectores. Hay que creer en la industria.

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