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Merkel y Macron llaman a los socios europeos a cerrar el presupuesto y el fondo de rescate en julio

La canciller alemana no espera una contraoferta de los frugales a los 500.000 millones en subvenciones

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, este lunes en Berlín.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, este lunes en Berlín.
Pablo Sempere

Nada de lo que digan Alemania y Francia, las dos principales economías de la Unión Europea, pasa desapercibido para el resto de socios. Mucho menos a falta de casi tres semanas para que tenga lugar la cumbre que intentará cerrar el fondo de reconstrucción comunitario y el presupuesto europeo para 2021-2027, al que va asociada la herramienta de recuperación. Este lunes, en Berlín, se han reunido la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, con el objetivo de impulsar la puesta en marcha de este fondo, presupuestado en unos 750.000 millones de euros. “Esperamos encontrar una solución” en clave europea, “aunque somos conscientes de que aún queda camino por recorrer”, explicó Merkel en rueda de prensa tras la reunión entre ambos mandatarios.

La cumbre franco-germana de este lunes no tenía como misión poner ninguna nueva propuesta sobre la mesa, sino escenificar, otra vez, que los dos pesos pesados de la Unión están de acuerdo en dar luz verde al grueso del plan diseñado por la Comisión, por el que se movilizarían unos 500.000 millones de euros en transferencias directas no reembolsables y otros 250.000 millones en créditos a devolver. A los 750.000 millones del fondo se le unirían 1,1 billones de euros para el marco 2021-2027. Berlín y París son conscientes de que su presión puede contribuir a que el plan de choque se cierre cuanto antes: “Nuestras expectativas son altas”, dijo Merkel. “Sabemos muy bien que si Alemania y Francia están de acuerdo no significa que Europa lo vaya a estar. Pero si Alemania y Francia no están unidas, Europa sí estará dividida”, apuntó la canciller. Así, si las negociaciones fracasan, “no será por nosotros”.

Alemania y Francia, que encabezan el grupo que presiona para que el plan de Ursula von der Leyen se cierre, tienen enfrente a los cuatro países frugales y austeros: Holanda, Dinamarca, Austria y Suecia. Además del tamaño del fondo –que consideran demasiado elevado– los halcones quieren que el peso de las subvenciones sea mucho menor, dando más importancia a los préstamos a devolver. Merkel, al menos por ahora, está relativamente tranquila, y aseguró que no espera una “contraoferta” para reducir la cifra de 500.000 millones de euros en transferencias. También dejo caer que de aquí al 17 y 18 de julio, cuando está prevista la cumbre en la que podría cerrarse el plan, tendrán lugar diferentes encuentros con otros mandatarios con la intención de juntarse en Bruselas habiendo alcanzado ya un principio de acuerdo con los socios más reticentes.

La reunión entre Merkel y Macron ha tenido lugar dos días antes de que Alemania asuma la presidencia rotatoria de la Unión Europea para los próximos meses, un papel que no tenía desde el año 2007. En este tiempo, enfatizó Merkel, la prioridad será la lucha contra la crisis económica derivada del coronavirus y la transición digital y verde de la Unión. Las condiciones y requisitos que ha planteado la Comisión Europea para aquellos que quieran acceder a las ayudas están supeditadas a la puesta en marcha de ciertas reformas para transitar las economías europeas hacia la sostenibilidad y la transformación digital, dos puntos en los que tanto Merkel como Macron están de acuerdo.

A mediados de mayo, cuando Europa trataba de encauzar una respuesta coordinada a la crisis, Merkel y Macron propusieron un fondo de reconstrucción presupuestado en medio billón de euros compuesto por subvenciones. Este plan fue el embrión de la propuesta que la Comisión Europea trasladaría más tarde a los socios, a la que sumó otros 250.000 millones en créditos, entre otros detalles.

Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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