La España tecnológica e industrial
Para que la apuesta por la tecnología sea rentable, España debería arrancar por los sectores donde ya ha demostrado su competitividad
Bajo el título de “España 5.0, hacia un nuevo modelo económico y productivo”, presentábamos hace unas semanas un ambicioso programa de reindustrialización de la economía que nos permita afrontar con garantías los retos de la salida de la crisis de la covid-19. Si hasta el momento hemos hablado en las dos primeras entradas de este blog de la necesidad de una digitalización global extremo a extremo y de la España continua, inclusiva e integradora frente a la España discontinua y empobrecedora, en esta tercera entrega abordaremos la imperiosa necesidad de trabajar sobre una España más tecnológica e Industrial. En todas las crisis la tecnología siempre ha jugado un papel habilitador en la recuperación, sin tecnología, sin innovación, la recuperación y vuelta a la senda de crecimiento siempre es más lenta y costosa.
El beneficio del uso continuado y extenso de la tecnología no llega de manera inmediata a toda la sociedad, pero de manera gradual se consolida y asienta para así incrementar la productividad y fomentar el crecimiento de las economías. Lo hemos visto en el pasado en todas las revoluciones industriales, que la tecnología impulsa la productividad y el crecimiento: la sustitución de la tracción animal por máquinas de vapor, el acero a gran escala, la electricidad…
Por norma general, todas las grandes transformaciones van acompañadas de nuevas tecnologías, nuevas fuentes de energía y un mayor alcance a todos los seres humanos fomentando una disrupción de la economía que beneficie a todos.
Vivimos una etapa en la que hay multitud de innovaciones y avances científicos que tienen potencial para impulsar disrupciones económicas, y más en estos momentos de crisis sanitaria global que ha provocado una recesión mundial. Apalancándonos en áreas de innovación como la propia tecnología y las comunicaciones, y la manera en que las usamos; las máquinas que trabajan para nosotros (bots, robots, drones…); la energía, clave en cada avance industrial de gran calado (nuevas fuentes más sostenibles…) y la nano y biotecnología, tenemos que ser capaces de afrontar con garantías de éxito los retos de esta nueva España tecnológica e industrial.
Una industria que debe ser un motor de crecimiento y de creación de empleo de calidad, con un elevado nivel tecnológico para ser independiente del exterior. La reindustrialización de España solamente puede venir de la mano de una concentración del mercado que aumente el porcentaje de empresas medianas y grandes, todas con un gran componente innovador en su día a día y con una gestión netamente profesional. Necesitamos para competir con nuestro entorno, herramientas y gestión del siglo XXI. Según la encuesta que elabora anualmente el INE, solamente el 14,4 del tejido productivo español es innovador y entre las pymes, ese porcentaje cae al 13,7, mientras que entre las empresas grandes, el 40% son innovadoras. Lamentablemente, el peso del gasto en I+D empresarial sigue siendo una de las principales debilidades estructurales de nuestro tejido industrial.
Y para que esta apuesta por la tecnología sea lo más rentable posible desde el primer momento, debemos de empezar por aquellos sectores en los que España ya ha demostrado su fortaleza y relevancia, esos campos en los que somos fuertes y pueden ayudar a traccionar al resto de agentes económicos.
Los diez sectores fuerza que he elegido, a los que se podrían sumar muchos más, con los que iniciar esta aceleración de la recuperación suman más del 55 del PIB español, y suponen más del 60% del empleo. Estos sectores con los que empezar esta nueva andadura pueden ser el mundo TIC de las telecomunicaciones y todo lo que va a suponer la implementación del 5G, la logística y el transporte, la alta velocidad ferroviaria, el Turismo, la gastronomía y hostelería, los contenidos digitales, la moda e industria textil, la agricultura, la automoción y la energía.
Y el mecanismo elegido para acometer este ambicioso proyecto e impulsar industrialmente nuestro país es la creación y desarrollo de lo que he llamado Centros de Competencia (CdC) en esos “sectores fuerza” que, debido a la interacción entre sectores que se propicia por tecnología y negocios, actuaran como elementos dinamizadores del resto de la economía.
Con el fin de tener un efecto multiplicador multisectorial, estos Centros de Competencia se caracterizan por una ubicación distribuida acorde en una España Continua, apoyándose en todos los activos de valor del país. Serán Hub de conocimiento, y compartición de buenas prácticas, con el mejor talento allí donde este se encuentre. Que supongan un claro impulso hacia una España Digital punta a punta. Que cuenten con un gran grado de imbricación en el tejido industrial y que nos sirvan como foco en la ejecución a corto pensando en impacto a medio-largo plazo de todos estos proyectos reanimadores de nuestra economía. Y lo más importante para evitar la desindustrialización de nuestro país: no debemos perder el control de nuestras empresas estratégicas porque será el fin de nuestra economía productiva.
Utilizaremos en todos esos Centros de Competencia (CdC), palancas tecnológicas comunes, independientes del sector, que sean transversales y que nos faciliten el desarrollo de los planes que queramos acometer. Conectividad ultrarrápida, en movilidad y con sensorización extrema. Emplearemos procesos de Virtualización, “Softwarización” (Open Source), almacenamiento y computación en la nube. Por supuesto, con la mayor Seguridad posible en todos los procesos, y protección de datos. Con una Automatización Inteligente y Trazabilidad hasta el mínimo detalle en toda la cadena utilizando metodología Blockchain. Igualmente nos serviremos de proceso de Inteligencia Artificial para poner en valor todo el potencial de los datos. Interactuaremos con nuevos campos tecnológicos como la Realidad Aumentada/Virtual/Mixta, interfaces hápticos o comunicación cinestésica o tacto 3D o cualquier otra tecnología que pueda crear una experiencia táctil al aplicar fuerzas, vibraciones o movimientos al usuario. De la misma forma haremos uso de la Nano y Biotecnología con especificaciones como la Nanoelectrónica, biosíntesis...
Ahora me gustaría poner algunos ejemplos de estos centros de competencia de los “sectores fuerza”, si bien algunos de ellos, como energía y automoción, los detallare en la próxima entrada del blog de este plan de reindustrialización España 5.0
Centro de competencia en TIC / 5 G
Según el Banco Mundial, con datos de 119 países, un aumento de 10% en la penetración de banda ancha representa 1.21 puntos porcentuales de aumento del PIB para países desarrollados y 1.38 para naciones emergentes. El mundo de las tecnologías de la información y el conocimiento es básico en cualquier avance que tenga que ver con procesos industriales y productivos.
Estos últimos meses de confinamiento hemos sido conscientes con mayor contundencia de la importancia estratégica del sector TIC y, en particular,de las infraestructuras de telecomunicaciones. Precisamente han dado respuesta al espectacular incremento de demanda tanto por parte de las empresas para que sus empleados pudieran teletrabajar, los estudiantes para poder seguir con la enseñanza a distancia y la ciudadanía en general aumentando de manera notable el uso de la conectividad (internet, contenidos bajo demanda, videoconferencias familiares, videojuegos, etc…). Las cifras muestran en el móvil un crecimiento del +50% de los datos y +25% de la voz, el tráfico de vídeo en streaming x5 y el de apps de mensajería x7.
En ese escenario, la red de telecomunicaciones de España ha demostrado ser de las mejores del mundo, sentando una excelente base para la nueva ola de transformación tecnológica con la llegada del 5G, porque una premisa clave para el éxito del 5G es que es necesaria la presencia de la fibra óptica, y ahí España es líder con gran diferencia en Europa y gran parte del mundo.
El 5G no es solo una tecnología de radio, es mucho más, es un cambio de paradigma sobre cómo se va a conectar y comunicar todo con todo, confluyendo con otras tecnologías e imbricándose en todos los sectores productivos e industriales y, gradualmente, en toda la sociedad. Por ello, debido a su amplio impacto multisectorial, es más importante aún su dinamización a nivel país a través de un centro de competencia dedicado a este campo.
Este tipo de centros, especializado en la innovación tecnológica y en la identificación y desarrollo de oportunidades y casos de negocio, beneficia a todos. Además, potencia y se beneficia de la experiencia en el resto del mundo de las grandes compañías involucradas como son los operadores de telecomunicaciones y los suministradores.
Cualquier solución tecnológica es buena, siempre que cumpla con los estándares del 5G y sobre todo los de seguridad, que deben ser muy precisos y de obligado cumplimiento para todos los actores. En el fondo, lo importante es el cumplimiento de estándares, que sea abierta, que traiga ahorros de consumo y de costes y que sea eficiente.
Un aspecto fundamental es el papel del Gobierno y de los reguladores, que no deben ver el 5G y su espectro como una vía recaudatoria que sirva de financiación del Estado, sino todo lo contrario, tienen que ayudar en inversiones para que se desarrolle en su plenitud, pues es necesario un despliegue masivo para rentabilizar la ingente inversión necesaria. Por poner un orden de magnitud, solo para el acceso radio 5G (5G RAN) y considerando que en 2020 habrá una ralentización de las inversiones por la covid-19, se espera que globalmente se inviertan cerca de 34 mil millones de euros en el periodo 2020-2021, según un reciente informe de Analysys Mason.
Creo que el 5G debería ser una pieza central en los programas de estímulo económico de los gobiernos de países desarrollados, por ejemplo China está apostando por esta línea y a finales de 2020 tendrán 120 millones de usuarios 5G, el 70% de las conexiones 5G del mundo, adelantando a Japón y Corea del Sur.
Solo han pasado unos meses de mi post sobre cómo “El 5G llama a nuestras puertas” y enumeraba algunas de las oportunidades que nos ofrece para evolucionar los procesos industriales más automatizados y explotando la inteligencia artificial, la educación virtual, la cirugía de alta precisión en quirófanos a distancia, los coches autónomos, o drones ultra precisos por control remoto para su uso en la defensa nacional. Pues bien, ahora ese abanico se ha ampliado aún más y con las decisiones y estímulos adecuados pueden ayudar a revitalizar todo el tejido industrial. Ya sabemos que las nuevas redes serán más “softwarizadas” y muchas de sus funciones virtualizadas, requiriendo nuevos perfiles profesionales para su operación, que deberá automatizar muchos procesos apoyándose en algoritmos de Inteligencia Artificial permitiendo un mantenimiento predictivo.
5G no solo nos traerá más velocidad (lo que se denomina eMBB), también permitirá dotar de muy alta velocidad de accesos a sitios donde sea más difícil/lento llegar con la fibra (conocido como FWA- Fixed Wireless Access). Y una característica fundamental del 5G es su rol como plataforma para soluciones empresariales, que es donde creo que se desarrollará con más fuerza en los primero momentos. Según la consultora Gartner, el 30% de las Telco que desplieguen 5G también desplegaran servicios de Edge Computing, necesario para dar respuesta a servicios que requieran una rápida respuesta como los videojuegos con realidad virtual (<7 ms), los coches autónomos (< 5 ms) o todos los servicios de Internet de las Cosas (IoT, <3 ms).
En España ya se están dando pasos en 5G con un enfoque de investigación, innovación y desarrollo de pilotos pre-comerciales, como por ejemplo la Fundación Mobile World Capital , el laboratorio 5TONIC y los pilotos que están desarrollando las principales operadoras en distintas ciudades de nuestro territorio o la experiencia de RTVE desde el punto de vista de producción de directos desde smartphone, en la cloud o utilizando el edge computing. También hay un Plan Nacional 5G cuya aspiración para situar a España entre los países más avanzados en 5G se vería enormemente reforzado mediante este CdC nacional para que todos los sectores industriales aprovechen al máximo las oportunidades de este nuevo paradigma tecnológico.
Centro de competencia en Logística y Transporte
El sector de Logística y Transporte supone el 6% del PIB, gestiona más de 500 millones de envíos anuales solo en España y emplea a más de 850.000 personas. Según el informe "Excelencia operativa en las redes logísticas" de Oliver Wyman, a través de Inteligencia Artificial, la gestión de plataformas logísticas puede mejorar hasta un 90% la precisión de las entregas y, además, generar eficiencias y reducir el peso de los costes fijos vs variables de 70:30 a 60:40. Durante esta crisis hemos visto el crecimiento del comercio electrónico con un volumen anual de 12.000 millones de euros y creciendo a ritmos del 20%.
Por eso, el sector logístico demanda cada vez más talento digital que desarrolle una nueva Logística Inteligente: expertos en Inteligencia Artificial y Big Data, ingenieros en comunicaciones, informática y seguridad, expertos en Blockchain para la gestión de cadena de suministro, trazabilidad de la mercancía, etc.
Con estos ritmos de crecimiento tan altos, y teniendo en cuenta que el 50% del coste de la entrega del paquete se concentra en la “última milla”, hay una gran oportunidad de innovación tecnológica, del mismo modo que España hizo con la fibra (FTTH) para abaratar los costes, mejorar la experiencia de usuario e impulsar la demanda. Hay mucho recorrido de mejora en los procesos de transporte y entrega, siendo una palanca clave la automatización. Entrega mediante drones, conducción autónoma de vehículos por autopistas inteligentes, consignas con biometría también inteligente para facilitar la entrega; ciudades e infraestructuras sensorizadas contribuirán también al desarrollo de este sector y al crecimiento económico.
España ya ha dado pasos en este sentido y este CdC puede reforzar su papel. Por ejemplo la startup española Citibox está instalando, gestionando y planificando sus buzones inteligentes en diferentes capitales europeas, para que los repartidores pueden depositar directamente los paquetes que un cliente adquiere a través de internet sin necesidad de que se encuentre en su casa pendiente del envío.
Centro de competencia en Alta Velocidad en trenes
España ha invertido en las tres últimas décadas más de 60.000 millones de euros en infraestructura y tecnología ferroviaria de alta velocidad. Con más de 3.200 km de vías, dando servicio al 67% de la población en 27 provincias, nuestro país es el segundo del mundo con mayor infraestructura de trenes de alta velocidad, solo por detrás de China. Muestra de esa fortaleza, está el reciente contrato de 6.000 millones de dólares que ha ganado Renfe en Estados Unidos para explotar una línea de tren de alta velocidad entre Dallas y Houston. Y no hace mucho tiempo España ganaba el concurso de la alta velocidad de Medina–La Meca en Arabia Saudí licitando con las países más poderosos en este terreno.
Y mirando hacia el futuro, el quinto medio de transporte serán los trenes de ultra alta velocidad (+1000km/hr), por levitación magnética y bajo impacto medioambiental. Precisamente, España lidera en Europa el proyecto HyperLoop del empresario Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX. Hace cinco años, la start up valenciana Zeleros, ganaba el premio de Hyperloop Pod Competition, a la mejor propuesta de Hyperloop y mejor sistema de propulsión.
Por qué no aunar el conocimiento y la tecnología público-privada en un gran centro de competencia especializado que refuerce nuestro liderazgo y nos permita habilitar nuevas vías de crecimiento industrial en cualquier rincón del mundo.
Centro de Competencia en Agricultura Tecnológica
Como ya comentaba en el capítulo de España Continua, gradualmente la agricultura ha ido perdiendo peso en la economía hasta representar ahora aproximadamente un 3% del PIB y generar más de 780.000 empleos.
Algunas de las lecciones que nos ha dejado esta situación de crisis ha sido la importancia estratégica del sector agrario para asegurar la alimentación de la población confinada.
El Centro de Competencia en Agricultura Tecnológica debe dar respuesta a las interesantes conclusiones que estamos sacando de esta crisis y que complementan y enriquecen las tendencias de una agricultura más digital que ya estaban en marcha.
Los ciudadanos se han decantado por un mayor consumo de alimentos frescos que se alinea con la tendencia del cambio en los hábitos de comer para luchar contra aspectos tales como la obesidad creciente en países desarrollados.
La producción del alimento debe atender a criterios de sostenibilidad y bajo impacto medioambiental creciendo en importancia la producción local. Puede que el uso de fuentes de energía renovables en un futuro permita una cierta competitividad a nuevas tierras para producir (por ejemplo África) por lo que es crítico tomar la delantera en estos momentos.
El cierre de fronteras ha supuesto que muchos miles de puestos de trabajo que antes ocupaban extranjeros puedan ser internalizados.
La digitalización de la cadena de valor extremo a extremo del sector agrario, con mayor transparencia y trazabilidad de la información, permitirá eliminar la asimetría de la información desde el origen de la materia prima al consumidor final. De esta forma garantizaremos un control absoluto en lo que consumimos y sabremos si se ha producido una alteración que ponga en riesgo nuestra salud. Ya existen herramientas de seguridad tecnológica a través de big data que nos aseguran ese control sobre cualquier producto que nos llevemos a la boca.
España no se puede permitir el lujo de desperdiciar anualmente más de 1.300 millones de kilos de comida a la basura, con la consiguiente ineficiencia económica e impacto medioambiental.
Son muchísimas las posibilidades que ofrece el big data y la inteligencia artificial para el negocio alimentario. De hecho, ya hay empresas como la española Blendhub con sede en Murcia, que aplica estas tecnologías para sus recetas, ingredientes, localización, logística, costes de tarifas aduaneras... Gracias a la tecnología son capaces monitorizar todos los datos disponibles para hacer un análisis de la situación y así conocer, por ejemplo, lo que un consumidor de Vietnam puede estar dispuesto a pagar por una tarrina de arroz con leche. También pueden anticipar cómo optimizar las eficiencias en las distintas partes de la cadena, desde la materia prima hasta el consumidor final y montar una fábrica móvil en cualquier parte del mundo en muy poco tiempo para satisfacer una necesidad real de consumo e incluso paliar una crisis alimentaria. Realmente increíble y todo gracias a la tecnología.
Como digo, España ya ha empezado a dar los pasos hacia este modelo de Agricultura 5.0, con proyectos como el que están llevando a cabo otras empresas como Nokia, Cellnex y la consultora Quobis en el pueblo de Matanza de Soria para desarrollar el Viñedo Conectado con el vino “La Loba”, apoyándose en infraestructura 5G, alta sensorización y digitalización de los procesos productivos; un buen ejemplo de cómo articular una España Digital, Conectada y Tecnológica.
Centro de competencia en Contenidos
El sector de los contenidos digitales está muy ligado al de las TIC, si bien debido a su particularidad y posibilidades de crecimiento creo necesario que tenga su propio centro de competencia. Durante esta crisis hemos visto como el consumo de música y vídeo en streaming y videojuegos online se ha incrementado hasta x8 en algunos casos, siendo un elemento que ha permitido llevar mejor el periodo de confinamiento.
Representa el 1% del PIB y genera más de 110.000 empleos, con un volumen económico de más de 13.300 millones de euros siendo, además, un sector con un uso intensivo de tecnología avanzada.
España es una excelente ubicación para ser un punto de referencia en el panorama audiovisual internacional. Y ya lo estamos demostrando, con proyectos como la Ciudad de la Luz, en Alicante, siendo un excelente ejemplo de tecnología y producción los efectos especiales de la película “Lo imposible”, recreando un tsunami que arrasó la costa de Tailandia hace unos años.
Nuestro país cuenta con el talento, las capacidades y la logística necesaria para ser el gran Centro de Competencias en contenidos del mercado audiovisual europeo y mundial. Porque no podemos ser el gran suministrador de programas, series, películas, realities… de los grandes grupos norteamericanos como Neflix, HBO, Amazon, Disney… Tenemos todo lo necesario y solamente necesitamos la voluntad de ponerlo en marcha.
Y en cuando a la industria de los videojuegos, con un volumen económico anual de casi 1.500 millones de euros, situando a España entre los diez principales países del mundo en cuanto a volumen de negocio. Además, ya casi el 50% tiene que ver con la modalidad online, es otra de las palancas de crecimiento apoyándonos en el gran talento y tecnología audiovisual que tenemos en España. Ejemplos innovadores hay muchos en nuestro país, como demuestra la empresa sevillana "The Game Kitchen" que ha creado "Blasphemous", un juego de combate por niveles que toma como referencia la cultura andaluza y que en su estreno a finales de 2019 arrasó en ventas en Steam y Nintendo.
Centro de competencia en Moda/Industria Textil
El sector de la moda e industria textil genera casi el 3% del PIB y el 4,3% de los empleos, siendo una imagen de marca de país en muchas ocasiones pues capta el 13% del turismo mundial de compras y supone el 9% de las exportaciones. Además, el sector de la moda genera 6.000 millones de euros en impuestos.
La crisis que estamos viviendo ha impactado en el modelo globalizado en el que se basaba buena parte de su negocio. Según las estimaciones de BCG (Boston Consulting Group) esta crisis supondrá una reducción de los ingresos del comercio de la moda del ~35-40% en 2020.
Ya hay muchos análisis y propuestas para ayudar a la recuperación del sector, como por ejemplo detalla EY (Ernst & Young) en su “Informe sector moda en España. Análisis del impacto de la crisis del Covid-19”. Pero de manera complementaria a lo ahí descrito creo que la tecnología puede ser el mejor aliado en este nuevo escenario donde se gestionará de manera más localizada y sostenible. Además, como destaca Accenture en su informe “Technology Vision 2020”, el 52% de los consumidores afirma que la tecnología juega un papel destacado en su vida cotidiana.
El objetivo de este centro de competencia, con representación de todos los actores del sector, sería impulsar de manera decidida su recuperación tras esta crisis, empleando las capacidades tecnológicas ya disponibles (automatización y robótica, sensorización inteligente, VR y AR, conectividad de alta velocidad y movilidad, inteligencia artificial, etc.) para una mayor innovación en:
- Diseño y operación de canales online.
- Rediseño de modelos de negocio de las tiendas físicas.
- Agilizar procesos de aprovisionamiento y compra de materiales (sourcing).
- Gestión y mejorada del stock (y su reducción).
- Trazabilidad de la cadena de suministro e inventario automatizado.
- Automatizar el proceso de las distribuidoras textiles.
- Mobile Shopping: Probadores virtuales y Comprador remoto personalizado.
- Reducción masiva de los residuos para no desperdiciar nada (zero waste).
- Transformación de los procesos de diseño, producción y reciclaje hacia la circularidad.
No partimos de cero en España, con empresas como por ejemplo TRISON que han desarrollado un probador inteligente donde el cliente entra y un sistema de fotogrametría realiza una copia virtual de su cuerpo, tomando las medidas como un sastre, para así hacer un avatar de su cuerpo para recomendarle tallas, aconsejarle prendas que le sienten bien a su fisionomía, etc.
Centro de competencia en Turismo
El Turismo representa en España aproximadamente el 13% de los empleos y del PIB, unos 3 millones de trabajadores y 300.000 millones de euros. Además, el 20% de los autónomos dados de alta en la Seguridad Social lo hacen dentro del mercado turístico. Por cada millón de euros, el turismo genera 19 puestos de trabajo. España lidera el ranking de reservas turísticas a nivel mundial, por delante de EE.UU. Este sector que ya evolucionó en calidad y atención para diferenciarse de nuestros competidores hace unos años, había iniciado un proceso de transformación digital para de manera gradual incorporar nuevas tecnologías en sus procesos, como la gestión digital de las reservas, la omnicanalidad para atender a los clientes, el análisis de datos para entender mejor los gustos y necesidades de sus clientes, etc. Pero aún queda mucho recorrido para capturar todos los beneficios que la tecnología puede aportar, ayudando no solo a incrementar las eficiencias sino también a crear nuevos negocios y experiencias.
Por poner en contexto la estrecha relación tecnología vs turismo, según el Instituto Tecnológico Hotelero (ITH), el 70% de los viajeros usan mucho la tecnología a diario, considerando el 35% decisiva la tecnología ofrecida por los establecimientos para elegir donde se alojan. Además, un 44% estaría dispuesto a pagar más por un alojamiento tecnológico.
En este periodo de confinamiento hemos visto como se han reinventado muchos museos o lugares históricos, que empleando tecnologías visuales inmersivas y buena interactividad han mostrado sus tesoros virtualmente. Al principio, de manera gratuita, pero luego evolucionando a un modelo de pago, complementario a las visitas presenciales que, inicialmente, serán mas reducidas.
Pero se puede hacer mucho más innovando en el modelo apoyándose en las tecnologías más avanzadas. Un ejemplo de innovación tecnológica y de modelo de negocio, con una propuesta de valor en entorno rural muy atractiva, es el de la empresa española ASTROLAND. Han recreado en una cueva de Cantabria una experiencia inmersiva sobre cómo sería la vida en Marte, cuidando todos los detalles al milímetro (hasta los 8 minutos de retardo en enviar y recibir información de la sala de control, el equivalente para comunicarse desde la Tierra con Marte). Las posibilidades que se abren son múltiples, desde zona de entrenamiento para astronautas profesionales, experiencias para grupos, sesiones de empresa, etc.
En definitiva, del mismo modo que las ciudades están evolucionando a ser más inteligentes y sostenibles apoyándose en la tecnología y talento, a través de este centro de competencia nacional proponemos el desarrollo de un turismo más inteligente y sostenible.
Centro de competencia en Gastronomía y Hostelería
La gastronomía, entendida en un sentido amplio e incluyendo desde la producción agrícola, a la distribución, el turismo asociado y la hostelería, supone el 33% del PIB (388.000 millones de euros) y da empleo a 3,73 millones de trabajadores, el 18% el total. España presenta uno de los ratios más altos del mundo en restaurantes con estrella Michelín, con más de 200 y más del 15% del gasto del turismo internacional se destina a nuestras delicias culinarias, siendo un importante factor para equilibrar la balanza comercial. Y si nos centramos en la hostelería, representa el 6,2% al PIB nacional (más de 123.600 millones de euros) y da empleo a más de 1,7 millones de personas.
A corto plazo parece que las medidas para contener la covid-19 dificultarán la presencia física como antes, limitando aforo y retrayendo el turismo internacional esperemos que por poco tiempo. Pero las nuevas tecnologías y la capacidad de innovación que siempre hemos demostrado deberían posibilitar abrir nuevas líneas de negocio complementarias al “tradicional” y hacer que nos reinventemos para este futuro inminente. Por ejemplo, el CdC podría trabajar en como replicar la experiencia gastronómica del restaurante en casa. Para ello debe automatizar su centro de operaciones (compra, pedidos, cocina, emplatado, etc.), hay que trabajar mucho en el empaquetado (lo que en inglés se conoce como packaging), y con la logística y distribución para asegurar la entrega del producto con la calidad esperada en el momento adecuado, cuidando la imagen de marca ( o branding) y la experiencia de cliente, para lo que recomendamos la orquestación de toda la jornada que experimenta nuestro cliente (el conocido como Customer Journey Orchestration) en su relación con nuestro negocio. Y para que todo ello funcione, será necesario garantizar la seguridad, trazabilidad y analizar de manera avanzada todos los datos a nuestro alcance para establecer un proceso de mejora continua.
Ya tenemos ejemplos de muchos restauradores iniciando este camino como, por ejemplo, Armando y sus escalopes a domicilio lidiando con el empaquetado, entrega, gestión cocina, etc.
En definitiva, estos centros de competencia avanzados soportados sobre nuestras mejores capacidades industriales y tecnológicas, nos ayudarán a salir fortalecidos de esta crisis y nos obligarán necesariamente a reinventarnos como país. Somos la cuarta economía de Europa y una de las más importantes del mundo y debemos seguir avanzando. No podemos perder ni un solo segundo cuando acabamos de conocer a través del Instituto Nacional de Estadística (INE), datos tan dramáticos como que la producción industrial sufre su mayor hundimiento desde el inicio de su contabilidad en 1976. Hablamos de una caída en abril de un 34% en interanual, la mayor de la historia reciente de España; la automovilística un 92% y la textil el 77%. Es el momento de ser ambiciosos, de no caer en el pesimismo y utilizar todas nuestras fortalezas para recuperar el terreno perdido. Es nuestra ahora como nación, nuestro momento de poner en marcha el proyecto España 5.0: la España digital, inclusiva y continua, industrial/tecnológica, sostenible e internacional.