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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Realismo frente a una crisis dura y una recuperación difícil y costosa

La fuerte reacción bajista de los mercados es una corrección frente a un optimismo injustificado

CINCO DÍAS

Los mercados bursátiles han recibido como un jarro de agua helada las previsiones de la Reserva Federal de EE UU sobre el largo y arduo horizonte de recuperación que tiene por delante la economía del país. Arrastradas por los números rojos de Wall Street, las Bolsas europeas reaccionaron ayer con pérdidas generalizadas, que en el caso del Ibex llegaron hasta el 5% al cierre, el mayor desplome sufrido desde el pasado 16 de marzo. La sombría radiografía que la Fed realizó el miércoles sobre la crisis, un tornado que provocará una caída del 6,5% en el PIB estadounidense este año, destruirá millones de empleos y lo hará con mayor virulencia de lo esperado, ha supuesto un áspero baño de realismo para los inversores. La decisión del organismo de mantener los tipos cero hasta 2022 apunta a que la recuperación será larga y costosa, pero también evidencia la incertidumbre de la Fed sobre el poder destructivo de la crisis y la necesidad de conservar capacidad de maniobra en el marco de la política monetaria.

A la vista de los datos y previsiones macroeconómicas, no solo del organismo que preside Jerome Powell sino también de las instituciones europeas y algunos organismos internacionales, la fuerte reacción bajista de los mercados es una corrección realista frente a un optimismo injustificado y que parecía haber dado por sentado que la recuperación tras la pandemia se ajustaría al esquema en uve. Esa percepción, que no parece haber tenido en cuenta los estragos que el confinamiento ha producido ya en el empleo y en muchos sectores productivos, explica las jornadas alcistas vividas en los últimos tiempos en los mercados, que han llevado al Nasdaq a máximos históricos y al resto de los índices a revalorizarse con subidas constantes en lo que apunta más a un espejismo voluntarista que al reflejo del horizonte dibujado por las previsiones.

La hoja de ruta que ha marcado la Fed demuestra que los inversores no solo han minusvalorado el riesgo de recaída, que es real y en absoluto descartable, sino que también han sobrevalorado las probabilidades de una recuperación rápida. De momento todo indica que Europa y Estados Unidos tienen por delante un escenario complejo que exigirá sacrificios, políticas de estímulo y reformas estructurales, este último factor muy especialmente en el caso de las economías europeas. El hecho de que se trate de una crisis excepcional, originada por una emergencia sanitaria, constituye un elemento más de incertidumbre a la hora de determinar la magnitud del esfuerzo y el tiempo que llevará la recuperación.

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