La Estrategia de Economía Circular: una oportunidad de crecimiento
Nos encontramos ante un reto y una oportunidad de crecimiento capaz de generar la creación de nuevos puestos de trabajo
Hace unos días, se publicaba en prensa la intención del Gobierno de aprobar la Estrategia Española de Economía Circular, que pondrá las bases para superar la economía lineal y avanzar hacia un modelo de producción y consumo en el que el valor de los productos materiales y recursos se mantenga en la economía el mayor tiempo posible, mejorando la eficiencia, minimizando la generación de residuos.
La Estrategia “España Circular 2030” salió a información pública en febrero de 2018, inspirada en el Plan de Acción para una economía circular en Europa de 2015. El objetivo es conseguir una sociedad más eficiente en el uso de los recursos, que produzca menos residuos y que utilice como recurso aquellos que no puedan ser evitados, siempre que sea técnica y económicamente posible, con garantía para la salud y el medioambiente. Se trata de sustituir una economía lineal basada en extraer, producir, consumir y tirar, por una economía en la que se reincorporen al proceso productivo los materiales que contienen los residuos, para la producción de nuevos productos. En este planteamiento, la reducción, la reutilización, el reciclaje y la valorización material de los residuos constituyen procesos esenciales.
Con el fin de impulsar la transición hacia un modelo de economía circular en nuestro país, el Gobierno de España ha elaborado la estrategia siendo sus ejes de actuación la producción, el consumo, la gestión de residuos, las materias primas secundarias, y la reutilización del agua. Con ellos, se pretende alcanzar la reducción del uso de recursos naturales no renovables, reutilizando en el ciclo de producción los materiales contenidos en los residuos como materias primas secundarias; incorporar criterios de ecodiseño; facilitar la reparabilidad de los bienes producidos, prolongar su vida útil posibilitando su valorización al final de esta; favorecer la aplicación efectiva del principio de jerarquía de los residuos y la prevención de su generación; fomentar la reutilización y fortalecer el reciclado de alta calidad; favorecer la innovación y la eficiencia global de los procesos productivos; promover formas innovadoras de consumo sostenible; promover el uso de infraestructuras y servicios digitales; promover también, en última instancia, un modelo de consumo responsable basado en la transparencia de la información, en la duración de los productos y en la eficiencia energética. Para ello, se identifican seis sectores prioritarios de acción como son la construcción, agroalimentario, pesquero y forestal, industrial, bienes de consumo y turismo.
El sector de la construcción representa el 5 % del PIB de nuestro país, el 40 % de los recursos, genera el 40 % de los residuos y emite el 35 % de los gases de efecto invernadero. Los residuos de construcción y demolición constituyen una de las áreas prioritarias, con un amplio potencial de mejora a través de técnicas de reciclado que puede generar grandes beneficios para el sector.
La industria de la agroalimentación es el primer sector industrial en volumen de facturación y un importante generador de empleo, que sustenta directamente a otras áreas como la agricultura. Frente a prácticas tradicionales en la agricultura, la degradación que sufre el suelo y el desperdicio de importantes recursos naturales como el agua, la economía circular propone el desarrollo de nuevos sistemas de riego de precisión que mejorarán la eficiencia del proceso de absorción de agua y de recursos en combinación con nuevas técnicas de cultivo inteligente, en las que se conjuga eficiencia, preservación de los recursos y el entorno. La Estrategia se orienta también a reducir las pérdidas y el desperdicio alimentario, a la valorización de los alimentos desechados y a fomentar técnicas de consumo responsable.
Se aborda el sector turístico, motor de la economía española y con una consolidada posición de liderazgo internacional. Este sector está sufriendo especialmente la actual crisis, por lo que es prioritario garantizar su liderazgo generando un valor diferenciador. Para ello será necesario coordinar un conjunto de actuaciones por parte de las administraciones turísticas y de los empresarios sobre la base del compromiso con el medioambiente, el impulso a las nuevas tecnologías y la seguridad de las personas. La demanda turística exigirá cada vez más, un compromiso efectivo con la sostenibilidad económica, medioambiental y social.
En definitiva, la transición hacia la economía circular podrá ser un pilar de recuperación, en clave ecológica, para todos estos sectores económicos, muchos de ellos afectados por la actual crisis. Sin duda alguna, nos encontramos ante un reto y una oportunidad de crecimiento capaz de generar la creación de nuevos puestos de trabajo. Esperemos que así sea, por el bien de España.
Víctor Moralo, socio de urbanismo y medioambiente de ECIJA