Otro escollo para los planes de empleo
El efecto de los ERTE reduce las cuantías de las aportaciones
Los planes de pensiones de empleo, la modalidad de previsión empresarial que busca complementar las pensiones públicas, siguen sin conseguir ocupar un lugar de relevancia, y tampoco corren buenos tiempos para los planes en vigor. José Luis Manrique, director de estudios de Inverco, recuerda que “en la anterior crisis financiera hubo empresas que suspendieron temporalmente las aportaciones, y aunque algunas de ellas las reanudaron posteriormente, los datos de la serie histórica sugieren que muchas de ellas continúan con los aportes paralizados”.
Efectivamente, si en 2008 las contribuciones brutas a planes de empleo ascendieron a 1.677 millones de euros, en 2012 se redujeron hasta los 1.200 millones; esta cifra se ha mantenido prácticamente constante hasta la actualidad, ya que en 2019 las aportaciones a planes de empresa alcanzaron los 1.250 millones.
Difícil reactivar las contribuciones a los empleados públicos
Álvaro Domenech, asociado sénior de jubilación en la consultora Willis Towers Watson, cree que las políticas de reestructuración de plantilla o medidas de contención de costes aplicadas por las grandes compañías y multinacionales españolas en la última crisis “afectaron directamente al nivel de financiación de los planes de pensiones de empleo”.
Es práctica de mercado que las aportaciones estén relacionadas directamente con el salario del trabajador, por lo tanto, a menor masa salarial, menor nivel de aportaciones que se realizaron a estos instrumentos de previsión complementaria. Juan Luis Alonso, responsable jurídico del área de previsión social de Mercer, asegura que en la anterior crisis “lo que se produjo fue una ralentización en la creación de nuevos planes”.
Algunas empresas ya están negociado la congelación de aportaciones
En cuanto a los próximos meses, ¿hay peligro de que de nuevo se tomen decisiones en ese sentido? “El riesgo siempre existe, pues las contribuciones, al fin y al cabo, dependen de la salud económica de la empresa, más allá de los acuerdos o voluntad de negociación colectiva que sí existe”, dice José Ángel de Mier, responsable técnico y de gestión de planes de pensiones de Ibercaja Pensión. Esta entidad no ha percibido, por el momento, movimientos en este sentido.
Pero no sería de extrañar que alguna mediana o gran empresa pudiera tomar medidas, “prevaleciendo el salario en favor de otros beneficios como podría ser la suspensión o reducción de las aportaciones. Esta disposición, en todo caso, debería ser acordada y negociada entre la empresa y los trabajadores”, recuerda Álvaro Domenech.
“Sí, algunas empresas han suspendido las aportaciones a sus planes hasta final de año, pero es una minoría. En la mayoría de los casos se han reducido por la propia disminución del salario pagado por la empresa en las situaciones de ERTE”, explica el experto de Mercer, y destaca que han tenido muchas consultas, sobre todo acerca de cómo afectaría un recorte del salario o un expediente de regulación temporal de empleo.
En cuanto a las Administraciones públicas, desde Inverco recuerdan que las aportaciones a los planes de pensiones de empleados públicos se prohibieron a raíz de la anterior crisis financiera, en un contexto de contención del gasto público, y en el anteproyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado, presentado en enero de 2019, se incluía una disposición para revertir la situación. Unas cuentas públicas que no llegaron a aprobarse y que supusieron la convocatoria de elecciones generales.
La reactivación de los planes de las Administraciones ha sido solo testimonial
Desde otras fuentes señalan que en 2014 se atenuaron las restricciones al vincular la posible realización de las aportaciones al cumplimiento de una serie de requisitos ligados al gasto y presupuesto de cada Administración. No obstante, “podríamos indicar, con carácter general, que el nivel de contribución en la Administración pública es testimonial en los últimos ejercicios”, admiten en Ibercaja.