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Tribuna
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El plan francoalemán contra el Covid-19: el primer paso para romper con el pasado

El fondo es pequeño comparado con los planes americanos, pero es un primer paso muy simbólico

El mundo ya no sigue una lógica de cooperación y por eso el acuerdo francoalemán era necesario para recuperar una mayor autonomía para el crecimiento. Ya no es posible esperar a que haya una mejoría generalizada a escala global para que uno recupere la salud económica. Se deben tomar iniciativas locales para relanzar y mantener la actividad.

Si finalmente se valida a nivel europeo y de verdad se pone en marcha, el plan de 500.000 millones de euros será un gran cambio en la forma de trabajar de la Unión Europea.

En teoría, la Comisión emitiría una deuda hasta el monto del plan y luego el capital recaudado se redistribuiría, en forma de subsidios, entre los países europeos según las necesidades relacionadas con los efectos de la pandemia. El tamaño del plan siempre puede ser discutido; efectivamente, es pequeño comparado con los planes americanos, pero es un primer paso muy simbólico.

El mecanismo es innovador porque, por primera vez, la Comisión emitiría bonos europeos. No reflejarían la situación o el crédito de un país europeo en particular, sino de toda la Unión Europea. Tal activo fortalecería profundamente la solidaridad entre los miembros de la UE. Aquí es donde el acuerdo es importante. De este modo se crearía un activo europeo que daría a la UE una base internacional más sólida. Este debe ser el comienzo de una ruptura con el pasado para organizar a Europa como una entidad más autónoma en el panorama global.

Se crearía un fondo europeo para dar cabida a este capital, lo que daría a la UE una capacidad de intervención que no ha existido hasta la fecha. Obviamente, este acuerdo francoalemán tendrá que ser discutido con los demás miembros de la Unión y ya estamos viendo que es un debate complejo, entre otras cosas, porque todos querrán una parte más grande que la suya con respecto a la pandemia. Sería aconsejable que las discusiones no duraran demasiado para evitar que este plan se haga efectivo demasiado tarde y por lo tanto sea inútil. Sería entonces un buen argumento para los antieuropeos para mostrar la ineficiencia de la UE. Esto no es ni deseado ni deseable.

Pero es un paso importante ver a Alemania dentro de este plan. No se puede descartar que este acuerdo se haya beneficiado de la sentencia del Tribunal Constitucional de Karlsruhe, que podría considerarse como una sombra sobre la apuesta europea de Alemania. Sin embargo, la canciller Merkel afirma en voz alta y clara su deseo de construir Europa y descarta cualquier retroceso.

Un plan de recuperación de este tipo es necesario porque en esta crisis, todos los países del mundo están debilitados. Ninguno de ellos puede tener el papel de liderazgo capaz de crear un impulso suficientemente fuerte para tirar del mundo hacia arriba. EE UU ha desempeñado ese papel durante mucho tiempo, pero después de que se suprimieran 20,5 millones de puestos de trabajo en abril, se está lamiendo sus propias heridas y haciendo frente a sus propios males. China, que había desempeñado un papel clave en la Gran Crisis Financiera para sacar al planeta del atolladero, tampoco puede seguir desempeñando el papel de locomotora; también tiene que hacer frente a los importantes desequilibrios de su mercado de trabajo.

Por lo tanto, Europa debe encontrar los medios para cambiar su propia dinámica. Aquí es donde el plan es útil. Ya no podemos esperar a que el mundo mejore para que nosotros nos pongamos bien. El mundo está ahora más polarizado y menos cooperativo de lo que estaba durante la crisis de 2008. Las recetas no pueden ser las mismas. Si Europa se da los medios para ser más autónoma, podemos esperar que en el futuro sea un socio eficaz en las conversaciones con los Estados Unidos y China. También por eso este paso es esencial.

Philippe Waeechter, Jefe de Análisis Económico de Ostrum AM (Natixis IM)

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