Una vacuna para reforzar el sector de las telecos
La omniconectividad a que ha obligado la pandemia y la capitalización de los datos son dos valores de gran potencial
Edwin H. Land fue un personaje clave en el mundo empresarial de mitad del siglo XX. Alguien al que hoy calificaríamos como disruptor, innovador exponencial o emprendedor en serie, siguiendo modernas terminologías. Edwin Land era una mente brillante, a caballo entre la ingeniería, la innovación y la visión empresarial. Se cuenta de él que podía trabajar de forma continuada durante días en la resolución de retos, lo que le llevó a organizar su equipo de colaboradores científicos en grupos que se turnaban para poder seguir su ritmo y no parar hasta la resolución final. Edwin Land está considerado uno de los padres de la fotografía moderna, fue inventor de 535 patentes y el fundador de la Polaroid Corporation en 1937, compañía que dejó en 1982 para perseguir otros sueños dentro del mundo de la ciencia.
Una de las cuestiones más repetidas desde que comenzó la crisis sanitaria ha sido la de los muchos paradigmas que van a cambiar en todos los campos. Algunos de ellos, de tipo empresarial, pueden ya adivinarse y empiezan a ser visibles. De la combinación de resultados en la gestión de oportunidades y amenazas que hagamos dependerá la configuración del siguiente statu quo empresarial. En esta nueva coyuntura-estructura, uno de los primeros efectos ha sido el visibilizar el hecho de que las compañías de telecomunicaciones están de facto sosteniendo y dando continuidad a una gran parte del sistema económico y productivo. ¿Podríamos imaginar por un momento la continuidad de la actividad empresarial estos días sin la contribución decisiva de las compañías de telecomunicaciones y la posibilidad de la omniconectividad como herramienta común y diaria de trabajo? ¿Podríamos imaginar un día a día emocionalmente equilibrado sin la posibilidad de interactuar con nuestros amigos y familias gracias a esta conectividad?
Pues bien, curiosamente este momento de protagonismo le llega a las telecos en un periodo de reinvención del sector tras haber perdido alrededor de un 50% de su capitalización bursátil agregada en la última década. Esto les ha llevado a una continua búsqueda del valor perdido, ahora en gran parte en manos de las compañías over-the-top, que han crecido de forma exponencial en el mismo espacio de tiempo. Todas las telecos han iniciado procesos de transformación, digitalización o reorganización en la búsqueda del Santo Grial que les permita de nuevo el reconocimiento en los mercados financieros como unas compañías clave y de futuro en la nueva economía digital.
A partir de aquí la pregunta sería: ¿ha empezado a reconocer el mercado esta nueva posición de las telecos como sostén del sistema productivo? Busquemos primeras respuestas. Haciendo un rápido análisis de la evolución en Bolsa de los principales índices desde el 14 de febrero hasta el pasado 30 de abril, y lo comparamos con la media de esta misma evolución de los cinco principales operadores en el mercado español, encontramos un curioso signo de los posibles nuevos tiempos. Mientras el Ibex 35 ha sufrido un descenso de un 30,48%, las compañías de telecomunicaciones han observado en media un descenso del 18,40%. La diferencia es notable, a seguir analizando en futuras semanas, y probablemente un hecho relevante para los departamentos de estrategia y relación con inversores de los protagonistas.
La siguiente cuestión sería: ¿qué elementos de valor se vislumbran en esta nueva situación que pueden capitalizar las telecos? Al menos dos aparecen ya con claridad, uno relacionado con el presente y otra con el futuro de las telecos. En primer lugar, el valor asociado a la omniconectividad de personas y empresas que van a facilitar los nuevos paradigmas de trabajo. En segundo lugar, la capacidad de obtener y capitalizar valor del dato, un elemento que probablemente será decisivo en la gestión de la crisis sanitaria y que será un factor del cómo salgamos de la misma. La estrategia en la gestión de los datos que masivamente se están obteniendo en esta crisis puede ser una gigante prueba de concepto de uso del big data, negocio en el que sin duda también las telecos tendrán mucho que decir.
De hecho, observando los grandes movimientos de inversión y estratégicos en estos dos aspectos, las compañías over-the-top (Facebook, Google, Amazon, etc.) están invirtiendo masivamente en infraestructura de fibra óptica en los últimos años, al igual que las telecos están invirtiendo de forma igualmente decidida en el desarrollo de sus capacidades alrededor del big data y la inteligencia artificial. Cables submarinos de fibra óptica Marea o Dunant con Facebook o Google a la cabeza, o nuevas organizaciones como Telefónica Tech son la prueba de cómo estos dos ejes de la omniconectividad y el dato pueden ser claves en la futura capitalización de las telecos en Bolsa. Ambos mundos están convergiendo. Como conclusión, es probable que la búsqueda de la nueva identidad de las telecos en la captura por su valor perdido en la última década se encontrara justo delante de ellas sin haberse hecho tan visible como hasta ahora. De hecho, volviendo a Edward H. Land, paradigmática es una de las sus célebres frases: “A veces no es cuestión de tener nuevas ideas, sino de dejar de tener ideas antiguas”. Tras más de 10 años de búsqueda, ¿puede ser que las telecos no necesiten buscar su Santo Grial fuera de ellas sino que lo tuvieran siempre dentro y la cuestión sea cómo ponerlo en valor? ¿Puede que en tiempos de virus estemos delante de la vacuna para el sector de las telecos?
Javier Morgado es socio responsable de telecomunicaciones & tecnología en Quint