Enrique de Porres (Asisa): "Habrá un encarecimiento de hasta un 200% del coste sanitario"
"¿Qué Gobierno se hubiese atrevido sin muertos a decretar confinamiento y hundir la economía de un país?", se pregunta el consejero delegado de la aseguradora "Si aumentan los costes tendrán que aumentar las primas del seguro"
Es una de las voces más autorizadas de la gestión sanitaria en el país. El traumatólogo Enrique de Porres (Madrid, 1947) lleva 30 años al frente de la Asisa como consejero delegado. Las últimas semanas, como a todo el sistema sanitario, la pandemia de Covid-19 ha impactado en la aseguradora y su grupo hospitalario HLA. Tras SegurCaixa y Sanitas, es la tercera mayor compañía del sector salud, con una facturación en primas de 1.221 millones de euros en 2019, lo que supuso el récord de esta cooperativa formada por 10.000 médicos. Su rama hospitalaria sumó otros 429 millones en ingresos.
- R. ¿Por qué la sanidad española, tanto pública como privada, no estaba preparada para la pandemia?
- R. No estaba preparado ningún sistema sanitario a nivel internacional. Probablemente aquí en España arrastramos algunas deficiencias relacionadas con las dificultades presupuestarias y financieras de la crisis de 2008 que nos haya dado menos capacidad de respuesta. Pero en general, la situación ha sido muy parecida en todos los países de Europa, probablemente por un déficit de información inicial, porque la verdad es que las primeras informaciones que conocimos sobre la pandemia poco tenían que ver con la realidad que hemos vivido. Parecía que se iba a comportar como una gripe con algunos matices. Pero nos ha pillado poco preparados para una pandemia. Los países que han reaccionado mejor ha sido porque tuvieron episodios de epidemias anteriores que aquí no habían llegado con la virulencia que se dieron en Asia, como fue el SARS o el ébola. Ha habido un déficit de información y una falta de entrenamiento para este tipo de situaciones.
- R. ¿Por qué han faltado durante tanto tiempo los equipos de protección para los sanitarios?
- R. Porque no se tienen. Ahora que hemos sufrido una pandemia de este tipo, todos los hospitales tendremos equipos en reserva por si viene otra. Es cierto que nos hemos enterado ahora, durante esta etapa de confinamiento, revisando la cantidad de información que se ha publicado, que había personas como Bill Gates que ya desde hace un par de años andaba anunciando que esto podía ocurrir y que en vez de invertir en armamento se debía de invertir en equipos preventivos y dotar a los hospitales en capacidad de reacción. También hemos visto que si cuando había 20 infectados se hubiesen tomado las medidas que luego se tomaron de confinamiento, no se hubiesen infectado en la misma proporción. Pero ¿qué Gobierno se hubiese atrevido, sin muertos, a decretar confinamiento y hundir la economía de un país? Ningún Gobierno.
- R. ¿Cómo ha sido la experiencia para la sanidad privada de estar bajo el mando de la autoridad pública?
- R. Lo de estar controlada ha sido relativo. El sistema de control lo que ha producido básicamente es que hemos tenido que parar nuestra actividad ordinaria. Nos hemos puesto todos a disposición de la autoridad sanitaria. Pero la realidad es que en los equipos de protección las medidas de ayuda al sector privado han brillado por su ausencia hasta ya muy avanzada la crisis. Es decir, el sector privado ha tenido que valérselas por sí mismo, haciendo el esfuerzo directamente con sus medios. Ha sido una situación muy estresante, porque las estructuras hospitalarias privadas y públicas no estaban preparadas para la avalancha que ha venido. Hemos tenido que doblar las UCI dotando áreas de reanimación y parte de los quirófanos. Al final el problema no era el espacio, el problema son los recursos, sobre todo los humanos, porque se necesitan profesionales intensivistas. Afortunadamente no ha habido la misma intensidad de agobio en todo el territorio y hemos podido traer a Madrid profesionales y equipos de otras provincias. Si hubiera sido así en todo el país habría sido catastrófico.
- R. ¿Han llegado a contratar profesionales para los hospitales?
- R. Sí. En el momento álgido de la crisis incorporamos alrededor de 100 médicos y enfermeras.
- R. ¿Han recibido pacientes de la pública?
- R. Sí. Siguen derivando pacientes de la pública todavía. Hemos tenido pacientes en Madrid, Alicante, Málaga, Murcia o Lérida.
- R. ¿Les han explicado ya cómo les van a resarcir por ese coste?
- R. No. Esa es una de las cuestiones pendientes. Cataluña ya ha puesto en marcha un programa de tarifas.
- R. ¿Cómo valora la gestión del Ministerio de Sanidad?
- R. Llevo muchos años en tareas de organización y gestión de un minisistema sanitario y sé lo complejo que es dar respuesta a una situación de emergencia como esta. Por lo tanto, valoro cosas positivas que se han hecho desde el Ministerio de Sanidad. El problema fundamental es operativo, para poder tomar medidas y aplicarlas hay que tener la capacidad operativa y el ministerio no la tiene. Se han notado dificultades de coordinación entre el ministerio y las comunidades autónomas, que ha ido mejorando a medida que avanzaba la crisis. Luego ha habido una situación de caos por el tipo de respuesta de los mercados de productos sanitarios, que ha sido horrorosa. Esa la hemos sufrido todos, el sector público y el privado. Nadie está acostumbrado a que le pidan que adelante el dinero sin saber si ese material va a llegar. Se estaba contratando con empresas desconocidas en países como China. Era difícil ponerse en contacto con intermediarios fiables. Ha sido realmente complicada la situación de abastecimiento. Lo ha sufrido la Comunidad de Madrid, lo ha sufrido el ministerio, lo hemos sufrido todos.
- R. ¿Ustedes cómo han comprado?
- R. En el primer momento hemos tenido alguna oferta fraudulenta, como todo el mundo. Nos ha costado encontrar a los intermediarios que nos ha recomendado el ministerio para tener garantías. Las empresas proveedoras europeas no han dado señales de vida. No hemos podido contratar nada en Europa. Ha habido que buscarlo todo en mercados asiáticos que estaban más preparados porque han tenido epidemias anteriores. Los primeros 15 días han sido un caos. Pero hasta inicios o mediados de abril no hemos recibido nada de lo que en teoría la Administración centralizada nos decía que nos iba a hacer llegar. Todo lo que hemos podido utilizar de materiales y respiradores lo hemos tenido que conseguir por nuestros propios medios.
- R. ¿Picaron en el fraude?
- R. Afortunadamente no, porque nos avisaron a tiempo, porque habríamos picado. En eso han tenido un papel importante algunos de nuestros bancos internacionales, como el Santander, que es el primero que nos empezó a trasladar información de dónde podríamos encontrar empresas fiables y dónde deberíamos tener cuidado
“Pido a Sanidad que no demos pasos en falso”
Sobre qué le pediría al Gobierno en la gestión, reflexiona: “En una situación con tanto nivel de incertidumbre, lo importante es que los pasos se den con la certeza de que no hay que dar marcha atrás. Desde un punto de vista de los que trabajamos en este sector, es que se tengan en consideración las opiniones de los expertos, que se den los pasos una vez consensuados con todos los actores y que las normas, antes de publicarlas, que se hayan consensuado con los sectores afectados, porque la inseguridad jurídica es lo que más dificulta al normal desarrollo de la actividad”.
De Porres avanza que Asisa está ayudando al sector médico que ha visto sus consultas paralizadas. “Hay médicos nuestros, por ejemplo, que nos están pidiendo una parte anticipada sobre la facturación de años anteriores, a devolver cuando vayan teniendo actividad. Hay proveedores hospitalarios que en vez de pagar a 60 días, piden que paguemos a 30 días”.
- R. ¿Por qué no han aparecido las empresas europeas? ¿Por acopio en sus mercados locales?
- R. No lo sé. Lo que está preocupando más ahora es el conseguir test. En el mercado internacional ha habido grandes laboratorios que no han aparecido hasta ahora. Los laboratorios farmacéuticos y los sanitarios no tenían test rápidos de antígenos, no los fabricaban. Ya estamos empezado a recibir ofertas de laboratorios potentes, pero desde el mes de abril.
- R. ¿Se consiguen ya los test?
- R. Sí. Ahora el problema no es el número de test, sino la capacidad de personal, hacerlos, recoger los resultados. No hay capacidad para hacer test para 40 millones de personas.
- R. La actividad médica que se ha paralizado, ¿cómo va a afectar a la sanidad privada?
- R. No lo sabemos bien. Sabemos que la actividad ordinaria ha sufrido una parada drástica, solo se ha hecho lo imprescindible. Ahora estamos empezando a recibir el mensaje de las comunidades autónomas de que se puede comenzar a reactivar la actividad ordinaria más urgente, por ejemplo, la quirúrgica. Pero va a cambiar totalmente la dinámica de funcionamiento. Para empezar, hay que hacer una serie de pruebas previas a las intervenciones quirúrgicas para prevenir el contagio, para saber si la persona tiene infección o si está inmunizada. El personal sanitario también debe tener unos mecanismos de protección. Hay que hacer antes y después de cada intervención unos sistemas de desinfección que antes no había que hacer. Hay que organizar el flujo de pacientes y la separación entre unos y otros de una manera totalmente distinta a la que estamos acostumbrados.
- R. A su negocio principal, el del seguro, ¿cómo le ha afectado?
- R. Está por ver. La actividad ordinaria ha disminuido y, por lo tanto, desde el punto de vista de la aseguradora supone una disminución de la siniestralidad, es decir, que ha habido que pagar menos actividad sanitaria. Pero no sabemos qué va a ocurrir después. Sabemos que cada proceso que tengamos a partir de ahora va a ser más caro. Van a cambiar los fundamentos de la siniestralidad, vamos a hacer menos actos pero cada acto va a ser más caro que el año anterior por las medidas de protección y las limitaciones que nos va a poner la Administración sanitaria. Eso va a suponer habilitar espacios que ahora no tenemos y contratar personal que ahora no tenemos.
- R. ¿Tiene estimación de su negocio para 2020?
- R. Sinceramente, no. Lo que estamos haciendo es distintos escenarios, de cuál va a ser el cambio en el precio de los actos como consecuencia de las medidas de protección. En general, sabemos que va a haber un encarecimiento que va desde un 30% hasta un 200% del precio de los actos sanitarios dependiendo del tipo de test que haya que hacer antes de realizar una prueba diagnóstica o una intervención. Además de hacer escenarios sobre una disminución porcentual de la siniestralidad. Tampoco sabemos cuántos meses de anormalidad tendremos y si aparecerá una vacuna.
- R. Con este encarecimiento, ¿se podrán mantener los precios de los seguros en 2021?
- R. En principio, si tenemos que pensar que de aquí en adelante los profesionales sanitarios van a tener unas medidas de protección distintas a los que tienen en este momento, si los centros sanitarios tienen que disponer de unos estocajes más importantes, si hay que dotar al sistema sanitario de elementos y recursos que ahora no tiene, van a aumentar los costes y si aumentan los costes tendrán que aumentar las primas del seguro.
- R. ¿Qué consultas se encarecerán?
- R. Las más complejas y que terminen en quirófano. Por poner un ejemplo, cualquier cáncer o patología compleja.
- R. En su caso, disponen de la aseguradora Asisa y el grupo hospitalario HLA. Pero los hospitales y clínicas privados piden que las aseguradoras den ayudas directas al sector médico privado para que no se vaya a la quiebra por la parálisis de las consultas. ¿Cómo lo ve?
- R. Como consecuencia de la orden de Sanidad de que pare la actividad ordinaria, entendemos que las empresas de hospitalización van a tener una situación coyuntural complicada. Pero nosotros también. Desde el primer momento, el sector asegurador ha dicho a las organizaciones empresariales de hospitales que cada una, como estamos haciendo, nos relacionaríamos con nuestros proveedores. Podemos llegar a acuerdos para ayudarles a pasar esta coyuntura de la mejor manera posible, tanto a los médicos como a las clínicas.
Cómo será la actividad médica en los próximos meses
¿Cómo va a ser la actividad médica en los próximos meses hasta que no exista una vacuna?
Pues con mucha más garantía para el personal sanitario. Por encima de los 50 años, y hay mucho personal de más de esa edad, va a haber una exigencia de garantía de protección importante porque se ha demostrado que la epidemia no afecta a todas las franjas de edad por igual. Hay que proteger a todo el mundo, pero más a quien más riesgo tiene, que suelen ser los médicos con más experiencia.
¿Y respecto a los pacientes?
Se va a poder ver a menos pacientes por hora porque va a ver qué separarlos en el tiempo, separarlos físicamente en las consultas, protegerlos de otra manera, hacer screening de la población antes de pasarlos por determinados sistemas de diagnóstico y tratamiento y eso va a enlentecer la capacidad de respuesta asistencial. Probablemente se va a atender lo importante y se va a dejar de atender lo superfluo, que hay mucho. Ahora, la propia población por su propia protección personal solo va a ir al médico cuando de verdad lo necesite. Lo que nos hemos dado cuenta también es que la capacidad de funcionar a distancia, la telemedicina, la videoconsulta y la gestión a distancia ha mejorado muchísimo.
El experto Rafael Bengoa lleva años predicando en el desierto la necesidad de invertir en esa transformación tecnológica de la medicina.
Son cosas que a veces hace falta una situación como esta de estrés para darse cuenta de que no estabas preparado. Vamos a poder poner en marcha respuestas para descargar la gestión burocrática y asistencial para tratar de evitar que la gente se desplace sin necesidad a los centros sanitarios.
Menos pacientes a la hora, significa un mayor coste. ¿Eso cómo se afronta?
Significa cambiar el sistema de atención a los pacientes. Por ejemplo, en los hospitales, poner en marcha sistemas de atención a domicilio. Vamos a tener que cambiar las rutinas de trabajo si no se puede tener a 50 pacientes en una sala de espera.