Botín asegura que tras la pandemia cambiará el modelo de la banca
Tras la crisis del Covid-19 los bancos cerrarán más sucursales, impulsarán la creación de megaoficinas y reducirán drásticamente servicios centrales
Ya es imparable. Gran parte de las empresas españolas han comprobado que el teletrabajo es operativo, incluso para aquellas actividades, como la que desempeñan los empleados de una sucursal bancaria, en las que se consideraba casi imposible impulsar esta forma de trabajar. La prueba de fuego ha sido la actual pandemia, que en apenas algo más de un mes ha revolucionado nuestra forma de trabajar, de relacionarnos, de comprar y de operar con las entidades financieras. Lo que parecía que era inviable se ha convertido en una realidad impensable hace solo tres meses.
La banca tiene pendiente nuevos ajustes de plantilla y cierre de oficinas, que ha postergado hasta que finalice la crisis sanitaria. En algunos casos ya tenían calculados los ajustes, en otros aún no. Pero ahora todas esas cifras han quedado obsoletas. Las entidades financieras, de hecho, tienen previsto corregir sus planes estratégicos en junio, una vez que la desescalada esté ya en su última fase. Pero en esos nuevos programas se incluirá una variante que no se había tenido en cuenta hasta ahora, el teletrabajo y sus efectos.
La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, ya comentó a la plantilla de la entidad el pasado 20 de abril en los encuentros virtuales que ha potenciado tras el estado de alarma, conocidos como Asks Ana, que la nueva situación acelerará los cambios en el modelo bancario. Y se refirió, en concreto, al empujón de la digitalización del sector que se estaba detectando por parte de los clientes como consecuencia del confinamiento.
También hizo mención a los nuevos cambios que se iban a desarrollar en la manera de trabajar. Y ahí fue cuando se refirió al impulso que iba a dar el banco al teletrabajo. El grupo, de hecho, está analizando el impacto de esta nueva fórmula de producción por parte de las plantillas.
El crédito hipotecario puede caer un 15% este año, según Sergio Redruello, de Álvarez & Marsal
Durante la pandemia, los bancos han mantenido su actividad diaria sin alteraciones, con la excepción del cierre de una parte significativa de la red, cuyo personal ha seguido trabajando, pero desde casa. Eso ha servido para testar que ya no son necesarias tantas sucursales en España. De ahí que según apuntan todas las fuentes consultadas, la tendencia ahora será desarrollar aún más el modelo de megaoficinas y cerrar así un gran número de las agencias más pequeñas, sobre todo urbanas.
Los servicios centrales también sufrirán, previsiblemente, un drástico recorte de personal, apuntan las mismas fuentes. “Se ha demostrado que se puede trabajar con unos servicios centrales reducidos al 25% de su plantilla”, explica un directivo financiero.
Sergio Redruello, managing director de la consultora Alvarez&Marsal en España, asegura que con los nuevos cambios bancarios, y con la caída del negocio por la previsible crisis económica que se va a producir tras el desconfinamiento, la banca deberá abordar nuevas vías para ganar eficiencia y rentabilidad. Y una de ellas es “el despiece de algunas entidades para su venta. Un fenómeno poco explotado hasta ahora, pero que puede llevar consigo grandes sinergias para los compradores”.
Este directivo mantiene que hasta ahora las entidades o habían optado por las fusiones o por la venta de filiales o carteras no core, pero ahora la venta de una firma por piezas se sitúa como una opción “bastante interesante”.
En España una de las escasas operaciones de ese tipo llevadas a cabo fue la venta del negocio de Cataluña de BMN a Banco Sabadell hace justo seis años.
Redruello calcula que el nuevo crédito hipotecario caerá en España entre el 10% al 15%, a lo que se suma que un tercio de los clientes solicitarán una moratoria hipotecaria (entre la aprobada por el real decreto del Gobierno y por la que han comenzado a ofrecer los bancos). A ello se sumará un descalabro del crédito al consumo. Y solo fluirá el crédito a empresas, aunque estará centrado en los préstamos con avales del ICO, que cuenta con unos bajos tipos de interés, y por lo tanto, aporta un estrecho margen a las entidades.
Pero mientras que las entidades financieras comienzan a diseñar sus nuevos planes estratégicos para este año y el que viene, tras romperse a pedazos sus proyectos para el presente ejercicio y el próximo como consecuencia de la caída del negocio como consecuencia de la crisis sanitaria, BBVA parece que cierra esta semana su alianza de seguros con Allianz, una operación que lleva más de dos años en la mesa. El hecho de que se firme en plena pandemia del coronavirus puede ser la nota de optimismo que estaba deseando recibir el mercado.
También está previsto que Torres anuncie esta semana, en la que el banco presentará sus resultados trimestrales, la suspensión del dividendo de 2020. Es el único banco español del Ibex que aún no ha anunciado su supresión, como ha recomendado el Banco Central Europeo.
Por cierto, hay que decir que el presidente de BBVA, Carlos Torres, también ha intensificado las reuniones virtuales con la plantilla del grupo. Tanto en el caso de BBVA como en el de Santander, sus responsables se someten a las preguntas de las plantillas de los dos respectivos bancos.
Lo que no ha trascendido es si los finales de los encuentros de Torres son tan divertidos y emotivos como los de Botín, o por o menos como el último (ha celebrado ya tres, el 13 de marzo, el 23 de ese mes y el 20 de abril). La banquera quiso cerrar el acto celebrado la semana pasada con la actuación de un empleado del banco de la asesoría jurídica del centro corporativo, acompañado de su hermano, que trabaja en Mapfre. Cantaron Here comes the sun, de los Beatles, todo un canto a la esperanza en los tiempos que vivimos. Es la misma canción que, por lo visto, cantan diariamente en el balcón de su casa cuando salen a aplaudir en honor de la gran labor de los sanitarios españoles ante la pandemia.