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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Dónde está el ‘equity story’ de la empresa cotizada española?

En este contexto de crisis, es una responsabilidad ineludible proporcionar información relevante a los inversores

Efe

Los mercados financieros atraviesan un periodo de significativa incertidumbre y volatilidad como consecuencia del impacto de la pandemia del Covid-19. Resulta evidente que este entorno no es el más propicio y facilitador para que los inversores puedan formarse unas expectativas sólidas y racionales a medio plazo con un elevado nivel de predictibilidad. Aunque en nuestro país disponemos de un mercado de valores que opera de manera eficiente, con costes de transacción bajos y niveles de competencia garantizada entre los agentes del mercado, y contamos con una regulación que salvaguarda la integridad del mercado y protege los intereses de los inversores, esto no es suficiente. Es necesario disponer de un entorno político, económico y empresarial que aporte una determinada visibilidad respecto a lo que el futuro puede deparar.

En este contexto, las empresas cotizadas tienen una responsabilidad ineludible a la hora de facilitar a los inversores las bases de información relevante necesarias para la toma de decisiones de inversión informadas. Se trata de generar confianza en el inversor a través de políticas de comunicación transparentes, sistemáticas, coherentes y avanzadas.

¿Qué quiero decir con avanzadas? Que no se trata solo de construir una política de reporting al uso centrada en la publicación periódica de resultados económico-financieros, ni tampoco de poner al servicio de los inversores las herramientas de acceso a la información que sean eficientes y simétricas en términos de consumo y consulta de esta, cada vez más apoyadas en las soluciones digitales.

La esencia de toda política avanzada de comunicación o de relaciones con inversores reside en la construcción y actualización sistemática de un equity story o propuesta de inversión enfocada, que formule los elementos diferenciales de la compañía y sus expectativas de desarrollo futuro y que cuente con el compromiso inequívoco y proactivo del management.

En la práctica existe una consideración heterogénea respecto a lo que las empresas cotizadas entienden por equity story, y también por el nivel de disponibilidad pública que debe tener. Estos dos factores, acceso público y contenido enfocado, nos permiten explicar hasta cuatro posibilidades de posicionamiento.

En base a estimaciones propias sobre la identificación y análisis del equity story en las respectivas webs corporativas a enero de 2020, casi un 50% de las 119 empresas nacionales cotizadas en el mercado continuo, y casi un 72% de las 30 compañías pertenecientes al segmento de empresas en expansión del MAB no facilitaban el acceso público a su equity story, bien porque no disponen de él (primera posibilidad de posicionamiento) o porque lo comparten de manera selectiva y no públicamente (segunda posibilidad).

Es importante señalar las posibles razones que pueden llevar a una compañía a compartir el equity story de manera selectiva en encuentros con inversores y analistas, bien personalizados (reuniones one on one) o mediante conferencias plenarias a inversores, propias o sectoriales, organizadas por bancos de inversión u otros agentes del mercado. En general, cabe pensar que dicha práctica se deba a la preocupación que genera al management comprometerse públicamente a una serie de objetivos o metas operativas y financieras ante la posibilidad de incumplimiento y, por tanto, ante el riesgo de comunicar un posible profit warning o advertencia sobre beneficios. Sin embargo, compartir este tipo de información no debería suponer un obstáculo para las relaciones con inversores ya que el mercado opera en base a expectativas que va ajustando en función de su mayor o menor cumplimiento, sin que ello signifique una pérdida de confianza.

Si a estos porcentajes del mercado de valores español se añaden los casos en que la empresa da acceso público, pero no transmite una propuesta de inversión enfocada a las necesidades de información de los inversores (tercera posibilidad de posicionamiento), se obtiene un 66% para el total del mercado continuo y un 87% de las empresas del MAB pertenecientes al segmento de empresas en expansión. En el caso del Ibex 35 este porcentaje asciende a un significativo 54%.

Por último, el número de empresas cotizadas que disponen de un equity story enfocado y público (cuarta posibilidad de posicionamiento) representa en el mercado continuo un total de 34% del conjunto del mercado, mientras que en el caso del MAB este porcentaje asciende a un escaso 13%. El hecho de disponer de un equity story bien posicionado por acceso y contenido no es función del tamaño de la empresa, sino de la visión de su política de relaciones con inversores, ya que casi un 29% de las empresas fuera del Ibex 35 se sitúan en esta posición por un 46% del Ibex 35.

La gestión que se realice respecto al equity story es un elemento fundamental en el proceso de formación de precios justos, sin el cual la cotización no será la referencia de valor fundamental al no recoger toda la información relevante, o al estar disponible solo para un limitado número de inversores y analistas, condicionando así la eficiencia del mercado.

A mi juicio, los inversores tienen claro lo que necesitan y solo hace falta que los responsables de las empresas cotizadas reajusten sus políticas de comunicación y engagement. La solución a este déficit en las relaciones con inversores está en sus manos.

Francisco Blanco Bermúdez es Director académico del Curso Avanzado de Relaciones con Inversores del Instituto BME. Doctor en Economía de la Empresa

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