Las empresas turísticas se preparan para un verano con pandemia y menos clientes
Las aerolíneas volarán con un tercio de los asientos vacíos. Restaurantes y bares piden una desescalada diferente por zonas
La industria turística se prepara para vivir un verano diferente. El primero de la historia reciente de España en el que una pandemia cerrará las fronteras y provocará que ese ciclo de diez años seguidos conquistando máximos históricos de turistas extranjeros recibidos se corte de raíz. El primero en el que todos los hoteles volverán a abrir sus puertas (la fecha definitiva la marcará el fin del estado de alarma) tras llevar cerrados desde mediados de marzo para tratar de contener la pandemia del coronavirus. El primero en el que las aerolíneas dejarán aviones en tierra y los que vuelen lo harán con un tercio de los asientos vacíos para garantizar la distancia social. El primero en el que bares y restaurantes tendrán que reducir su aforo e invertir en estructuras que garanticen protección y aporten seguridad a sus clientes. Y el primero en el que la promoción se volcará en el mercado doméstico. Todas las empresas consultadas apuestan por el turista nacional para tratar de mitigar tan solo parcialmente el duro revés que la pandemia va a hacer en sus cuentas.
En este escenario, las empresas se preparan para aportar seguridad y confianza a los clientes. Las aerolíneas ya trabajan en el día después. La IATA ya ha recomendado viajar con un tercio de los asientos vacíos y el grueso de las compañías lo cumplirá, lo que con toda seguridad mermará sus ingresos y presionará al alza las tarifas. En paralelo, algunas firmas como Ryanair han puesto en marcha protocolos estrictos, en los que repartirán mascarillas en sus aviones y tomarán la temperatura del cliente antes de embarcar.
Los hoteles también se preparan para darle la vuelta a toda la logística que acompaña al cliente desde que llega hasta que se va. Fuentes de las grandes hoteleras revelan que ya trabajan en los protocolos para garantizar la seguridad de los clientes y eso pasará por establecer turnos y reducir los tiempos para las tres comidas, que el registro y la salida se hagan online o fijar separaciones en las piscinas para que los huéspedes se sientan seguros.
Aprender de los vecinos
Los restaurantes y bares también trabajan en el día después. Pese a ello, Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España, que representa a los 300.000 establecimientos que hay en España, cree que para el verano todavía queda mucho. “Lo primero que tenemos que hacer es monitorizar y aprender de lo que hagan nuestros vecinos europeos, que están a punto de salir del confinamiento, como es el caso de Austria, República Checa, Dinamarca o Alemania”.
En segundo lugar, Gallego recalca que el impacto de la pandemia ha sido asimétrico por territorios. “Hay muchas de las 50 provincias en las que la afectación ha sido baja y la salida no puede ser igual para todas. Tiene que ser un plan segmentado por tipologías de establecimiento y territorios”. En cualquier caso, reclama al Ejecutivo diálogo (el pasado jueves se lo hizo saber en una reunión a la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Oliver) y que tenga en cuenta las opiniones del sector a la hora de presentar el plan para el día después al estado de alarma. “Hay muchos temas pendientes como los pasaportes de inmunidad o la certificación de los procesos de higiene que hay que acordar”.
Precisamente el viernes se encomendó al Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), en el que están representados sector público y privado, la elaboración de una guía de recomendaciones sanitarias que permitan a las empresas y a las Administraciones lograr un sello que certifique su implantación para generar confianza en clientes y trabajadores. “Estamos haciendo borradores en colaboración con la Secretaría de Estado de Turismo, la Organización Médica Colegial y los especialistas de medicina del trabajo y riesgos laborales”, recalca Miguel Mirones, presidente del ICTE. El objetivo es tener un marco preparado en las próximas semanas y que sirva de guía para el sector privado y público. “Hay que evitar que haya prescripciones diferentes por empresas y territorios”.
Mamparas para separar a los turistas en Italia
Las empresas tiran de ingenio para garantizar que van a tener verano, pese al cierre del tráfico aéreo, las medidas de distanciamiento social y el temor de la población a contagiarse. Y un buen ejemplo se ha producido en Italia, uno de los países más castigados junto a España con la pandemia. Nuova Neon Group, un fabricante italiano de cerámica y estructuras de plexiglás, ha realizado una primera prueba virtual para ver cómo podrían encajar las piezas que fabrica en ese nuevo escenario. “Intentamos imaginar el regreso a la playa para proteger y reiniciar las actividades. Garantizar la seguridad puede hacer circular nuevamente a las personas”, recalca Claudio Ferrari, propietario de la compañía. “Ya estamos trabajando para crear pantallas para bancos, farmacias y por eso pensamos en extender el trabajo a otras actividades como el turismo o la restauración”.
El resultado es llamativo. En el caso de playa han ideado barreras cada tres metros para separar hamacas y cajas transparentes de 16 metros cuadrados con paredes de plexiglás en la Riviera Romagnola. La gran diferencia con España es que la gran mayoría de playas en Italia son privadas.
En el de los restaurantes proponen separar mesas e incluso dividir clientes de una misma mesa con mamparas, en una situación similar a los vis a vis de las cárceles.