La venta a domicilio, el salvavidas de los negocios cerrados
Con la facturación a cero, la venta online ayuda al menos a pagar algunas facturas a comercios y empresas de servicios. La crisis les empuja a experimentar un sistema que para muchos era marginal
“La primera semana fue un shock. No veíamos alternativa. Pero la asesoría nos dijo que se podían hacer pedidos telefónicos o por mail y nos activamos”. Así resume Begoña Suso, propietaria de Mandarina Pinturas, la experiencia de muchos comerciantes con el estado de Alarma. Sin facturación, hubo que reinventarse. La alternativa, la venta a domicilio.
En esta tienda de decoración, su principal clientela ha cambiado de los profesionales a particulares “que con tanto tiempo en casa aprovechan para pintar”. El proceso es muy diferente porque “no están viendo el producto. Haces un presupuesto, lo envías por WhatsApp, te hacen una transferencia por Bizzum, preparo el pedido, se envía... Da mucho más trabajo”.
El inesperado cierre pilló a muchos sin web o con ésta a medias y está revelando la importancia de vender online. Le ha pasado a El almacén de las artes canarias, especializado en papelería y bellas artes. Eduardo Quintana, copropietario, confiesa que “la realidad nos ha dado en la frente”. Ahora ya tienen a alguien acelerando la venta online “porque además no sabemos cuánto se puede alargar esto”. Mientras, hay días que no dan abasto atendiendo pedidos y entregándolos ellos mismos. Sobre todo “mucho material escolar y didáctico para entretener a los niños”.
La tienda de cosmética Beautik estaba a punto de lanzar la página web y ahora aceleran. Entretanto, tiran de Instagram y videollamadas para vender. Más que por facturar, por “dar servicio a las clientas más fieles y mantener la presencia en redes sociales. Para cuando volvamos a la normalidad” afirma Oliver Marrero, su director. La estética, incluso confinados, sigue siendo importante.
Centro Bell, otra empresa del sector que ya vendía online, ha pasado de dos o tres pedidos diarios a “una media de 60 con picos de 150” y con el tinte del pelo como producto estrella, según su director comercial, Joel Emperador. Eso sí, solo les da “para salvar los muebles, como si tuviéramos dos de las 14 tiendas abiertas aunque cree que en general “se está creando una cultura de compra a distancia que tal vez permanezca”.
Servicios
No solo los comercios, también las empresas de servicios han tenido que adaptarse. Pese a poder abrir, el miedo al contagio dejó sin usuarios al centro PAAIGI que atiende a niños y jóvenes con diversidad funcional. La alternativa para las profesionales fue “generar actividades y vídeos grabados y enviarlos a las familias, con las que siempre trabajamos estrechamente” cuenta Nancy Abou Medlej, miembro del equipo. “Para nosotros ha supuesto reinventarnos, pero ha sido grave no poder dar las actividades de la misma forma”. Además, no todas las familias desean hacer la terapia a distancia. De hecho, “más de la mitad ni siquiera han querido probarlo”, reconoce.
A otros negocios, el estado de alarma les pilló en el mes de más ventas del año. “Lo teníamos todo preparado por el consumo de sancocho y el lleno de Semana Santa” afirma Tony Peña, gerente de la empresa mayorista de pescado Congelados Peñamar. “Tenía mucha mercancía almacenada y ya pagada, incluso pescado que habíamos salado nosotros” lamenta.
Sin embargo, tras moverse en Facebook y cadenas de Whatsapp, está satisfecho: “Ha sido un éxito inesperado. No son las compras de los hoteles, pero uno de los días tuvimos 42 pedidos, unos 5000 euros que además cobramos al contado”. La empresa se plantea seriamente potenciar la venta online al ver que la demanda va a más. “Incluso he contratado a un autónomo para repartir porque con los chóferes míos no llega”. Eso sí, para la mayoría ponerse a vender a domicilio es solo una venda en la herida.
En la restauración, muchos cerraron hasta que pase el temporal. Otros mantienen una mínima actividad y toman posiciones para después del confinamiento. Los restaurantes Allende aplicaron un ERTE para la mayoría de sus 120 empleados y solo mantuvieron abierto El taller de Allende, una tienda de platos caseros para llevar. “Le añadimos reparto a domicilio, algo exclusivo de los restaurantes” relata la propietaria, Najwa William. Aun así la tienda no tiene la facturación de antes: “La pérdida ya está. Pero pensamos que era momento de experimentar con platos que no teníamos en los restaurantes y a posicionar la marca mejor. Espero recoger los frutos el día que abramos”.
Restaurantes, bares y cafeterías
QUIEBRA La Asociación de Empresarios de Bares, Restaurantes y Cafeterías de Las Palmas cree que muchos de los 3.500 establecimientos que hay en la provincia irán a la quiebra “incapaces de afrontar gastos y con un probable límite de aforo impuesto por ley” afirma su presidente, Fermín Sánchez. “Muchos locales solo son rentables si los llenas”, dice.
PÉRDIDAS La asociación calcula una bajada de las ventas en este año del 40 al 50% en zonas urbanas y de hasta un 80% en las zonas puramente turísticas. Sánchez pide “flexibilidad” para incorporar poco a poco al personal. “Ahora mismo se nos impone mantener seis meses al mismo personal que tenías antes del confinamiento y es imposible”, asegura.
AMORTIGUAR LA CAÍDA Sánchez quiere medidas como las de otros países europeos: “Exonerar de pagar impuestos, ayudas, no solo aplazar la cuota de autónomos, sino hacerse cargo el Gobierno de esas cuotas, flexibilidad los alquileres”. Teme por los 15.000 empleos directos del sector en la provincia.