Diez apuntes para construir la España 2.0
El plan para relanzar la economía es la ocasión de resetear a nuestros políticos y lograr la mejor versión de nosotros mismos
Cuando estamos a punto de comenzar la cuarta semana de confinamiento, imagino el enorme valor del trabajo que estará haciendo en algún lugar de la Administración un equipo multidisciplinar que toma nota de las debilidades que están aflorando estos días. Ese catálogo será esencial cuando el virus haya remitido y pasemos al plan de relanzamiento económico, se empiecen a diseñar políticas para la construcción de un país más fuerte y mejor preparado para otra pandemia. Por si les sirve, aprovecho para compartir mis modestos apuntes de estas semanas, con algunas ideas para cuando retornen los ansiados tiempos de besos y abrazos.
1. Gobierno y oposición generosos. Lo primero y más evidente que necesita un país cuando le cae encima un problema de esta dimensión, es contar con un Gobierno y una oposición generosos. Si se van a dejar la piel en la gestión del problema, mejor apartar la crítica por un tiempo y mostrarse unidos. Es la mejor manera de que el pueblo se sienta seguro, se mantenga unido y atienda sin dudar. No hace falta una dictadura China. La receta es más Parlamento, que funcione como una piña, y para eso el Gobierno tiene que compartir la información y las soluciones. Si este no es momento para un pacto de Estado, incluso un gobierno de concentración, ¿qué tiene que pasar, una invasión marciana?
2. Hibernación de las autonomías. Ante un problema de esta dimensión no puede ser que las comunidades autónomas se conviertan en servicio de reclamaciones al Estado, cuando son ellas las que tienen la competencia. El Estado tiene que tomar el control de la función, pero compartir y cogestionar, que no parezca todo imposición. Es indecente el comportamiento de la presidenta de la Comunidad de Madrid, el guiñol de Miguel Ángel Rodríguez & Cía. Igual que es admirable el del consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, que rara vez saca los pies del tiesto, y el del Alcalde Martínez-Almeida. De Quim Torra, sin novedad.
3. Potenciar y reforzar el sector primario. La epidemia saltó con los agricultores y ganaderos gritando precios justos por sus productos, “somos los que os damos de comer”, decían. Hoy todos sabemos que aquello de que “somos lo que comemos” ha pasado de ser biología a existencial. Está bien resaltar lo importante que son los supermercados, como las empresas de transformación; pero conviene recordar que sin el ganadero no hay cadena. Pascual y Mercadona son necesarios, pero sólo la vaca es imprescindible. Imaginan que la vaca está en China, con las mascarillas.
4. Recuperar población en el mundo rural. Esto nos lleva a que hay que hacer políticas para recuperar la España rural, no sólo por el sector primario. El estilo de vida actual de amontonar población en grandes urbes facilita la propagación de epidemias. Las megaurbes concentran servicios, incluidos los sanitarios, que se desbordan con facilidad y son más complejos de gestionar. Urgen políticas que permitan que la gente quiera habitar el medio rural.
5. Identificar la industria esencial. Es duro que la epidemia se extienda por falta de equipos sanitarios básicos, como mascarillas o trajes especiales, y que enfermos mueran por falta de respiradores. Por eso es imprescindible identificar todos aquellos productos que han resultado imprescindibles y no los teníamos. Hay que tener a mano, en suelo español, esas capacidades de fabricación, con líneas de producción flexibles, que permitan una respuesta rápida. Ya se ha visto que la solidaridad entre países desaparece tan pronto se desborda la demanda.
6. Acelerar la digitalización de la Administración y de las empresas. En tiempos de confinamiento se ha visto la fortuna de contar con eléctricas, bancos y telecos fuertes. Han funcionado como un reloj. Sin embargo, muchas empresas no han podido mandar a sus empleados a casa por no haber desarrollado el teletrabajo, que hasta ahora se había visto más como una medida de conciliación, cuando resulta que es vital para mantener un país en pie. En la Administración, miren el ejemplo de Hacienda, capaz de lanzar la campaña de la Renta en estas condiciones.
7. Digitalizar la educación a todos los niveles. La realidad de España no es el espejo de La Moraleja. Hay muchos colegios y familias sin las herramientas necesarias, por no volver al mundo rural y la banda ancha. Una pareja con dos hijos y cuatro ordenadores debería ser el estándar. Las empresas que pongan los de los padres, y si éstos no pueden pagar los de los hijos, habrá que ayudarles.
8. Extender la obligación de planes de contingencia y continuidad de negocio. Las grandes empresas, especialmente en sectores estratégicos como la banca, están acostumbrados a desarrollar e implementar estos planes. Sería bueno ir bajando esta exigencia a empresas de tamaño más pequeño y que son esenciales.
9. Elaborar y dotar de recursos un Plan de Acción Nacional para la Seguridad Sanitaria, como ha pedido la Organización Mundial de la Salud (OMS).
10. Estado del Bienestar fuerte y bien financiado. Si creemos que lo mejor de Europa es ese conjunto de garantías públicas que llamamos Estado del Bienestar, que nos diferencia del sálvese quien pueda de tantos países, necesitamos un esquema de actividad y recaudación que lo financie.
Estos diez apuntes se implementan mucho mejor y más rápido trabajando juntos lo público y lo privado. Es el caso de las Líneas ICO, donde el Instituto de Crédito Oficial con una brigada de 300 empleados hace de surtidor de los billetes que fabrica el BCE en Burgos y los distribuye a empresas, pymes y autónomos gracias a la enorme capilaridad de la engrasada red de oficinas físicas y virtuales de los bancos privados. Tenemos la oportunidad de aprovechar este cañón de dinero para resetear este país y sacar una mejor versión de España.
Aurelio Medel es Doctor en Ciencias de la Información. Profesor de la Universidad Complutense