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Crisis del coronavirus

Las compañías españolas usan sus líneas de crédito para llenar la caja

Las compañías usan sus líneas RCF y de pago a proveedores. El sector cree que la elevada liquidez mitiga el riesgo de crisis de crédito

REUTERS

La banca de inversión que opera en España trabaja –en cuarentena y desde casa– para insuflar liquidez a sus clientes. Las empresas llaman a su puerta para recabar el dinero necesario para contar con un colchón que les garantice la supervivencia en las semanas próximas, que se auguran duras. Quieren tener la caja repleta para afrontar un periodo de tiempo en el que el desplome de la actividad económica en todo el mundo para contener al coronavirus secará sus ingresos.

El primer instrumento del que las compañías españolas están echado mano son las líneas de financiación a proveedores, según indican a este periódico fuentes de una de las principales entidades financieras patrias. Se trata del confirming, un instrumento por el que los bancos adelantan los pagos, con descuento, a los proveedores de una empresa.

También están haciendo uso de líneas similares para el pago de nóminas u otras contingencias. No obstante, algunas compañías (como Air Europa o los gimnasios Ingosport) han optado por lanzar expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), que les permitan aliviar sus cargas sociales durante el tiempo que dure el parón.

Todo depende de cuánto tarden los gobiernos en contener la expansión del virus. Si este periodo se extiende, las empresas empezarán a utilizar más financiación. En el siguiente escalafón se encuentran las líneas RCF o revolving, que la banca otorga de forma paralela a los grandes préstamos sindicados. Se trata de líneas de crédito que las entidades ponen a disposición de las grandes empresas para que las utilicen en caso de emergencia. Las fuentes consultadas señalan que las firman que ya han empezado a disponer de ellas no lo hacen para realizar inversiones u operaciones, sino para llenar la caja y tener efectivo suficiente para afrontar los próximos meses.

El problema está en que utilizar todas estas líneas de crédito puede suponer problemas para la financiación a más largo plazo. Las agencias de rating exigen que las compañías con bonos cotizados cuenten con estas líneas revolving disponibles para mantener su calificación. Si las empresas secan esta financiación es previsible que se enfrenten a una bajada de ratings masiva.

Standard & Poors ya alertó en un informe publicado la semana pasada de los efectos perniciosos que el Covid-19 puede traer para el crédito empresarial. En su opinión, el mayor riesgo supone una "subida desordenada" del euro frente al dólar en los próximos meses, por las bajadas de tipos previstas por la Fed.

Las entidades consultadas difieren en señalar si prevén la eclosión de una crisis de crédito (o credit crunch) como se vivió en la anterior recesión. La elevada liquidez en la que nadaban hasta ahora gracias a la política monetaria ultraexpansiva de los bancos centrales las blinda ante este fantasma, si bien otros admiten que el mercado se está ralentizando.

Las entidades están esperando signos claros de gobiernos y bancos centrales para que la corriente de crédito siga fluyendo. Por un lado, piden un fuerte apoyo del Instituto Oficial de Crédito (ICO) con créditos blandos a las empresas. Por el otro, reclaman que el BCE relaje las provisiones para créditos impagados y dudosos y así que las entidades puedan conceder moratorias a la firmas sin que esto les cueste la supervivencia.

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