Casi la mitad de los niños en hogares con un solo sueldo están en riesgo de pobreza
España tiene una de las tasas más altas de Europa, con un 29,9% También es uno de los cinco países que menos ayudas destina a la infancia
El 29,9% de los niños vivían por debajo del umbral de la pobreza anclada en 2018 en España, una cifra tres puntos superior a la de antes de la crisis y una de las más altas de Europa. La composición familiar y la situación laboral son determinantes y, cuando solo uno de los dos progenitores está empleado, el riesgo aumenta. En 2008, más de tres de cada diez niños en esta situación vivían bajo el umbral (35,5%). Diez años después la cifra ha crecido hasta el 48,1%.
Son algunas de las conclusiones del informe Objetivo:paliar la pobreza infantil del Observatorio Social de la Caixa, que analiza la relación entre la pobreza infantil, el mercado de trabajo y las ayudas monetarias públicas. El estudio demuestra que los más vulnerables son los niños en familias donde no trabaja ninguno de los progenitores. En 2018 eran pobres ocho de cada diez menores en este tipo de hogares. La proporción es similar en el caso de las familias monoparentales en las que el padre o madre no trabaja, situándose en siete de cada diez.
También aumenta la cifra de pobreza infantil en los hogares con baja intensidad laboral, es decir, en los que las familias apenas tienen ingresos del mercado laboral y trabajan menos del 20% de su potencial. En 2008 eran pobres el 71,7%, ahora son más de ocho de cada diez.
Eficacia de las ayudas
Además de ser uno de los países europeos con la tasa de pobreza infantil más alta, España es uno de los cinco que menos la reducen mediante el conjunto de ayudas monetarias. Concentrar las ayudas específicamente en la infancia es tres veces más eficaz para combatir la pobreza infantil que canalizarlas hacia toda la población en función de su nivel de renta, según el estudio.
En ese sentido, los autores estiman que un incremento del 1% en el gasto de transferencias condicionadas a la renta, como los subsidios por desempleo, reduce la probabilidad de que un menor esté en riesgo de pobreza en un 2,3% como máximo. Si ese porcentaje se destinase únicamente a la infancia, por ejemplo, con una prestación por nacimiento y cuidado del menor, la probabilidad disminuiría hasta un 6%.
En términos relativos, en 2016 España apenas destinaba el 3,3% del total de transferencias a la infancia, frente al 9% de la media europea. De hecho, fue precisamente en el periodo de crisis cuando redujo más la cantidad destinada a ayudas monetarias a la infancia en términos relativos. Austria, Dinamarca, Suecia y Alemania tienen un gasto social más elevado y cuentan con ayudas universales de protección a la infancia.