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Tribuna
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La realidad de los directorios legales

Cada vez hay más directorios, empresas y premios que tratan de alimentarse a costa del ego de los abogados

getty images

El año 2020 se presenta cargado de objetivos y nuevos retos para los despachos. Entre ellos está mejorar su posicionamiento en los rankings internacionales, algo que se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza, tanto para los departamentos de comunicación como para muchos abogados. ¿Es necesario participar en todos los directorios? ¿Cuáles son los que merecen la pena? ¿Se paga por salir? ¿Son realmente independientes?

Los directorios de referencia en cuanto a experiencia, reputación internacional y calidad de la investigación son, sin duda, los británicos Chambers & Partners y Legal 500. El primero valora especialmente la aportación de cada individuo, que incluye en sus individual rankings. Por este motivo, es muy importante elegir cuidadosamente los referees, y ser coherente con la elección de los abogados que se han presentado a lo largo de la submission.

Por su parte, desde The Legal 500, a pesar de que también destacan a sus leading individuals, defienden que lo importante para ellos a la hora de analizar una candidatura es el trabajo del área de práctica en su totalidad, es decir, el equipo. Su metodología a la hora de analizar la información es similar, y tienen en cuenta un conjunto de factores como son el feedback de los referees, el número e importancia de los asuntos y temas, o las particularidades del área de práctica en cuestión, entre otras.

Son muchos los abogados que creen que los resultados varían en función de si pagas o no, una creencia que está muy alejada de la realidad. Estos directorios tienen, por un lado, el departamento editorial, que se encarga de elaborar los rankings, y, por otro, el departamento comercial, encargado de vender los distintos productos que ofrecen. Ambos departamentos son totalmente independientes el uno del otro, incluso están físicamente separados.

El negocio principal de los directorios es la venta de los profiles, es decir, la información del despacho que se publica junto con los rankings, y que siguen siendo el producto más lucrativo. El objetivo de los account managers (hay uno asignado para cada zona o país) es que todas las firmas que aparecen en los rankings tengan igualmente un profile. De esto es de lo que viven los directorios. ¿Y qué pinta el departamento editorial en todo este proceso?: nada. Editorial no tiene ni idea de quién compra o deja de comprar estos perfiles, precisamente para mantenerse totalmente independiente y no estar influenciado de ninguna manera por las ventas que haya hecho el departamento comercial.

Existen otros directorios que están captando la atención de los despachos. IFLR1000 e ITR World Tax son dos claros ejemplos. Ambos pertenecen al gigante Euromoney PLC, grupo que realiza publicaciones, eventos, información financiera y rankings, siendo estos últimos su negocio más rentable. Entre estos directorios nicho, destaca también WTR1000, enfocado en la práctica de PI.

Por otro lado, hay nuevos players que están apostando por el sector legal español. Es el caso de Leaders League, que busca diferenciarse de sus competidores con un enfoque que va más allá de las firmas de abogados, ya que también hace rankings de empresas del sector financiero.

¿Y qué pasa con el famoso Best Lawyers? Básicamente, hablamos de un listado de abogados que han sido recomendados por otros abogados. No existe un proceso de análisis como el que tienen los directorios mencionados anteriormente, y tampoco recoge el feedback de los clientes. Para salir, basta con que te recomiende alguien y te voten. Otra diferencia clave con el resto de los directorios es que, aunque salgas elegido como un best lawyer, si no compras un perfil, solo te podrán ver los que estén suscritos a su página web.

En resumen, si quieres que todo el mundo te vea, tendrás que pasar por caja y comprar. Cada vez hay más directorios, empresas o premios que buscan alimentarse a costa del ego de los abogados. Por este motivo, es fundamental que los despachos tengan una hoja de ruta clara que esté alineada con los objetivos de la firma y que ayude a construir correctamente la reputación del bufete. A veces, “menos es más”.

Sara Santos es directora de desarrollo de negocio y marketing en Ventura Garcés López-Ibor.

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