Elvas, la ciudad fortaleza que nunca defrauda
Los fuertes de la ciudad portuguesa son Patrimonio de la Humanidad
Elvas es el primer encuentro con el Alentejo portugués, a escasos 20 kilómetros de Badajoz. Sobre un suave paisaje ondulado, aparece en un promontorio esta ciudad que, entre los siglos XVII y XIX, se rodeó de una extraordinaria colección de fuertes en baluarte, Patrimonio de la Humanidad desde 2012.
Los fosos y las potentes murallas hablan de su posición estratégica, en La Raya, la frontera entre España y Portugal. Se trata del mayor sistema conservado de murallas y fosos secos del mundo. Tanto es así, que está considerada como ciudad museo de fortificaciones.
Dentro del recinto, con hasta cuatro líneas de defensa de diferentes épocas –los restos de la primera, que enmarca el centro histórico, se remontan a la época árabe; las siguientes son de los siglos XII, XIV y XVII–, hay barracones y otros edificios militares; también iglesias y monasterios. Todo un mundo por descubrir. El fuerte de la Graça, del siglo XVIII, quizá el más espectacular, nunca fue conquistado y acabó siendo una dura prisión hasta 1974.
Ocupada por los árabes hasta 1226 y tomada en 1580 por las tropas de Felipe II, dirigidas por el duque de Alba, fue, tras la independencia de Portugal en 1640, cuando Elvas reforzó este excepcional complejo defensivo, que en gran parte sigue hoy en pie y es uno de sus grandes atractivos.
Desde el castillo se obtienen las mejores vistas del valle del Guadiana y de la villa
Elvas también fue asediada durante la Guerra de las Naranjas y, posteriormente, sirvió al inglés Wellington para lanzar sus ataques contra las tropas napoleónicas en los años en que la Península Ibérica formó frente común ante el asedio francés.
El gran acueducto
Pero esta ciudad tiene mucho más que ver que sus fuertes. Para llevar agua a la urbe amurallada se construyó, entre los siglos XV y XVII, un gran acueducto, que da la bienvenida al visitante. Se extiende a lo largo de casi ocho kilómetros hasta alcanzar la fuente de mármol del Largo da Misericórdia.
Esta impresionante obra de ingeniería, también conocida como acueducto de Amoreira, ideada para asegurar el suministro de agua durante los sitios a los que fue sometida Elvas, tardó más de 120 años en concluirse y consta de enormes contrafuertes cilíndricos y varios pisos de arcos que, en algunos puntos, llegan hasta 30 metros de altura.
Aún corre el agua por él. Uno de los mejores lugares para contemplarlo es desde la antigua carretera de Lisboa, al oeste del casco viejo.
El paseo por el centro histórico se debe iniciar en la plaza de la República, eje central de la localidad, donde se encuentra el ayuntamiento y la iglesia fortificada de Nuestra Señora de la Asunción, otrora sede episcopal y catedral hasta que Elvas perdió ese rango en 1882. Edificada entre 1517 y 1537 y renovada en siglos posteriores, todavía conserva algunos detalles manuelinos en su fachada principal.
Subiendo hacia la parte alta de la villa, se cruza la línea de muralla más antigua, correspondiente a la alcazaba, para adentrarse por el trazado medieval de calles estrechas, antes de alcanzar el castillo, de planta árabe, desde donde se obtienen las mejores vistas de Elvas y alrededores, con los fuertes de Santa Lucía y el de Graça, el valle del Guadiana y, en el horizonte, Extremadura.
Cerca del castillo, en el Cementerio de los Ingleses, están enterrados soldados británicos que lucharon contra las tropas napoleónicas.
Sugerencias
Dormir. Situado justo enfrente del acueducto, el hotel Dom Luis es una opción interesante. Reformado recientemente, ofrece habitaciones amplias y un jardín con piscina exterior de temporada. Excelente relación calidad-precio. A partir de 60 euros.
Comer. El Cristo es un restaurante muy visitado por los españoles que cruzan La Raya los fines de semana, sobre todo para comer marisco. El resto de la semana está más tranquilo. Parque da Piedade. Tel: +351 268 623 582.