COP25: el reto de lograr que los países recorten más sus emisiones
El encuentro busca sellar las últimas reglas funcionamiento del Acuerdo de París antes de su puesta en marcha el próximo año
Por primera vez desde el inicio de las cumbres anuales del clima de Naciones Unidas, hace ya un cuarto de siglo, Madrid acoge la COP25 desde este lunes hasta el próximo 13 de diciembre. Cuatro años después de la COP21 en la que se adoptó el histórico Acuerdo de París, la cita en la capital española es la última que tendrá lugar antes de que el tratado eche a andar en 2020, una vez expire la vigencia del Protocolo de Kioto.
El evento, que se desarrollará durante dos semanas en los pabellones de Ifema, busca que los cerca de 200 países firmantes lleguen a un acuerdo para pulir las cuestiones más técnicas de su implementación una vez sellado ya su desarrollo reglamentario y acordar el diseño del nuevo mecanismo de comercio de emisiones que regirá. Pero sobre todo, se trata de lograr que aumente el número de Estados que se comprometen a elevar sus planes de recorte de emisiones de efecto invernadero, insuficientes por ahora para cumplir con los objetivos marcados en París y hacer que el calentamiento global se quede dentro de unos límites manejables.
La 25 edición de la Conferencia de las Partes (COP), el máximo órgano de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el cambio climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) se produce en un momento de gran movilización ciudadana, especialmente entre las generaciones más jóvenes, que en el último año han salido a la calle cada viernes para pedir a los dirigentes que tomen de una vez acciones para si no revertir, al menos contener la crisis climática.
No en vano, en 2018 los gases de efecto invernadero en la atmósfera marcaron un nuevo récord, al alcanzar la concentración más alta de los últimos tres millones de años, principalmente por la combustión de energías fósiles, y lejos de reducirse, su ritmo de crecimiento se ha acelerado en los últimos años, según ha advertido la Organización Meteorológica Mundial. Ello ha hecho, además, que el año pasado fuera el cuarto más cálido desde finales del siglo XIX, solo por detrás de 2015, 2016 y 2017.
En 2015, la práctica totalidad de países del mundo (196 más la Unión Europea)se comprometieron en el Acuerdo de París a presentar planes de recortes de sus emisiones revisables quinquenalmente, para contener la subida de la temperatura del planeta a los dos grados en 2100 respecto a los niveles preindustriales y hacer todos los esfuerzos para tratar de que no supere los 1,5 grados, un margen tras el cual se desatarían episodios climáticos extremos, con subidas del nivel del mar, pérdida de ecosistemas y millones de desplazados.
Hasta la fecha, 187 miembros han presentado planes nacionales de recorte, pero según alerta el panel asesor de la ONU, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés), éstos son de lejos insuficientes, ya que supondrían un aumento de la temperatura de 3,2 grados, el doble del objetivo marcado. Para no superar el umbral de los 1,5 grados a final de siglo, los expertos insisten en que las emisiones tendrían que recortarse a la mitad en 2030 respecto a 1990 y alcanzar la neutralidad climática en 2050, de ahí la urgencia, según la ONU, de que los países que revisen al alza sus planes.
De los 187 miembros que han presentando planes de recorte de emisiones, menos de un 40% (68, la mayoría europeos, entre ellos España) se ha comprometido recientemente a revisar de forma más estricta su objetivo de emisiones de gases de efecto invernadero, si bien la ONU espera que cerca de otros 80 lo hagan durante la cumbre en Madrid. Entre ellos no figuran por el momento China e India, el primer y tercer país más contaminante del planeta. Sumando a Estados Unidos y a la UE, estos cuatro actores emiten juntos más del 60% de las emisiones contaminantes del todo el globo. A pesar de que Barack Obama fue uno de los principales impulsores del Acuerdo de París, su sucesor, Donald Trump, inició el mes pasado los trámites para retirar a Estados Unidos del pacto, aunque el proceso no podrá materializarse hasta noviembre de 2020, en un momento clave en el país por la celebración de elecciones presidenciales. Así, de no repetir en el cargo, la inclusión de EE UU podría estar de nuevo sobre la mesa.
Más allá de tratar de endurecer los planes de recorte, en Madrid se tendrá que zanjar el diseño de los Mecanismos de Cooperación, herederos de los existentes mercados de emisiones puestos en marcha por Kioto. También se analizarán los aspectos financieros del fondo de 100.000 millones de dólares anuales que se recaudará a partir de 2020 para tratar de que los países con menos recursos puedan afrontar el cambio climático.