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La tribuna de los fondos
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Pensemos en nuestro futuro, exijamos rentabilidad

El 90% del ahorro no se concentra en los planes con mejores rendimientos en ninguna de las categorías, pero sí en los de mayor tamaño

GettyImages

Casi sin darnos cuenta estamos ya en la recta final del año y, llegados a estas fechas, hay varias decisiones recurrentes que incumben a nuestro bolsillo: cuánto nos dejaremos seducir por el Black Friday, cuánto nos gastaremos en las tradicionales compras navideñas y... la aportación anual a planes de pensiones. Sentido del humor aparte, nos gustaría analizar cómo los españoles afrontamos la inversión en planes de pensiones, porque la realidad es que solemos dar un tratamiento intrascendente a una decisión que, en el fondo, es importantísima.

Hagamos una primera reflexión: ¿por qué aportamos a planes de pensiones? Muchas personas responderían que es por la ventaja fiscal en el momento de la aportación. Sin entrar en especulaciones sobre si las ventajas actuales continuarán o no (esperamos que sí lo hagan), la realidad es que muy pocos partícipes miran más allá del aspecto fiscal. Es como si el aspecto “ahorro” se disociara del aspecto “inversión” cuando de planes de pensiones se trata.

Hagamos una radiografía de nuestro modus operandi:

-Lo dejamos para el último momento del año.

-No lo ponemos en el contexto de un plan pensado y meditado, que nos haga ver nuestra realidad al cabo del tiempo.

-Nos pueden los mensajes comerciales (regalos, bonificaciones, etc.) de las entidades financieras.

-Nos anclan ciertos mitos, como que no existen planes rentables y que todos son muy caros.

-Nos dejamos llevar por malas experiencias del pasado.

Este comportamiento nos ha llevado a que la mayoría del ahorro acumulado en planes de pensiones esté invertido en activos poco rentables y en productos poco rentables. Empecemos por los activos: el 60% de los 75.200 millones gestionados a través de planes de pensiones en España está invertido en renta fija y activos del mercado monetario. Desgraciadamente, estos activos no van a generar rentabilidad alguna en los próximos años para los partícipes y ni siquiera batirán a la inflación.

Pasando ahora a los productos, el panorama en España es un tanto desolador. El 90% del ahorro no se concentra en los planes más rentables en ninguna de las categorías, pero sí en los más grandes. Esto les cuesta a los ahorradores españoles entre 2 y 3 puntos de rentabilidad anualizada en periodos de diez años. ¿Saben qué supone eso? Una diferencia de un 3% más al cabo de, por ejemplo, 20 años, supone tener un 80% más de dinero.

Es esta realidad la que genera un cierto desencanto de los partícipes hacia el vehículo planes de pensiones. No obstante, nosotros pensamos que se puede revertir esta realidad si adoptamos unas sencillas pautas.

Y parte del camino comienza haciéndonos una serie de preguntas, como, por ejemplo: ¿cómo me gustaría vivir cuando me jubile? ¿Cuántos años me quedan hasta la jubilación? ¿Cuánto dinero necesito para vivir como me gustaría? ¿Qué rentabilidad necesito para conseguir vivir como quiero? ¿Cuál es el activo o la cartera más adecuada para mí, dado mi horizonte temporal? ¿Existen planes de pensiones rentables?

Si cada uno de nosotros buscamos las respuestas a estas preguntas, estaremos en el buen camino, y los consejeros financieros (como nos gusta llamarnos) estamos aquí para ayudarles a encontrar esas respuestas.

Las respuestas a las seis primeras preguntas son vitales y forman parte del diseño de un plan financiero personal que nos pinte en números nuestro futuro. Este ejercicio es muy valioso y nos aportará claridad y, lo que es más importante, nos marcará el camino a seguir. Posteriormente, tendremos que dedicar tiempo al aspecto que tiene que ver puramente con las inversiones, el diseño de la cartera y la elección del plan o planes de pensiones más adecuados.

Cuando se trata de ahorrar para la jubilación nuestro mayor activo es el tiempo. Tenemos tiempo, tenemos plazo, aprovechémonos de eso y saquemos el máximo partido a nuestro ahorro. Si vamos a vivir 100 años, necesitamos, más que nunca, que nuestro dinero trabaje por nosotros.

El activo que más paga a largo plazo es la renta variable, sin embargo, como hemos comentado, muy pocos partícipes invierten en bolsa, pese a disponer del horizonte temporal para hacerlo. Cuando no tenemos un plan, las emociones juegan en nuestra contra. Cuando lo tenemos, somos capaces de aceptar fluctuaciones en el corto plazo para aspirar a mayores rentabilidades futuras.

Dicho esto, la solución tampoco pasa por invertir de cualquier manera en bolsa. Pensamos que hoy, más que nunca, es crucial confiar en una gestión profesional del plan de pensiones. La diferencia entre un buen y un mal plan de pensiones puede ser enorme y estar en el lado equivocado puede dar al traste con nuestra planificación.

Nosotros pensamos que hay que tener un enfoque global cuando se invierte en renta variable, dedicarle esfuerzo y cariño a la gestión, tomar las decisiones geográficas, sectoriales y de selección de gestores más oportunas en cada momento y volcarse en la generación de rentabilidad sin descuidar la protección del capital en momentos de mayor volatilidad. Esto solo puede hacerse si hay un equipo dedicado y con experiencia.

Es importante pensar en nuestro futuro. Si queremos disfrutar de una buena jubilación, tenemos que ahorrar, tenemos que invertir y tenemos que exigir rentabilidad a nuestras inversiones. También (y, sobre todo) a los planes de pensiones. Porque sí hay planes de pensiones rentables.

Para ello, nuestro consejo es que se apoyen en profesionales expertos que les animen a imaginarse y pintar su futuro y les ayuden tanto en la etapa de planificación como en la de inversión. Hacerlo así marca la diferencia. No sabemos predecir el futuro, pero como decía Leonardo da Vinci, la experiencia es el único maestro en el que podemos confiar.

 Marta Campello es socia y gestora de Abante

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