Arantxa Tapia (Gobierno Vasco): “Entraremos en las empresas como minoritarios, pero con un consejero”
El fondo Finkatuz del Ejecutivo vasco para la compra de participaciones se constituirá en diciembre con 100 millones
Arantxa Tapia (Astigarraga, Gipuzkoa, 1963) adelanta los planes del nuevo fondo de inversiones del Gobierno vasco para la toma de participaciones empresariales y valora la reacción de la UE ante el proteccionismo de Estados Unidos, sin dejar en el tintero los retos de la industria ante la transformación digital.
- R. ¿Qué recursos tendrá Finkatuz [arraigando, en euskera], el fondo de participaciones empresariales del Ejecutivo vasco?
- R. Participado al 100% por el Gobierno vasco, estará dotado con 100 millones, pero con la intención de ampliar esa cantidad. El proyecto de presupuestos para 2020 ya recoge una partida de 75 millones, con lo que dispondría de 175 millones. Realizará inversiones en grupos con vocación de permanencia en Euskadi e integrados en sectores estratégicos, con proyectos internacionales y de innovación. En industria, por ejemplo, en equipos de transporte, aeronáutica y máquina-herramienta. Sin olvidar las áreas de biociencias y energía.
- R. ¿Cuáles serán sus próximos pasos?
- R. Los dos primeros han sido la entrada en CAF y en la láctea Kaiku. Y en cuanto concluyan los trámites legales, para el próximo mes de diciembre, ya se constituirá formalmente Finkatuz. El Gobierno vasco nunca será el accionista mayoritario, pero sí contará con un porcentaje suficiente para tener un representante en el consejo de administración, para estar al tanto de los planes en marcha. Y será un inversor con vocación de permanencia. Otras Administraciones ya tienen instrumentos de estas características.
Los vehículos impulsados por baterías contaminan
más que los alimentados por diésel con el actual mix energético
- R. ¿Contarán con el apoyo de empresarios locales?
- R. Algunos grupos familiares ya están apoyando proyectos por su cuenta, y sí que nos gustaría contar con ellos como compañeros de viaje. No a largo plazo, sino en la fase inicial de la inversión.
- R. ¿La UE está respondiendo con la debida fuerza y cohesión interna al proteccionismo de Donald Trump?
- R. Parece que habrá una respuesta de Bruselas a sus nuevos aranceles, aunque las guerras comerciales no son buenas, como se demuestra con el efecto en la economía internacional del enfrentamiento entre Estados Unidos y China. En la Unión Europea hay muchos Estados, cada uno con sus intereses, sobre todo en el caso de los aranceles por Airbus, pero las decisiones comunitarias se tienen que tomar desde el consenso porque, si no, se debilita la Unión.
- R. Desde el Gobierno promueven la diversificación internacional de los vinos vascos. ¿Se mira a Asia?
- R. Sí; por ejemplo, a Japón. El gobernador de Fukushima visitó Euskadi recientemente y comentó que el vino blanco de Rioja Alavesa y los txakolis maridan muy bien con la gastronomía de su país, muy basada en el pescado. También se buscan nuevos clientes en el norte de Europa o en Suiza. Pero las bodegas quieren consolidar sus exportaciones a Estados Unidos, pese a los aranceles. Por otro lado, la Denominación de Origen Rioja creo que no está bien posicionada en el segmento prémium, de más precio por botella pero con más calidad. Los vinos de Rioja Alavesa tienen un gran potencial. Hay que impulsarlos entre la Administración y las empresas. La nueva oficina pública de promoción, Ardoa Basque Wine, estructura los servicios que ya existían para las bodegas y a futuro también integrará a los productores vascos de sidra y de cerveza. Por cierto, los caldos locales también hay que promoverlos en Euskadi, donde hay un cierto desconocimiento de su oferta.
- R. ¿Cómo está el sector aeronáutico ante las amenazas arancelarias de Trump?
- R. Sigue la evolución de los acontecimientos con cautela y preocupación. Esos aranceles gravan, en principio, los aviones de Airbus fabricados en varios países de Europa. Habrá que ver si el problema se extiende aguas abajo, a los productores de componentes que exportan a Estados Unidos.
- R. ¿Qué opina de la actuación de Bruselas ante las importaciones masivas de acero de Europa?
- R. Ha respondido bien en relación con las materias primas, pero no con los productos semiacabados que luego se terminan en Europa y se venden como comunitarios, caso de las torres eólicas. La UE tiene que ir más allá, cerrar una política integral, que no proteccionista, que evite estas filtraciones. Tiene que tener en cuenta circunstancias como que la siderurgia china no cumple con las condiciones ambientales que acatan las acerías europeas y encarecen sus procesos.
- R. El Brexit escribe un nuevo capitulo cada día
- R. Y nos sorprende de continuo. Esperemos que el capítulo final sea el del cierre de un acuerdo real sobre una salida ordenada.
- R. ¿La ralentización económica frenará las exportaciones vascas?
- R. Afecta a todo, en un escenario empeorado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Pero las empresas están bien preparadas. Seguirá el crecimiento, no al 3% pero sí al 1,5% o al 1%, unos porcentajes que hubiéramos firmados en la pasada crisis de 2008. Y no podemos pararnos a esperar a ver qué ocurre. Pero está claro que las exportaciones de Euskadi están consolidadas por encima del volumen anual de 20.000 millones.
- R. El sector vasco de automoción, ¿está preparado para los cambios que llegan?
- R. En todos los ámbitos, no solo en el del coche eléctrico, sino también en el de la conectividad a bordo, la movilidad compartida o la conducción autónoma. Esa adaptación depende de cada empresa. Seguirán las que ya se están diversificando. Tendrá que ser una transición ordenada. En un día no se adaptan las fábricas al montaje de coches con baterías. Además, está pendiente la adaptación del sector eléctrico a la nueva demanda del vehículo eléctrico, que hoy es caro, lo que puede crear una brecha social si no se democratiza su oferta. Si es por el tema ambiental, con el actual mix energético, un coche impulsado por diésel contamina menos que uno eléctrico. Ahí están los impactos de la extracción en África de las materias primas, y las condiciones de fabricación en China de las baterías y sus exportaciones.
Por el cambio cultural
Digitalización. Tapia opina, sobre la adaptación de la industria vasca a la transformación digital, que las empresas son muy conscientes de la necesidad de ese cambio. Pero todavía “hay mucha tecnología en procesos, pero menos innovación en los apartados no tecnológicos, como la gestión financiera y de las personas o el marketing y el diseño. Tiene que ser un cambio cultural, porque la digitalización lo requiere”. En relación con la ciberseguridad, la consejera cree que las compañías aún no valoran los peligros de los ataques digitales, que pueden venir por la simple lectura de un correo electrónico y la aceptación posterior para abrir unos archivos de unos remitentes desconocidos. “Hay que sensibilizar más”, señala.