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JUBILACIÓN

¿Estamos obligados a jubilarnos?

El concepto de jubilación está evolucionando: con vidas más largas, redefinir qué jubilación vamos a querer tener es casi una obligación

María va a cumplir 65 años, trabaja en el sector farmacéutico y no quiere jubilarse. Le gusta su trabajo, se siente activa y con ganas de seguir trabajando y se pregunta si cuando alcance la edad legal de jubilación - en la actualidad se sitúa en los 65 años para quienes hayan cotizado 36 años y 9 meses o más y en 65 años y 8 meses para los que hayan cotizado menos- su empresa le dejará seguir trabajando en las mismas condiciones.

El caso de Jorge es distinto, aunque su preocupación es la misma. Trabaja en el sector de la automoción, en unos meses va a llegar a la edad ordinaria de jubilación y no quiere dejar de trabajar todavía porque con lo que tiene cotizado hasta la fecha no puede recibir el 100% de su base reguladora, por lo que quiere seguir en activo y le preocupa no poder hacerlo: “¿puedo seguir trabajando una vez que he llegado a la edad legal de jubilación?

Jubilación: ¿sí o sí? ¿Qué nos dice la ley?

La realidad es que la jubilación obligatoria existe, de nuevo, desde el pasado mes de diciembre, pero con matices y cumpliendo algunos requisitos.

Con la reforma laboral del año 2012 se prohibió incluir en los convenios colectivos cláusulas de jubilación forzosa. Con carácter general, y exceptuando a algunos funcionarios, las empresas ya no podían obligar a sus trabajadores a jubilarse cuando alcanzaban la edad legal para dejar a trabajar.

En diciembre de 2018, el Gobierno aprobó un real decreto ley de medidas sociales y económicas en el que incluía una reforma del Estatuto de los Trabajadores por la que las empresas, mediante convenio colectivo, pueden incluir cláusulas que permitan extinguir un contrato de trabajo cuando se cumple la edad legal de jubilación. La única condición es que la persona, en ese momento, tenga derecho a recibir el 100% de la pensión.

El concepto de jubilación, en constante evolución

María y Jorge son solo una pequeña muestra de las diferentes necesidades y preocupaciones que tienen las personas cuando se acercan a la edad de jubilación. Lo cierto es que no todos queremos las mismas cosas, ni contamos con los mismos recursos, ni llegamos a la jubilación en las mismas condiciones de salud y, por eso, cuando pensamos en planificar nuestra jubilación debemos pensar que no hay una receta única.

Puede que cuando lleguemos a la edad de jubilación queramos seguir trabajando por necesidad o puede que queramos hacerlo por gusto o, quizás, queramos seguir en el mercado laboral, pero con cierta flexibilidad y reduciendo el ritmo poco a poco, optando por la jubilación parcial o flexible.

Un ejemplo de que el concepto de jubilación está evolucionando lo encontramos en la llamada generación U -unretired- que está formada por las personas que no se jubilan. Aunque este fenómeno es más común en países como Estados Unidos, en España cada vez hay más personas que optan por no retirarse y deciden mantenerse en su mismo puesto de trabajo o reinventarse y emprender un nuevo proyecto como autónomos, o cambiar de trabajo y desarrollar una segunda carrera profesional.

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¿Cómo planificamos con éxito nuestra jubilación?

Lo primero que debemos tener en mente es que, si pensamos con tiempo en nuestra jubilación y tomamos medidas, es decir, pasamos de la preocupación a la acción, tendremos más margen de maniobra para cambiar lo que estamos haciendo o para pensar qué jubilación vamos a querer tener y ahorrar e invertir pensando en nuestros objetivos.

Además, al pensar en nuestra jubilación no podemos pasar por alto una realidad que nos va a afectar en primera persona: el incremento de la esperanza de vida. Aunque todavía sea algo que nos cueste creer, en cuestión de décadas ser centenario va a ser algo normal. Solo en el último siglo, la esperanza de vida se ha duplicado en España, situándose en la actualidad, y según datos del Instituto Nacional de Estadística, en 80,4 años para los hombres y en 85,7 para las mujeres.

Aquí, además, conviene recordar que la edad legal de jubilación se fijó en los 65 años a finales del siglo XIX -fue el canciller Otto Von Bismarck quien la fijó en a esa edad para retirar a los más mayores del ejército-. Como recuerdan en “La revolución de las canas”, escrito por Antonio Huertas, presidente de Mapfre, e Iñaki Ortega, director de Deusto Business Schoolen Madrid, a comienzos del siglo XX, solo una de cada cien personas llegaba a los 65 años; hoy, en cambio, el 95% de las personas supera ese umbral. ¿Tiene sentido entonces seguir jubilándonos a los 65 años?

Son muchos los expertos que apuestan por fijar la edad de jubilación en función de la esperanza de vida. Y es que lo cierto es que, si vivimos más tiempo y nos seguimos jubilando a la misma edad, vamos a pasar muchos más años de nuestra vida como jubilados, y esto implica que vamos a tener más gastos y, también, más tiempo libre. El incremento de la esperanza de vida también está haciendo que ganemos en salud: vivimos más años y vivimos mejor.

Como dijo el doctor Sergei Scherbov: “El umbral de la vejez no debería ser algo fijo, sino que depende de las características de las personas”. Es decir, no todos llegamos a los 65 años en las mismas condiciones y con las mismas ganas de hacer cosas. Por ello, definir nuestra jubilación tiene que partir siempre de nosotros.

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