Más competencia en el nuevo escenario del crédito a la vivienda
La banca se enfrenta a una revolución que la obliga a aumentar la oferta de productos y la transparencia
La política de tipos ultrabajos marcada por el BCE ha desembocado en un resurgimiento inédito de las hipotecas fijas frente a las de interés variable. La nueva ley hipotecaria, en vigor desde junio, extendió la certeza de una subida de los precios de los préstamos como contrapartida a los nuevos costes que ha pasado a asumir la banca, que además así lo había previsto. El Banco de España echó leña al fuego cuando alertó de un encarecimiento de las hipotecas antes de la entrada en vigor de la ley, que interpretó como la preparación previa del sector. Sin embargo, Economía replicó que ese incremento era progresivo desde un año antes y se debía al mayor peso de las hipotecas a tipo fijo, que tienen asignado un interés mayor. Teniendo en cuenta que ambas posibilidades son compatibles, lo cierto es que la mayor parte de las entidades se han lanzado a una carrera de bajadas en las hipotecas referenciadas a tipo fijo, mientras que las variables se han mantenido. Una estrategia posiblemente más achacable, aunque no solo, a la prolongación de la política de tipos cero del BCE que al cambio de escenario normativo.
La estadística del INE respalda en principio la teoría de Economía: la proporción de préstamos fijos sobre el total ha crecido en los últimos meses y según el último dato disponible, de junio, suponían ya el 44% de las hipotecas firmadas, la cota más alta vista nunca. Y la especial situación del mercado, con el índice de referencia más utilizado en las hipotecas variables, el euríbor, en mínimos históricos, hace prever que la banca quiera mantener esa tendencia. Los bajos tipos y el esperable recorte aún mayor por el BCE de la facilidad marginal de depósito –lo que cobra a la banca por guardarle la liquidez, que está en negativo– incentiva a las entidades para prestar, pero adecuando sus ofertas a la demanda.
Los bancos han entrado en esa dinámica con las hipotecas coherente con las nuevas condiciones de un mercado que debe desembocar en más competencia. Que hay margen para ello lo demuestra que la diferencia en las hipotecas fijas es en buena parte responsable del 43% más caros que son estos préstamos en España que en la zona euro. En todo caso, la banca se enfrenta a una revolución en el crédito para vivienda que la obliga a aumentar la competencia, la panoplia de productos y la transparencia. Y ello, mientras espera el fallo del Tribunal de la UE sobre el índice de referencia para préstamos hipotecarios (IRPH), que en caso de que determine que los bancos cobraron de más puede impactar hasta con 25.000 millones en sus cuentas. De ser así, y el abogado general de la UE puede dar pistas claras este martes, la escena hipotecaria sufriría otro dramático cambio.