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Editoriales
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Frente a la tormenta, mucha calma y buscar buenos refugios

Las correcciones de los mercados también pueden presentar oportunidades

CINCO DÍAS

El mes de agosto ha cruzado su ecuador en un ambiente turbulento para la economía. La tensión comercial entre EE UU y China está quemando etapas a un ritmo vertiginoso, la OMC advierte de una contracción del comercio mundial y un Brexit a las bravas toma cada vez más cuerpo, con el agravante de que el PIB de Reino Unido está en negativo. Por si fuera poco, la UE han confirmado un serio enfriamiento, con Alemania e Italia al borde de la recesión; pero no solo, porque otras grandes economías al otro lado del Atlántico, como Brasil y México, corren el mismo riesgo. La guinda la ha puesto Argentina, de nuevo foco de preocupación por el inesperado retorno con fuerza del peronismo. Ante este panorama, los inversores han acelerado las ventas de renta variable y se han lanzado a la búsqueda de refugio en la deuda soberana.

Los indicadores económicos refuerzan la inquietud y que la producción industrial se debilite en China (crece al menor ritmo desde 2012) es un elemento más de preo­cupación. Y aunque la economía de EE UU mantenga su fortaleza, es allí donde han saltado las alarmas con la inversión de la curva de tipos, lo que quiere decir que los inversores dudan seriamente del futuro más inmediato y, según la tradición, el augurio de una recesión. Aunque no sea en absoluto infalible, sí avanzó la última gran crisis.

La gran duda para los inversores es cómo acertar para proteger sus activos en medio de la tormenta, y en un entorno de un imparable descenso de las rentabilidades de la deuda, a la espera de nuevos y contundentes estímulos monetarios. La primera lección, que sirve para todo, es no perder la calma en medio del frenesí. Conviene siempre recordar que se pierde más intentando prever correcciones que sufriéndolas. La volatilidad es consustancial a los mercados y lo deseable es tener una cartera adecuada para el riesgo real que quiere asumir. Conseguido esto, y antes de huir sin más, un rebalanceo de la cartera es igualmente aconsejable, aunque sea en favor de activos como los monetarios, que ofrezcan menos rentabilidad. Aumentar la liquidez de las carteras, como están haciendo algunos de los mejores gestores de fondos, es otra medida acertada, a la espera de que se despeje el panorama, sin descartar destinar parte a comprar oro, revalorizado un 18% en lo que va de año. Pero si la decisión es permanecer en Bolsa, los valores defensivos, como los energéticos o los farmacéuticos, no cíclicos, regulados, muy estables y con resultados recurrentes, pueden ser una solución para evitar sobresaltos. No obstante, y con la prudencia como clave número uno y teniendo claro el nivel de riesgo a asumible, las correcciones de los mercados también pueden presentar oportunidades.

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