El liderazgo en la serie ‘La casa de papel’
Los personajes del mayor éxito en habla no inglesa de Netflix representan las distintas formas de dirigir un proyecto
La casa de papel, creada por Álex Pina jugando con la ambigüedad moral, se ha convertido en la serie de habla no inglesa de mayor éxito en Netflix. Se centra en una banda de ocho ladrones que, dirigidos por el misterioso Profesor, tienen como objetivo robar la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en España imprimiendo 2.400 millones de euros durante 11 días con más de 60 rehenes en su interior.
Durante los avatares de la operación, los espectadores quedan seducidos por los personajes y sus relaciones. Las virtudes y las debilidades de sus estilos de liderazgo nos dejan lecciones valiosas para la empresa. ¿Qué lecciones de liderazgo podemos aprender?
El Profesor: visionario y autocrático. El Profesor es el CEO y mastermind de la meticulosa operación. Lo tiene todo planificado hasta el punto de la obsesión. Es sabio e intelectual, es respetado por su conocimiento y por la osadía del plan. Es un líder visionario muy focalizado en el proyecto, y les ha vendido una visión de un futuro mejor. Genera confianza mostrando competencia y generosidad. Su confianza es contagiosa y crea una cohesión casi mágica entre los miembros del equipo.
Les da una identidad colectiva al prohibirles hablar sobre sus vidas anteriores y bautizándoles con nombres de ciudades, como Tokio, Denver o Helsinki. Es un líder estratega que sabe aprovechar el potencial de cada miembro del equipo asignando roles. Mientras les explica el plan, el Profesor identifica sus fortalezas y debilidades.
Su debilidad es, en cambio, que impone su visión de forma autocrática y no permite que se cuestione su valor moral. El Profesor redefine la ética de la operación al referirse al dinero como tan sólo “papel” y busca la confrontación entre el sistema y el grupo.
Además, concentra en sí mismo las decisiones. Este tipo de líder suele operar mal en ambientes “VUCA” –volátil, incierto, de cambio y ambigüedad–. Es imposible tener el control absoluto. Los líderes más exitosos empoderan al grupo y delegan decisiones.
Le falta inteligencia emocional. Dicta una regla: “no relaciones personales”. Sin embargo, los sentimientos siempre acaban por aflorar. Los líderes efectivos no rechazan las emociones, sino que aprenden a gestionarlas.
Otro personaje es Berlín, operativo y cínico. Actúa como jefe de operaciones, y está al mando de las operaciones en el lugar de la acción. Cree firmemente en el proyecto; tiene la motivación y el coraje para hacer algo extraordinario. Da respuesta práctica y concreta a los problemas del día a día. Su gran valor como líder es su sacrificio personal por la causa.
Su debilidad es el cinismo y la distancia emocional con la que trata a los demás. Crea malas relaciones interpersonales, un clima innecesariamente hostil y es apartado temporalmente de su rol cuando Nairobi asume sus funciones. Liderar desde el miedo suele generar animosidad a medio y largo plazo.
Nairobi es empática y emocional, una líder capaz de cohesionar de nuevo al equipo y resolver conflictos personales con empatía. Su habilidad es gestionar personas. Está comprometida con el plan estratégico, pero también con los miembros del grupo. Los líderes empáticos leen las emociones de cada uno y les muestran apoyo en los momentos difíciles. Representa el matriarcado, el liderazgo estereotípicamente femenino: extrovertida y orientada a la gente.
Sin embargo, las emociones pueden jugar una mala pasada en situaciones de crisis. Los líderes con una alta necesidad de afiliación suelen tomar decisiones demasiado arriesgadas.
La Inspectora es metódica y vulnerable. El liderazgo de la Inspectora al mando de las fuerzas de élite de la policía es un ejemplo de liderazgo intelectual: su base de poder es el conocimiento.
Es analítica y racional, Raquel Murillo negocia hábilmente con el Profesor. Su inteligencia y experiencia hacen que su investigación sea flexible e innovadora. Al mismo tiempo, se muestra vulnerable cuando comparte la compleja realidad de su vida personal y tiene resiliencia para gestionar los momentos de crisis.
El cansancio emocional le lleva a confiar ciegamente y su capacidad analítica se ve reducida. Su situación representa el reto de muchas mujeres para conseguir la credibilidad en ambientes de trabajo mayoritariamente masculinos.
Al final, el misterio del liderazgo del Profesor radica en la identificación personal de los miembros del equipo con su visión. Ya no es “el plan del Profesor”: Es el plan de Denver y Moscú, padre e hijo que con lealtad están dispuestos al sacrificio personal con la esperanza de un futuro mejor. Es el plan de Helsinki y Oslo, operativos y fieles, que siguen órdenes sin cuestionar. Es el plan de Tokio y Río, pareja apasionada que busca no solo la recompensa final sino también la aventura en el proceso.
Margarita Mayo es profesora de Liderazgo de IE Business School