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Ostras de la ría para consolar al capitán Nemo en Vigo

Ciudad con carácter, la ciudad gallega está repleta de sorpresas

Panorámica del puerto desde el monte o Castro.
Panorámica del puerto desde el monte o Castro.Fotos: Marce Redondo

Por su ubicación privilegiada, la mayor ciudad de Galicia es uno de los destinos imprescindibles de turismo urbano del norte de España. Un clima templado todo el año, excepcional en aquellas tierras, una excelente gastronomía, paisajes de gran belleza… Ciudad con carácter, Vigo está repleto de sorpresas.

Las calles de la zona vieja bajan serpenteando en busca del mar: Palma, Oliva o la calle Real, que une el Berbé, el antiguo barrio de pescadores, uno de los primeros enclaves medievales, con la Colegiata, como se conoce a la concatedral de Vigo.

Es el lugar para saborear el mejor pescado y marisco de Galicia

Desde la siempre animada plaza de la Constitución, el centro del barrio histórico que en el pasado albergó el antiguo ayuntamiento de la ciudad (hoy Casa Galega da Cultura) y también punto de encuentro diario de los vigueses para el aperitivo o las copas, hasta la plaza de la Pescadería, lugar donde probar las famosas ostras que cada mañana llegan directamente de las bateas, este barrio, conocido como casco vello, merece varias visitas para disfrutarlo en diferentes momentos. Esta es, además, una de las mejores zonas gastronómicas de la ciudad para saborear los mejores pescados y mariscos de Galicia y, por supuesto, de España.

Vigo señorial

El Ensanche es el Vigo señorial, una zona arquitectónicamente muy interesante con edificios de una factura imponente. Es donde levantaron sus viviendas y algunas de las sedes de sus empresas e instituciones los conserveros catalanes que fraguaron la ciudad moderna en el siglo XIX. En su área comercial y cultural se concentra buena parte de la oferta de ocio: museos y exposiciones, galerías de arte, comercios…

Por la tarde es el lugar perfecto para dar un paseo, hay jardines y parques para niños, o sentarse en alguna de las muchas terrazas; al atardecer se convierte en un concurrido afterwork (el llamado tardeo) que se extiende hasta el puerto, y a un paso del barrio histórico; horas después, es territorio ocupado por los noctámbulos.

Plaza de la Constitución.
Plaza de la Constitución.

Las calles peatonales del Ensanche son perfectas para llegar caminando hasta la ría de Vigo, probablemente el mayor tesoro de la ciudad; es la que se encuentra más al sur de las Rías Baixas y la de mayor calado de Galicia. Hermosa y única, está protegida por las islas Cíes, un parque natural en medio del Atlántico, puerta de acceso a la ría de Vigo desde mar abierto y un paraíso de playas de aguas cristalinas.

El paseo que discurre a lo largo del puerto deportivo lleva, a un lado, hacia el centro comercial de A Laxe, y hacia el otro, al espigón, que termina en el faro. Este es uno de los lugares más románticos de Vigo: al recorrerlo da la impresión de estar en medio del océano y, desde allí, se puede disfrutar de una de las mejores puestas de sol de la ciudad.

La mejor vista

La vista más espectacular de la ría de Vigo se obtiene desde el monte O Castro, un lugar que tiene un simbolismo especial. Fue aquí donde se asentaron los primeros pobladores. O Castro es el mayor parque del centro de Vigo y es, junto con el de Castrelos, su auténtico pulmón. A lo largo de sus numerosos senderos se aprecia este precioso parque botánico, su historia y sus increíbles vistas. El paseo comienza en lo más alto del monte, en el centro de la fortaleza que lo corona, con unas murallas del siglo XVII.

Descendiendo por los caminos que bordean la fortificación en dirección al barrio histórico se de­semboca en otro mirador, donde se encuentra el monumento a los galeones de Rande que rememora un importante episodio de la historia de la ciudad: la batalla en la que se enfrentaron en 1702 la armada anglo-holandesa y una flota española escoltada por una francesa.

La mejor vista de la ría se obtiene desde el monte O Castro, un lugar que guarda un simbolismo especial para los vigueses

Los tesoros procedentes de América se hundieron con los navíos españoles en las profundas aguas de la ría. Recurrentemente, cada cierto tiempo se organizan expediciones para buscarlos, de momento, sin demasiado éxito.Tampoco lo consiguió el capitán Nemo con el submarino Nautilus en 1868, según relata Julio Verne en uno de los capítulos de 20.000 leguas de viaje submarino.

Placeres cotidianos

Esencia marinera. Uno de los lugares predilectos de los vigueses es el paseo Litoral de Bouzas, la esencia marinera de Vigo. Son dos kilómetros y medio de agradable recorrido junto al mar sin perder de vista las islas Cíes. Tiene una vía para bicis. Es también una zona frecuentada por aficionados a la pesca.

Un producto único. Por su textura y sabor, el pulpo de la ría es incomparable. En Vigo se prepara con la receta ancestral más popular de Galicia: el pulpo á feira.

Naturaleza. Además de las magníficas playas y la belleza de la ría, las laderas y montañas, al borde de la costa, forman un espectáculo natural que aporta a la ciudad un atractivo especial. Los parques forestales son ideales para practicar senderismo o hacer rutas en bicicleta. En los puntos más altos de los montes que rodean Vigo hay fuentes, ríos, regatos e incluso embalses para practicar la pesca en temporada.

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