Fátima Rojas: “La posidonia es la gran aliada en la lucha por la biodiversidad”
REE gana el Premio CincoDías a la iniciativa más innovadora en responsabilidad social
En los fondos marinos quedan todavía miles de especies de las que nada se conoce. Y hay otras que, pese a estar ya descubiertas, siguen siendo extrañas para muchos. Una de ellas es la posidonia, una planta marina, endémica del Mediterráneo, que en España suena más familiar en las Islas Baleares, pero que en el resto del territorio se antoja totalmente extraña. En Red Eléctrica de España (REE) la descubrieron hace poco, cuando tocó instalar el cable submarino entre Valencia y Palma que asegura el suministro eléctrico de la isla. La empresa se enamoró de la planta y de las praderas que forma, hoy en riesgo de retroceso. Y lanzó el proyecto del Bosque Marino, que ha recibido el Premio CincoDías a la Innovación Empresarial en la categoría de iniciativa empresarial más innovadora en responsabilidad social corporativa (RSC). Fátima Rojas, directora corporativa de sostenibilidad y relaciones externas de REE, habla maravillas de un plan que “ayuda a recuperar la gran joya del Mediterráneo”.
- R. ¿Cómo surgió el proyecto?
- R. Cuando tuvimos que hacer la interconexión eléctrica entre la Península y Baleares empezamos a estudiar los suelos marinos para dañar el ecosistema lo menos posible. Fue así como descubrimos la posidonia y la importancia de esta planta, que es una auténtica joya para la biodiversidad. Supimos que las praderas que forma están retrocediendo día a día y quisimos hacer algo para ayudar a recuperarlas. No había ni método ni mecanismo probado para ello, así que pusimos en marcha un proyecto de investigación con el Imedea [un centro mixto del CSIC y la Universidad de Baleares] para encontrar una manera de recuperar la planta, cultivarla y replantarla.
- R. ¿Por qué la posidonia? ¿Cuáles son las propiedades de esta planta?
- R. Vale para todo. Primero, es una fuente de captura de CO2. Acumula más cantidad que las selvas tropicales, por lo que ayuda a luchar contra el cambio climático. También es una fuente de riqueza, porque alrededor de las praderas que forma se genera vida para otras plantas y animales. Previene la erosión, porque sirve de freno al oleaje del mar y a la fuerza del agua. De hecho, se dice que un metro de pradera evita la desaparición de varios metros de playa. Por eso, si queremos luchar por la biodiversidad, la posidonia es nuestra gran aliada.
- R. ¿Qué es lo que deteriora y destruye la posidonia?
- R. Es una planta muy frágil y sensible a todos los cambios. Necesita mucha luz, por lo que, si hay cualquier problema de contaminación y se reduce la claridad de las aguas, sufre. También le afecta la basura y plásticos marinos, y sufre mucho con la pesca de arrastre y con las anclas de los yates de recreo que fondean en las calas. Es una planta muy vulnerable a los efectos de la acción humana en un ecosistema tan rico como el Mediterráneo.
- R. ¿El tendido marino también la daña?
- R. Nosotros estudiamos el fondo marino para colocar el cable en el camino menos dañino para estas praderas y así minimizar el impacto. La posidonia, no obstante, está siempre muy cerca de las costas porque necesita luz, por lo que suele estar como mucho a unos 20 metros de profundidad.
- R. ¿Cómo funciona el método que han desarrollado para replantar las praderas?
- R. Cogemos los fragmentos que se rompen de la planta y se quedan en el mar, y lo que hacemos es cultivarlos en el laboratorio o en el propio fondo marino para que echen raíces. Los anclamos en una herramienta que clavamos en las propias calas y, ahí, poco a poco, la planta crece y regenera las praderas. El método tiene una tasa de éxito superior al 90%, y aunque el proceso de recuperación es muy lento, funciona. Las consecuencias de esta recuperación las veremos en los próximos 50, 60 o 70 años. En Red Eléctrica nos hemos casado con la posidonia de por vida.
- R. ¿Cuánto dinero se ha invertido en el plan y cuánta pradera se ha recuperado?
- R. Primero, 500.000 euros para desarrollar toda la investigación y metodología. Y luego otro medio millón para el proceso de plantado. En total, dos hectáreas, en la bahía de Pollensa. Todo lo hemos financiado desde la empresa.
En el proyecto se han invertido en total un millón de euros
- R. La colaboración público-privada ha sido vital. ¿Fue difícil involucrar a tantos agentes?
- R. Hemos estado acompañados de la comunidad científica, representada por el Imedea. También por el Gobierno de Baleares y por el Ejército, porque dio la casualidad de que el proyecto piloto se hace en un sitio donde antes había pradera y donde las condiciones necesarias se cumplen. Y ese sitio está muy cerca del aeródromo del Ministerio de Defensa, que nos apoyó desde el comienzo.
- R. La posidonia es exclusiva del Mediterráneo. ¿Aspiran a replantarla en otras zonas o países bañados por este mar?
- R. Nuestra aspiración no ha sido generar un bosque enorme, porque no tenemos capacidad para ello. Hemos querido sentar las bases. Por eso los resultados y metodología están abiertos, para que en otros sitios del Mediterráneo puedan reproducirlos y replicar este Bosque Marino.
- R. ¿Cómo entiende Red Eléctrica la RSC?
- R. No como algo filantrópico, sino como una herramienta que contribuye a una buena causa entendiéndola y haciendo lo que de verdad es necesario. El tendido eléctrico impulsa la descarbonización de la economía y, a la vez, con proyectos como el del Bosque Marino ayudamos a la recuperación de los fondos del mar y a la lucha contra el cambio climático. Cumplimos con todo esto varios de los ODS [Objetivos de Desarrollo Sostenible] marcados por Naciones Unidas.