Innovación y apoyo institucional para impulsar el turismo 4.0
Muchas pymes del sector tienen grandes dificultades para aprovechar la tecnología
El avance de tecnologías como la inteligencia artificial, el big data, el internet de las cosas o blockchain, y de los porcentajes de penetración de smartphones, tabletas, wearables, etc., unido al uso cada vez más extendido de redes sociales y herramientas de mensajería instantánea, ha generado un escenario increíble para la mejora de la oferta existente y la creación de nuevos modelos de negocio donde la personalización, la inmediatez o el uso compartido de recursos permiten una autonomía y un enriquecimiento de la experiencia del turista sin precedentes en todas las fases de su viaje. Uno de los ejemplos más llamativos, aunque no el único, lo encontramos en la plataforma de economía colaborativa Airbnb.
Con los cerca de 83 millones de turistas extranjeros que visitan España al año parece casi imposible pensar en personalización e inmediatez, pero la verdad es que ya estamos en disposición de poder trabajar con patrones de comportamiento, identificar gustos y preferencias de forma grupal e individual, adaptar la oferta a estos gustos, dialogar automáticamente con el turista en su idioma y por sus canales de comunicación habituales, aprendiendo de ese diálogo y de su interacción con el destino, de forma automática y poco invasiva, para retroalimentar estos patrones. Tampoco debemos olvidar la existencia de múltiples y diversos medios de pago que favorecen y permiten el consumo de esta, cada vez más personalizada, oferta turística en el destino.
En este contexto global, las principales tendencias en lo que ya podemos considerar la era del turismo 4.0 se dirigen a la puesta en marcha de maketplaces locales y regionales donde se concentra la oferta actualizada con pasarelas de pago ágiles y multicanal; la creación de grandes datalakes de turismo que se nutren de datos procedentes de las operadoras de telefonía, los operadores bancarios, los turoperadores o las empresas de renting, entre otros; el uso de plataformas de big data y analítica avanzada para trabajar con esos datos perfilando los gustos e intereses de los turistas; la utilización de soluciones de inteligencia artificial –como los asistentes virtuales– que utilizarán estos perfilados o patrones para establecer un diálogo fluido y enriquecedor entre el turista y el destino; el crecimiento exponencial que supondrá el despliegue de redes 5G en cuanto a la posibilidad de interacción virtual con el entorno, y, cómo no, la multiplicación de los canales de comunicación y medios de pago a disposición del turista, donde el smartphone es ya una pieza clave e imprescindible.
Adicionalmente, no es posible ofrecer una experiencia de turista total al margen de los servicios públicos que se prestan en los destinos y que son compartidos también por los residentes, como el transporte público, los servicios de salud, la seguridad ciudadana, la oferta cultural y de ocio de cada destino, etc. Además, los gestores públicos de un destino turístico deben también garantizar el bienestar y la calidad de vida de unos ciudadanos que se ven sometidos a una cada vez mayor presión turística. Por tanto, cada vez será más necesario contar con soluciones tecnológicas que permitan realizar una gestión, orquestada y basada en datos, de los servicios públicos que se prestan a turistas y ciudadanos, como son las plataformas smart city vinculadas con sistemas integrales de gestión y planificación turística.
Como cualquier sector, y el turístico no es una excepción, la necesidad de avanzar en la transformación digital para la prestación de sus servicios es clave ya no solo para progresar, sino para no quedarse fuera de juego. Las grandes empresas y multinacionales del sector turístico, conocedoras de las ventajas que ofrece el uso de la tecnología, avanzan razonablemente bien en la transformación digital de sus negocios y alcanzan rápidamente cuotas de mercado envidiables. Sin embargo, muchas de las pymes que prestan servicios en el sector turístico se encuentran con grandes dificultades para aprovechar esta gran ola tecnológica. Es aquí donde entidades públicas como Red.es o Segittur deben seguir jugando un papel protagonista de liderazgo e impulso a la transformación digital.
El avance en la implantación de los 25 proyectos asociados a la primera convocatoria de Destinos Turísticos Inteligentes de Red.es nos permitirán dar un salto cualitativo en la oferta turística de mano de la innovación tecnológica. Por otro lado, la consolidación y el crecimiento de la Red Española de Destinos Turísticos Inteligentes impulsada por Segittur permitirá aprender, compartir buenas prácticas, acelerar y multiplicar la implantación de soluciones innovadoras por nuestros destinos turísticos.
España es líder indiscutible en el turismo mundial y todo apunta a que lo seguirá siendo en el futuro. Clientes, tenemos (83 millones anuales); también una oferta excelente y variada. Y, de la mano de la Administración General del Estado, de las comunidades autónomas y de las Administraciones locales, y con el apoyo de la Unión Europea, España cuenta con un plan estratégico bien armado y en continua revisión con un foco muy especial en la innovación y mejora continuas en el ámbito del turismo.
Desde el punto de vista tecnológico, uno de los retos principales será sin duda, y como comentábamos, la personalización de la experiencia del turista a través de las soluciones tecnológicas como big data o inteligencia artificial que permitan sacar conclusiones y marcar pautas partiendo de la información procedente de, entre otras áreas, la trazabilidad de los visitantes, la vinculación con sus redes sociales y herramientas de mensajería, y el patronaje del comportamiento.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad debemos cuanto antes alinearnos con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 8.9 la Agenda Urbana Española 2030 que vela por el desarrollo sostenible del turismo. Para ello habrá que dar una respuesta al debate abierto sobre la masificación y la turismofobia asociada, seguir trabajando las políticas públicas que permitan reducir la estacionalidad, apoyar medidas para reducir el consumo de energía y agua y fomentar el reciclaje a través de la incorporación de soluciones que permitan avanzar en la economía circular. Pero esto, per se, da pie a un análisis mucho más en profundidad.
Daniel Iglesias es Responsable de desarrollo de negocio en el área de ‘smart cities’ de Ibermática