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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Decálogo para el Gobierno que presidirá Sánchez

El presidente no podrá aguantar más de un año sin prórroga presupuestaria y debe priorizar objetivos

Desde 1978 España nunca ha tenido un Gobierno de coalición entre el principal partido de centroderecha (UCD, después Partido Popular) y de centroizquierda (PSOE). Ni tan siquiera ha gobernado uno con apoyo parlamentario del otro. Fracturada por ahora la derecha con la irrupción de Vox, Albert Rivera ansía ser el jefe de la oposición y conseguir un sorpasso a un PP que considera debilitado a pesar de su recuperación en las europeas, autonómicas y municipales. Se explora que Pedro Sánchez sea investido en segunda votación con la abstención de los 66 diputados del PP y 47 de Ciudadanos. De lo contrario, el líder del PSOE (123 diputados) debe ensamblar otro paquete de partidos para conseguir una mayoría simple. Serán necesarias concesiones a Podemos Unidas (47 diputados), ERC (15), JuntsXCataluña (7), PNV (6) y Bildu (4).

Las bases del PSOE quieren pacto con Podemos, pero los ministros y asesores moderados de Sánchez desean la abstención de PP y C’s y apuestan por el PNV y partidos nacionalistas constitucionalistas: Coalición Canaria (2 diputados), UPN (2) y uno del Partido Regionalista de Cantabria y Compromís. La abstención de PP, Ciudadanos y Vox (137 diputados) y el apoyo de PNV, Coalición Canaria, UPN, PRC y Compromís dejarían a Sánchez con 135 votos. Deberían abstenerse también los 26 diputados independentistas.

En cualquier caso, Sánchez no podrá gobernar más de un año sin prórrogas presupuestarias. Durante su segunda legislatura, debería priorizar las siguientes actuaciones. En materia presupuestaria, no son necesarios recortes adicionales. Hemos salido del procedimiento de déficit presupuestario excesivo. Del 8,9% que heredó el PP en diciembre de 2011, sus dos legislaturas y la del PSOE lo han reducido al 2,4% a finales de 2018. Después del incremento del salario mínimo y las pensiones de la pasada legislatura, aumentos adicionales deben limitarse al ascenso del IPC (0,5% hasta mayo).

España paga 0,55% por colocar su bono a 10 años, y los 79 puntos de prima de riesgo sobre el bono alemán, ambos mínimos históricos. No se conoce la identidad de los sucesores de Josep Borrell en Exteriores y Nadia Calviño en Economía, dos baluartes que frenaron la influencia de Podemos y el independentismo. En materia energética, debe fomentarse el gas natural como el hidrocarburo puente hasta el desarrollo tecnológico pleno de las renovables.

La educación requiere una apuesta por la meritocracia y la adopción plena del modelo alemán de formación profesional. La colaboración entre sector público y empresas en Alemania asegura una plaza de prácticas a técnicos que no necesitan carrera universitaria. Las provincias en España y los consejos comarcales y vegueries en Cataluña son fuente de patronazgo político de necesaria supresión. Urge la eliminación de los festivos locales. Sumados a los estatales y autonómicos, posibilitan puentes cuyo coste en mayores emisiones de gases invernadero, accidentes viales y menor productividad supera con creces el beneficio al turismo interior. El índice de salud de Bloomberg de 2019 –basado en datos de la ONU, Banco Mundial y OMS– ha situado a España en el primer lugar del mundo. Nuestra esperanza de vida es asimismo líder en la UE. Se ahorraría excluyendo de nuestra sanidad pública a no comunitarios ricos o de estados de la UE cuyo PIB per cápira supera el nuestro (25.130 euros).

Debemos sumarnos al núcleo duro de la eurozona para diseñar un mecanismo que mezcle formación en origen de inmigrantes cualificados y acogida reglada de refugiados de guerra. España debe mantener el máximo nivel posible de financiación de los fondos estructurales, regionales y de la Política Agrícola Común en la negociación de la perspectiva financiera 2021-2027. El cheque del divorcio del Brexit de 40.000 millones de euros debe asignarse a infraestructuras transeuropeas de transporte y energéticas, I+D+i y formación. Debe mantenerse la inversión en defensa, no solamente porque es un compromiso de la OTAN, sino porque Rusia y China siguen armándose a nivel convencional y ejecutando ciberataques. Aflorar la economía sumergida es asignatura pendiente en materia laboral, porque roba a la hacienda de recursos y daña la imagen de España, cuyo paro real –el oficial es 13,8%– no supera el 7% en las Comunidades Autonómas más ricas.

El avance tecnológico propiciado por la automatización, el uso de robots y la inteligencia artificial destruirá millones de empleos a nivel mundial. Formar a los vulnerables evitará que se amplíe la brecha digital y económica que alimenta el populismo y recortaría la alta tasa de desempleo juvenil y en las CCAA más pobres. Dicho decálogo no requiere inversión ni gasto adicional, pero si la valentía política para eliminar estructuras y procedimientos improductivos. España tiene muchos activos.

Pero adolecemos de la capacidad de trabajar en equipo de manera sostenida para la consecución de objetivos que trascienden el interés personal. Leyes que premien la filantropía facilitarían que nuestro talento genere más sinergias y beneficios públicos y privados.

Alexandre Muns es Profesor de OBS Business School

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