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Política monetaria

Draghi alerta del daño de la guerra comercial y retrasa la subida de tipos hasta junio de 2020

Reconoce que el BCE contempla todas las opciones; retomar el programa de compras de deuda o rebajar la facilidad de depósito

El presidente del Banco Central Europeo (BCE) , Mario Draghi.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE) , Mario Draghi. EFE

El Consejo de Gobierno del BCE ha dado hoy una respuesta contundente al creciente desafío que supone la desaceleración económica y la tensión comercial, que amenaza con acelerar la llegada de una próxima recesión. La institución ha decidido retrasar hasta al menos el primer semestre de 2020 una posible subida de los tipos de interés en la zona euro, frente al horizonte anterior que marcaba finales de este año como fecha.

"El Consejo de Gobierno espera ahora que los tipos de interés oficiales del BCE se mantengan en los niveles actuales al menos hasta el primer semestre de 2020 y en todo caso durante el tiempo necesario para asegurar la continuación de la convergencia sostenida de la inflación hacia niveles inferiores, aunque próximos, al 2% a medio plazo", señala la institución en el comunicado difundido hoy. 

El BCE también ha insistido en que seguirá reinvirtiendo de forma íntegra la deuda en balance que vaya venciendo por un tiempo prolongado tras el inicio de la subida de tipos, lo que garantiza la continuidad de las compras de bonos más allá de 2020.

El BCE ya reaccionó el pasado marzo, cuando decidió retrasar la fecha para una posible subida de tipos a finales de este año como pronto, lo que vino acompañado de su significativo recorte en la previsión de crecimiento y del anuncio de una nueva ronda de liquidez condicionada a la concesión de crédito, la tercera, con la que garantizar la financiación de empresas y particulares en un momento de declive económico. Pero desde marzo, la inestabilidad generada por la tensión comercial se ha agravado, ante lo que el BCE ha dado un paso más allá al retrasar de nuevo el horizonte para un alza de tipos.

Draghi ha reconocido que, a pesar del buen dato de crecimiento del primer trimestre en la zona euro, la información más reciente muestra que la perspectiva económica se ha deteriorado y ha citado a factores geopolíticos y al proteccionismo comercial. Ha apuntado directamente a la incertidumbre que sufre en especial el sector manufacturero.

El BCE ha ajustado ligeramente las estimaciones de crecimiento para este año y los dos siguientes. Ahora prevé un alza del PIB en 2019 del 1,2%, frente al 1,1% de marzo; del 1,4% en 2020, desde el 1,6% anterior, y del 1,4% en 2021, frente al 1,5% pronosticado hace tres meses. También ha ajustado las previsiones de inflación, que suben una décima para este año, del 1,2% avanzado en marzo al 1,3%. El IPC estimado para 2020 es del 1,4%, una décima menos que en marzo, y el de 2021, del 1,6%, que se mantiene sin cambios. 

En rueda de prensa, Draghi ha justificado la extensión en un semestre del horizonte para un alza de tipos en "la prolongación de la incertidumbre frente a lo visto en marzo", con una mayor tensión comercial, el Brexit y vulnerabilidades en algunos países emergentes. Y ha citado además que el mercado está percibiendo la amenaza proteccionista como "un fenómeno más amplio", que supone romper con el sistema de comercio global surgido tras la Segunda Guerra Mundial. "¿Estamos ante una ruptura del orden mundial? Espero que no, pero tenemos que analizar la situación seriamente y estar preparados", ha justificado Draghi. 

La dificultad de prever el alcance que tendrán las actuales incertidumbre se refleja, según ha reconocido Draghi, en que algunos miembros del Consejo del BCE han comentado la posibilidad de recortar aún más el tipo de la facilidad de depósito, de volver al programa de compra de deuda o de extender aún más en el tiempo el horizonte para el alza de tipos. "La clave es ver cuánto tiempo puede la economía aislarse del deterioro de la actividad manufacturera", ha afirmado Draghi, y en ese sentido, el BCE ha de disponer de todos los instrumentos necesarios. "Sin duda, el BCE tiene margen de maniobra y dispone de todas las herramientas necesarias" para hacer frente a las actuales incertidumbres, ha defendido Draghi. 

El presidente del BCE ha mostrado su inquietud por el deterioro de las expectativas de inflación en la zona euro y si bien ha señalado que no hay probabilidad de deflación, sí ha afirmado que la probabilidad de una recesión "es baja". También ha insistido en que Italia debe reducir su deuda y presentar al Consejo Europeo "un plan a medio plazo que sea creíble". 

Nueva línea de liquidez a la banca

El BCE ha anunciado hoy también los detalles sobre esas líneas de financiación TLTRO a la banca, que comenzarán en el mes de septiembre, a un plazo de dos años. Ha decidido que el tipo de interés para cada subasta se fijará en 10 puntos básicos por encima del tipo medio de las operaciones principales de financiación. Para las entidades que cumplan con los objetivos de concesión de crédito, el tipo de interés será sin embargo menor y podrá reducirse al tipo medio de la facilidad de depósito durante toda la vida de la operación más 10 puntos básicos.

Así, para la primera de las subastas que realizará el BCE, los bancos podrán obtener financiación al 0,1%, ligeramente más cara que en rondas anteriores, cuando era del cero. A cambio, recibirán una bonificación que podrá ser de un máximo del 0,3%, considerando  la facilidad de depósito actual del -0,4%. Las condiciones son por tanto algo más exigentes que en rondas anteriores, cuando el BCE concedió liquidez ilimitada al 0% con una bonificación del 0,4% -la equivalente a la facilidad de depósito- para los bancos que cumplen con los requisitos de concesión de crédito a empresas y particulares, con excepción de las hipotecas. 

El BCE no ha abordado la cuestión de cómo mitigar el impacto de los tipos negativos en la banca, después de que surgiera la posibilidad de eximir parte del exceso de liquidez de la banca de la penalización del 0,4% actual. Draghi enfriado tal opción y ha señalado que se ha analizado el impacto de los tipos negativos sobre la concesión de crédito (no sobre la rentabilidad de la banca) y "la conclusión es que no hay efecto". 

Con la decisión adoptada hoy, el BCE responde a las expectativas del mercado, que esperaban un nuevo mensaje acomodaticio, y sigue el tono avanzado este mismo martes por la Fed, que ha abierto la puerta a una rebaja de tipos en EE UU este año, modificando la hoja de ruta por la que hasta ahora está previsto que no haya cambios en 2019. La tensión comercial de hecho ha empezado a hacer huella en las economías asiáticas: Australia ha recortado tipos esta semana por primera vez en tres años e India también los ha rebajado.

En la zona euro, los inversores han empezado a contemplar un recorte en el próximo año, una tarea que quedaría para el sucesor de Draghi, que abandona la presidencia del BCE el próximo 31 de octubre. El objetivo de aproximar la inflación al 2% de una manera generalizada y sostenible está además lejos de alcanzarse. En el mes de mayo, los precios crecieron en la zona euro el 1,2% interanual, frente al 1,7% de abril –cuando se vieron impulsados por el efecto de la Semana Santa– y la inflación subyacente quedó en el 0,8%, desde el 1,3% del mes anterior. De hecho, las expectativas de inflación a 5 años dentro de 5 años –una referencia clave para el BCE– han caído desde el 1,5% a mediados de marzo hasta el 1,3%.

¿Cómo serán las nuevas líneas de liquidez?

El BCE celebrará una nueva subasta de liquidez para la banca condicionada a la concesión de crédito (TLTRO III) en septiembre de este año y lo repetirá cada trimestre hasta marzo de 2021. El objetivo es preservar las condiciones favorables para la obtención de financiación bancaria y asegurar que la banca canaliza los estímulos de la política monetaria del BCE. El interés será del 0,1% aunque los bancos podrán recibir una bonificación, que será de hasta 10 puntos básicos sobre el tipo de la facilidad de depósito. Esa máxima bonificación, que en los términos actuales sería del 0,3%, se aplicará si la entidad ha elevado su cartera de crédito el 2,5% a marzo de 2021.

Los bancos podrán solicitar un máximo de liquidez total equivalente al 30% de los créditos a cierre del mes de febrero de este año, sin incluir hipotecas. Aunque las peticiones que podrán hacer se reducen en la medida en que tengan pendiente la devolución de las líneas de liquidez anteriores, lo que penaliza en especial a bancos españoles e italianos, los que más financiación solicitaron. Las nuevas líneas de liquidez TLTRO III, a un plazo de dos años, no podrán devolverse de forma anticipada.

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