Un boletín meteorológico agitado para los mercados
La intensa actualidad política no debe ocultar los hechos económicos, que siguen siendo poco halagüeños
Hace tres semanas que no se habla de otra cosa… O casi. Con la guerra comercial como punta de lanza, el campo de la política acapara la atención de los inversores. Y el ritmo no ha disminuido. En cuanto a la guerra comercial, sigue habiendo mucha tensión, mientras que Estados Unidos podría añadir cinco empresas chinas de videovigilancia a la lista negra en la que, desde el 16 de mayo, se encuentra el gigante de la telefonía Huawei. Denunciando las “expectativas extravagantes” de Washington en las negociaciones, Pekín deja planear la amenaza de un embargo sobre las tierras raras. En efecto, China es el primer productor y refinador mundial de estos metales raros, como el neodimio o el escandio, muy utilizados en la industria para las pantallas de televisores, los sistemas de radar o los convertidores catalíticos. Además, Estados Unidos depende al 80% de las importaciones chinas de estos materiales que, por cierto, no se ven afectados por la subida de las tarifas aduaneras.
Esta cuestión estratégica proporciona a Pekín un medio de presión importante sobre Washington. Donald Trump ha calmado ligeramente las tensiones, afirmando que había «buenas oportunidades» de llegar a un acuerdo, en el que podría incluirse el estatus de Huawei. No obstante, la situación sigue siendo frágil.
En el ámbito político, Europa no se queda atrás. En el Reino Unido, Theresa May dejará su cargo mañana. Se mantiene la incertidumbre sobre su sucesión, a pesar de que Boris Johnson parece ser el favorito. Por otro lado, aunque tradicionalmente no es un catalizador importante para los mercados, el resultado de las elecciones europeas se ha analizado con atención. La temida oleada populista ha quedado limitada a ciertos países (Italia, Reino Unido, Francia, Hungría, Polonia) y, a pesar de que los partidos nacionalistas y soberanistas han conseguido casi una cuarta parte de los escaños, el voto habrá dado lugar, sobre todo, a un Parlamento Europeo muy fragmentado. Los juegos de alianzas serán fundamentales para definir su color político y la eventual evolución de la doctrina económica europea que podría derivarse de ellas.
Sin embargo, esta intensa actualidad política no debe ocultar los hechos económicos, que siguen siendo poco halagüeños. Si bien han sorprendido al alza en Francia, los PMI preliminares para el mes de mayo han decepcionado en Alemania, la zona euro y Japón, y se han desplomado en Estados Unidos. Los dos componentes del índice han caído y el PMI compuesto, que ha pasado del 53,0 al 50,9, ha alcanzado su nivel más bajo de los últimos tres años.
Aunque el resurgimiento de las tensiones comerciales explica en gran parte, sin duda, la disminución de la confianza de los dirigentes empresariales, esta nueva degradación de las perspectivas sobre la actividad resulta preocupante, a pesar de que hasta ahora Estados Unidos se mostraba bastante resistente frente a la ralentización global.
Es cierto que, en esta situación, la FED dispone de un margen de maniobra importante. Pero el tono de “esperar y ver” que emana del acta de su última reunión da a entender que no se precipitará en actuar. Entretanto, el boletín meteorológico para los mercados podría verse un poco agitado.
Olivier de Berranger es Director de Gestión de Activos de La Financière de l’Echiquier