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Las 'big four' demandan un pacto de Estado por el empleo y las pensiones

Deloitte carga contra el modelo laboral de la economía colaborativa

Pablo Monge
Pablo Sempere

La Seguridad Social sumó 211.752 nuevos afiliados en mayo, el mejor dato desde julio de 2007. Sin embargo, y sin despreciar las nuevas cifras de cotizantes, las big four siguen poniendo el foco en las que a su juicio son las necesidades más urgentes de la economía española: el paro, la temporalidad y precariedad laboral, la educación y el sostenimiento del Estado del Bienestar. Así lo afirmaron este martes los presidentes de Deloitte, EY, KPMG y PwC, en un encuentro organizado por la agencia Servimedia. 

"El Estado del Bienestar es un tesoro y está en peligro por la desigualdad y por el coste del mantenimiento del sistema. El sostenimiento es imprescindible si queremos seguir viviendo como hasta ahora", afirma Fernando Ruiz, presidente de Deloitte. Uno de los puntos clave, común para las cuatro consultoras, es atajar el paro. "Aunque los datos de hoy son positivos, seguimos siendo el segundo país de la OCDE en desempleo, por detrás de Grecia. Por eso creo que es necesario un pacto de Estado para solucionar la precariedad y la temporalidad del empleo juvenil", en palabras de José Luis Perelli, presidente de EY.

También sería necesario incluir en este gran acuerdo el tema de los salarios, recuerda Gonzalo Sánchez, presidente de PwC. "Las retribuciones son cada vez más bajas, y eso supone que las familias pierdan poder adquisitivo". La prueba de que algo no va bien son las consecuencias derivadas de estas dinámicas: "Hace un año, cerca del 40% de los directivos tenían la perspectiva de crear empleo. Hoy ese porcentaje está más cerca del 30%", señala Hilario Albarracín, presidente de KPMG.

El pacto de Estado por el empleo también debe ampliarse a la etapa del retiro. "En las pensiones hay que mirar al largo plazo, analizar la esperanza de vida, las nuevas formas de trabajo y los sectores que necesitan más refuerzos", apunta Gonzalo Sánchez. "También es vital definir cuanto antes qué tipo de sistema queremos y, sobre todo, qué nos podemos permitir", recalca José Luis Perelli.

Por eso, si la esperanza de vida ha aumentado en torno a 15 años en las últimas décadas, y si la pensión media se mueve alrededor de los 2.000 euros mientras que los salarios de los nuevos empleos están en torno a los 1.000 euros, "no es difícil darse cuenta de que nos adentramos en un callejón sin salida", señala Hilario Albarracín. Aumentar la edad de jubilación, acabar con la precariedad laboral y apoyarse en la inmigración son algunas de las fórmulas que proponen los expertos. "Hay que pensar en algo más que en los votos de los pensionistas", dice el presidente de Deloitte.

La fiscalidad es otra de las patas del Estado del Bienestar. Y tal y como apunta Fernando Ruiz, es necesario adecuarla al nuevo entorno tecnológico, para que el mundo digital contribuya al Estado en los mismos términos que el entorno analógico. "Hay que desarrollar nuevas fórmulas, y hay que regular los empleos digitales, porque si todos somos autónomos va a ser difícil sostener el sistema", prosigue Ruiz, en clara referencia a los empleos relacionados con la llamada economía colaborativa.

El papel del regulador

Las condenas y procesos judiciales abiertos en algunas de estas organizaciones por su papel auditor en bancos y empresas, sobre todo a raíz de la crisis financiera de 2008, han llevado a que las big four no estén en su mejor momento. Los cuatro directivos, pese a esto, aseguran que hay un desconocimiento generalizado sobre cuál es la labor de sus compañías. "En España, muchos se dedican a buscar culpables, pero la realidad es que hay una diferencia entre lo que la gente cree que sucede y lo que realmente sucede. No se acaba de comprender cuál es nuestro papel", señala Ruiz. En ese sentido, los directivos apelaron a "dejar de buscar culpables y mirar hacia delante".

En cuanto al debate surgido a raíz de que el ICAC pudiese integrarse en la CNMV, los presidentes de las big four no muestran inconveniente. Lo único necesario a este respecto, confirman los cuatro empresas de servicios profesionales, es que los reguladores estén dotados de los recursos y las capacidades suficientes para poder hacer su trabajo. Fernando Ruiz, eso sí, enfatiza en otro detalle: "Las firmas auditoras tenemos una actitud excelente. Nadie debería venir a nosotros pensando que hemos hecho las cosas mal a propósito".

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Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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