Los acreedores de Dia prorrogarán el crédito sindicado si la junta aprueba la ampliación
El préstamo, de 912 millones, vencía en mayo: la acción sube más del 6%
La víspera de la junta de accionistas clave para el futuro de Dia, la empresa ha pactado con los acreedores una prórroga en el crédito sindicado de 912 millones, cuyo vencimiento se retrasa hasta marzo de 2023. La operación, en todo caso, está condicionada a que la junta apruebe la ampliación de capital propuesta por el consejo y valorada en 600 millones de euros, según ha comunicado Dia a la CNMV.
Los bancos, alineados con el consejo ante la oferta del inversor ruso Fridman, ya indicaron en febrero su respaldo preliminar a una prórroga del préstamo sindicado, concedido el 28 de diciembre por los bancos pero que vence en mayo de este mismo año. La acción de Dia ha reaccionado con subidas, y gana un 6,39% hasta los 0,62 euros por acción.
No es la única condición. Los acreedores también exigen a Dia la venta, antes de abril de 2021, de Clarel y la cadena Max Descuento por al menos 100 millones de euros, y el grupo deberá obtener un Ebitda de al menos 174 millones en 2019 y en el periodo de 12 meses que concluye en junio de 2020. Además, Dia deberá traspasar a una filial tiendas que supongan al menos el 60% del Ebitda, y los bonos que vencen en 2021 tendrán que ser refinanciados también hasta 2023.
Con estos términos sobre la mesa, Dia conseguiría oxígeno financiero hasta el citado año 2023. La empresa afronta el próximo mes de julio vencimientos de bonos por 300 millones de euros, ante lo que necesita o bien una extensión del vencimiento (vía canje de deuda) o bien una ampliación de capital con la que hacer el pago. La empresa afronta también vencimientos de 300 millones en 2021 y 2023.
Sin refinanciación o inyección de capital, la empresa tendrá serios problemas para afrontar estos vencimientos. De hecho, el crédito obtenido en diciembre era tan vital para Dia que la empresa dispuso en el mismo momento en el que entró el dinero del 84% de los 895 millones de euros que le inyectaron. Menos de tres meses después, la empresa necesita de nuevo una extensión, pues no dispone de tesorería para afrontar este vencimiento en mayo.
De hecho, en caso de que la junta rechace la ampliación de capital, los acreedores estarían obligados a reclasificar su préstamo a Dia, que pasaría de vigilancia normal a vigilancia especial dentro de las categorías de los equipos de riesgos. En términos financieros, eso implicaría provisionar hasta un 25% de dicho préstamo, unos 220 millones de euros que irían directamente contra la cuenta de resultados de las entidades.
El crédito está firmado con una docena de bancos, pero el peso de cada una en la operación es muy desigual. Santander es el líder con alrededor de 500 millones. También están presentes, pero con importes inferiores Deutsche Bank, BNP Paribas, ING, Mitsubishi UFJ Financial Group (MUFG), Commerzbank, JPMorgan, CaixaBank, Barclays, Société Générale y BBVA. Estos tres últimos forman, junto con la entidad que preside Ana Botín, el G4 que negocia con Fridman.
Todo depende, en definitiva, de la junta de mañana. Si da luz verde a la ampliación de capital de 600 millones propuesta por el consejo y respaldada por los acreedores, Morgan Stanley se encargará de asegurar la operación, si se cumplen determinadas condiciones, incluyendo una fuerte reducción del endeudamiento neto. Esto abriría la puerta a la refinanciación definitiva de la deuda. La ampliación de capital, además de abortar la opa de Fridman, diluiría de forma abrupta el peso de éste en el capital: los planes de la empresa para asegurar la operación supondrán recortar en torno al 90% la participación de los accionistas actuales, lo que en todo caso complica el apoyo de dichos accionistas a los planes del consejo.
El plan alternativo es el planteado por Mikhail Fridman, que controla el 29% del capital y ha anunciado una opa sobre Dia a 0,67 euros. Solo lo hará si la junta rechaza la ampliación de capital propuesta por el consejo, y él, a su vez, se compromete a cubrir una ampliación de 500 millones siempre y cuando la banca refinancie el crédito.
La participación del 29% de Fridman y el hecho de que Goldman Sachs no acuda con su 4,387% hace que el magnate ruso sea el favorito en la junta. La sindicatura encabezada por el empresario canario Pedro Gómez-Pablos, con un 3,41%, también rechaza los planes del consejo, por lo que solamente una gran afluencia de accionistas puede tumbar los planes del consejo. Lo único seguro es que, al menos por el momento, las condiciones fijadas por las dos partes en liza son mutuamente excluyentes: si hay ampliación no hay opa, y viceversa. Todo se decidirá mañana.