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Distribución

Dia baraja ampliar capital por debajo del nominal y diluir un 90% a los accionistas actuales

Morgan Stanley negocia un precio mínimo para avalar la operación. Planea una reducción de su nominal a entre 0,1 y 0,01 euros por acción

El consejo de Dia ultima los detalles de su plan de salvamento para la compañía. Al tiempo que planea someter a la junta de accionistas la cacareada ampliación de capital por 600 millones preasegurada por Morgan Stanley, baraja plantear una reducción de capital. Conocida como una operación acordeón, el objetivo es facilitar a Morgan Stanley ejecutar la ampliación, pues previsiblemente se realizará por debajo del valor nominal actual de las acciones de Dia, de 0,1 euros cada una, y con un mínimo de 0,01 euros.

De obtener el visto bueno de la junta, supondría también una fuerte dilución de los actuales accionistas. Por ejemplo, para un precio de 0,099 euros por título, Dia tendría que emitir 6.060 millones de acciones nuevas, frente a los 622 millones actuales. La dilución para los accionistas presentes en Dia sería superior al 90% si deciden no acudir a la operación.

La reducción del nominal será planteada en la junta de accionistas como una obligación legal para que Dia recupere el equilibrio patrimonial que perdió la semana pasada, cuando entró en causa de disolución. En los puntos de la convocatoria se incluirá la necesidad de realizar una operación acordeón para reducir el capital social de Dia desde los actuales 62,2 millones de euros para compensar las pérdidas que han colocado los fondos propios en números rojos por 166,1 millones en el grupo consolidado.

Fuentes financieras explican que se plantea dejar un capital simbólico de 6,2 millones, de manera que el nominal por acción pasará a 0,01 euros frente a los 0,1 actuales. Es un requisito de la Ley de Sociedades de Capital, que al mismo tiempo abre la puerta a rebajar el precio por acción de la ampliación de capital, puesto que la normativa actual prohíbe que se vendan acciones por debajo de su nominal.

Cierto es que, al ser una operación con derechos de suscripción preferente, los actuales inversores de Dia no perderían, al menos de entrada, nada. Sus títulos se dividirían en acciones puras y duras, por un lado, y en derechos de suscripción preferente, por el otro, en el arranque de la operación. Pero estas macroampliaciones de capital suelen desatar una oleada de ventas en los derechos. Ya ocurrió con Bankia, cuando en mayo de 2013 emitió 7.910 millones de acciones, cuando antes tenía 19,9 millones. Los derechos se hundieron el primer día un 87,5% y concluyeron al final del periodo de suscripción a 0,01 euros, cuando habían empezado a 9,92.

Morgan Stanley ya puso como condición para asegurar la ampliación el pasado 28 de noviembre que se alcanzara un acuerdo entre Dia y el banco "sobre el precio de las acciones en el marco del aumento de capital". Así, la entidad estadounidense se dejará un gran colchón para no fallar.

Estructura de la operación

La primera fase implica que los actuales accionistas ejerzan su derecho de suscripción preferente. Para un importe de 600 millones de euros y un total de 622 millones de euros, tocan a algo menos de un euro por acción, cuando ayer esta cerró a 0,65 euros. Es probable que la operación no se cubra en esta primera fase.

La segunda vuelta es para los ya accionistas que hayan solicitado títulos adicionales en caso de que no se hayan adjudicado todos en la primera fase. Han de haber ejercido todos los derechos de suscripción preferente que les correspondieran por su participación y haber solicitado explícitamente a su intermediario comprar más. La cuestión está en que esos títulos adicionales se comprarían por el precio de emisión, sin necesidad de haber adquirido derechos de suscripción.

La tercera vuelta de la ampliación es la de la asignación discrecional y solo se abre si la empresa no ha conseguido el importe necesario en las dos rondas anteriores. Aquí entraría en juego Morgan Stanley como asegurador. El banco podrá vender las acciones a terceros inversores que se hayan interesado o a los que hayan convencido. Si no lo consigue, tendría que quedarse él con las acciones.

Una ampliación a menos de 0,1 euros por acción, en la que una buena parte de los nuevos títulos no fuesen suscritos en las dos primeras fases, disiparía cuaquier guerra de accionistas por Dia. O bien Morgan Stanley o bien el inversor que llevase de la mano al capital de la cadena de supermercados se quedarían en este supuesto con el control de la compañía. Y, en caso de superar el 30%, se verían obligados a lanzar una opa.

De hecho, la oferta de Letterone –a 0,67 euros por acción– decaerá automáticamente si la junta de accionistas aprueba esta ampliación y esta se ejecuta. Su plan es lanzar primero la opa y después negociar con la banca y ampliar capital por hasta 500 millones. La tercera opción es un pacto entre la cúpula y su accionista que inyecte el capital necesario para evitar entrar en concurso de acreedores antes de Semana Santa.

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