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El nuevo requiebro de Aramco es más racional de lo que parece

Está cambiando su estrategia de centrarse exclusivamente en proyectos nacionales para salir también al extranjero

Khalid al-Falih, presidente de Aramco y ministro de Energía saudí.
Khalid al-Falih, presidente de Aramco y ministro de Energía saudí.REUTERS

Aramco quiere salir otra vez por la tangente. La petrolera estatal saudí está cambiando su estrategia de centrarse exclusivamente en proyectos nacionales para salir también al extranjero, ha revelado su presidente, Khalid al-Falih, en el FT. Es una estrategia relativamente racional camuflada de descabellada.

El disfraz es bastante bueno, cierto es. La estrategia Vision 2030 del reino trata de que su economía deje de depender de petróleo y gas. Ir al extranjero tiene los riesgos de lo peor de ambos mundos: ignorar la amenaza inminente que supone el pico de demanda para los precios del crudo, al tiempo que lo produce en lugares más caros.

Aramco no es ajena a los cambios drásticos. Con su largamente esperada OPV estancada, se ha visto obligada por Riad a planificar el pago de 70.000 millones de dólares por el 70% de la química Sabic, del soberano Fondo de Inversión Pública. Apenas es un problema para Aramco, dado que la consultora Rystad Energy pronostica que lo normal es que sea capaz de generar más de 60.000 millones en flujo de caja anual después de inversiones. Pero probablemente no lo haría si el fondo no necesitara dinero para diversificar la economía saudí.

Aún así, hay algunas razones racionales para buscar en el extranjero. Si el enfoque foráneo se centrara en el gas más que en el petróleo, reduciría la huella de carbono saudí. En 2017, el gas representaba solo el 12% de las reservas de energía de Aramco, estima Rystad. Gran parte se utiliza para el consumo doméstico o potencialmente como materia prima para Sabic, por lo que la expansión en el extranjero sería una forma de estar al quite a medida que el gas natural licuado gana importancia. Y asociarse con grupos rusos como Novatek y Gazprom tiene un valor geopolítico dado que Rusia y Arabia Saudí dirigen en la práctica la OPEP, aunque el primero no sea miembro.

Puede que haya una razón última. Dado que se suele ver Aramco como un Estado dentro de un Estado, entrar en joint ventures extranjeras como petrolera internacional podría ser una forma de aislarse de la influencia de su propio Gobierno. Suponiendo, claro, que escoja los proyectos adecuados.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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