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Las estaciones de esquí salvan el inicio de temporada

El buen tiempo y el ocio alternativo compensan tímidamente la escasez de nieve

Una de las terrazas de Baqueira-Beret.
Una de las terrazas de Baqueira-Beret.

El pasado 1 de noviembre, la estación de Masella (Girona) abría sus pistas. Una fecha récord, que hacía presagiar una buena temporada de esquí, ya que ninguna estación de Pirineos había conseguido nunca comenzar el año tan temprano. Sin embargo, no está siendo así para la mayoría de la estaciones españolas, pues la falta de precipitaciones y las elevadas temperaturas han sido un quebradero de cabeza para muchas de ellas.

El director general de Nozar Hotels & Resorts, ubicados en Panticosa (Huesca) y Boí Taüll (Lleida), Martí Rafel, asegura que el desconcierto ha sido una de las principales complicaciones del inicio de temporada. “No es solo la falta de nieve, sino que lo que ocurrió en noviembre hacía presagiar todo lo contrario. Así que cuando llegó el puente de la Constitución, que es cuando suelen abrir la mayoría de las estaciones, los esquiadores no entendían nada”, apunta el directivo, quien asegura que no vivía un inicio de temporada así desde que existen los sistemas de producción artificial de nieve.

Es el caso de la estación Formigal-Panticosa, que no inauguró sus pistas hasta el pasado 26 de diciembre y cuyos primeros visitantes solo pudieron disfrutar de alrededor de 10 de sus 180 kilómetros abiertos. Los problemas se pudieron mitigar durante el mes de enero gracias al balneario de Panticosa, según reconoce Rafel, pero se han hecho más notables en enero. “Este tipo de negocios son complementarios, pero no sustitutivos de la nieve, aunque sí son una palanca importante, y en situaciones como estas, pueden tirar un poco del resto. De hecho, hemos crecido un 30% en ventas solo del balneario porque la gente, ya que está aquí, busca planes alternativos”, apunta Rafel.

Por el contrario, las estaciones que sí tenían nieve se han visto beneficiadas en cierta medida por esta situación. Es el caso de Boí Taüll, que abrió el primero de diciembre y llegó a los 30 kilómetros esquiables durante las Navidades. El director general de Nozar Hotels & Resorts comenta que ellos han crecido un 40% respecto al año anterior en el Pirineo catalán. Por su parte, desde Baqueira Beret, el director comercial de la estación, Xavi Ubeira, considera que “las Navidades han sido buenas porque la falta de nieve se ha compensado con mucho sol y un tiempo espectacular”. La estación más exclusiva de España inauguró temporada el primer fin de semana de diciembre y logró ofrecer más de 80 kilómetros de pistas (de sus 160) durante las vacaciones.

Las condiciones de las pistas no eran óptimas, pues el espesor de nieve rondaba los 40 centímetros. Sin embargo, los visitantes aprovecharon la situación para disfrutar del ocio alternativo de la estación, como el Moët Winter Lounge, que cuenta con sesiones de djs, y el restaurante 5 Jotas Grill. “Las terrazas han funcionado muy bien. Como no estaba todo abierto, la gente esquiaba un poco menos y luego disfrutaba del resto de actividades. Desde hostelería están muy contentos porque las cafeterías y los restaurantes estaban llenos”, alega Ubeira, aunque también matiza que si no hubieran llegado a ofrecer tantos kilómetros esquiables, no hubiera acudido nadie.

Por su parte, en Sierra Nevada, la estación que ofrece los mayores espesores de nieve (alrededor de los 150 centímetros), los efectos del anticiclón han pasado casi inadvertidos. “Hemos tenido un 75% de ocupación en diciembre, y en la segunda parte de las Navidades, que suele ser la más fuerte, hemos alcanzado un 95%”, explica desde la estación granadina la presidenta de Atudem (Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña), María José González, quien celebra la diversidad de opciones après-ski en todas las estaciones.

En el caso contrario se encuentra Valdesquí (Madrid), donde aún no han abierto sus pistas, si bien su temporada siempre es más tardía que en el resto. Hace tres años inauguraron la estación en marzo y el pasado año no cerraron hasta el 28 de abril, cuando solo permanecía operativa Sierra Nevada. “Lo bueno es que luego la gente disfruta tanto que lo aprovecha más”, comenta su responsable de marketing, Óscar Vallejo, quien culpa a la inversión térmica de que no se esté pudiendo producir nieve.

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