Las cinco amenazas que tienen en vilo a los directivos
Además del miedo a la cuenta de resultados, los ataques cibernéticos, la incertidumbre legislativa y la falta de talento preocupan a las empresas
La tecnología se ha convertido en la gran palanca que crea nuevos modelos de negocio, pero que a la vez genera nuevas amenazas que sobrevuelan sobre los directivos de las empresas. A los riesgos tradicionales, como las catástrofes naturales, que continúan siendo un desafío, se suma el riesgo cibernético, al mismo nivel que la angustia ante la pérdida de beneficios de una compañía. No en vano, el coste estimado anual de los delitos cibernéticos es de 600.000 millones de dólares (523.111 millones de euros), según datos del Center for Strategic and International Studies (CSIS). En este sentido, la seguridad de datos, los escándalos de privacidad y la introducción del Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea figuran entre las preocupaciones de las empresas, según detalla el barómetro de riesgos anual elaborado por la aseguradora Allianz. “Y esto hace que los gestores de riesgos y directivos permanezcan en alerta debido a determinados ataques que ha habido a nivel local en diferentes empresas, así como por la interdependencia de diferentes tecnologías, el uso de la nube, o las interrupciones de los sistemas informáticos que representan un importante riesgo”, detalla Juan Manuel Negro, director general de Allianz Global Corporate & Specialty en España, quien recomienda a los directivos realizar un estudio detallado sobre la estrategia de sus empresas. “Deben conocer bien el futuro de sus organizaciones, hacia donde se encaminan y cómo se diversifican, a la vez que se anticipan a futuros riesgos”.
El informe detalla una serie de amenazas que tienen en vilo a la clase ejecutiva.
1. Pérdida de beneficios. Es el principal desafío a nivel global, debido a los diferentes escenarios que pueden generar la disminución de ganancias, entre otras causas por la retirada de productos o por problemas de calidad, el terrorismo o los disturbios políticos, e incluso la contaminación medioambiental. Por ejemplo, la revuelta de los chalecos amarillos ha generado en Francia, según detalla Negro, más de mil millones de euros de pérdidas al comercio minorista que no pudo desarrollar su actividad. Y son los incidentes cibernéticos, como causantes de las pérdidas económicas, los más temidos por las empresas, seguidos por los incendios y las catástrofes naturales. Por ejemplo, un estudio de Swiss Re, en el que no se incluye en reciente tsunami de Indonesia, señala que los costes totales relacionados con catástrofes naturales alcanzaron en 2018 los 146.000 millones de dólares (128.496 millones de euros).
2. Ataques cibernéticos. El desvelo va en la misma proporción en la que se desarrollan e incrementan los métodos para robar datos, cometer fraude o extorsionar, además, según detallan en Allianz, de una creciente amenaza por parte de estados nacionales y coaliciones de grupos de hackers que tienen por objetivo a proveedores de infraestructuras clave o el robo de datos o secretos comerciales de valor de las empresas.
3. Cambios legislativos. La permanente incertidumbre acerca del Brexit, las guerras comerciales y los aranceles alimentan la preocupación por los cambios normativos. La evolución de los mercados, la volatilidad, la intensificación de la competencia son otras inquietudes que aparecen como novedad este año, según afirma Negro.
4. Nuevas tecnologías. Presentan oportunidades, incluyendo nuevas formas de gestionar el riesgo. No obstante, conforme aumenta el número de máquinas conectadas surgen dudas acerca de la seguridad, la protección de datos, la continuidad de negocio y la responsabilidad de terceros, así como la posibilidad de averías en infraestructuras clave. De esta manera, siguen materializándose consecuencias imprevistas, como la cancelación el pasado mes de diciembre de alrededor de mil vuelos en el aeropuerto de Gatwick (Reino Unido) por la presencia de drones. “Como en toda revolución, y la tecnológica es la que estamos viviendo, surgen amenazas complejas que se suman a las tradicionales, y que hay que considerarlas para poder mitigarlas”, afirma el directivo de Allianz, que deja entrever otro inconveniente como es la reputación de algunas empresas, en ocasiones en entredicho debido a la actuación de sus directivos, que con determinados comportamientos erosionan la imagen de las organizaciones, algo que se extiende con gran rapidez debido al papel que juegan las redes sociales.
5. Escasez de talento. La falta de mano de obra cualificada empieza a preocupar en las empresas, tanto a escala mundial como para numerosos países pequeños de Europa central y oriental, para Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Australia. “Están surgiendo nuevos puestos de trabajo o se están transformando otros, y existe amenaza ante la falta de cualificación o de preparación de los profesionales ante la demanda de los nuevos modelos productivos”, señala Negro.
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