El auge de la inversión alternativa
Apostar por las renovables, el inmobiliario o el capital riesgo seguirá teniendo tirón en 2019
En el contexto actual de tipos de interés y ante la volatilidad de los mercados financieros, las inversiones alternativas siguen ganando peso en las carteras por sus atractivas rentabilidades y su descorrelación con otras clases de activos. Sin embargo, como en cualquier tipo de inversión, es fundamental entender sus ventajas e inconvenientes, además de explorar cuál es la mejor manera de acceder a ellas en función del perfil de riesgo y tipo de inversor.
La situación de los mercados presenta un reto complicado a la hora de conseguir rentabilidad en las carteras. Esto explica el aumento de la exposición a activos alternativos, especialmente los no cotizados, cuyo valor es el intrínseco del negocio y no depende de los consensos de precio de un mercado difícil de interpretar. La tendencia en la industria europea se confirma con un crecimiento del capital invertido en alternativos de más del 15% en los últimos dos años. En A&G las carteras de los clientes con apetito por alternativos ya cuentan con un peso aproximado del 10% en este tipo de inversiones.
Los principales activos alternativos que despiertan interés entre nuestros clientes y ofrecen oportunidades atractivas son las energías renovables, inversiones inmobiliarias en sus diferentes vertientes y el capital riesgo. Cada tipo de activo presenta sus particularidades y merece la pena analizar su situación con detenimiento.
El escenario de las energías renovables ha cambiado totalmente. La evolución tecnológica ha abaratado radicalmente los costes asociados a la producción de energía hasta el punto de no depender de subvenciones para obtener buenas rentabilidades. La fotovoltaica en particular resulta especialmente interesante, no solo porque es la tecnología más eficiente, sino porque además España es el país europeo con mayor radiación solar. Por otro lado, son inversiones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente cuyo crecimiento en los próximos años es evidente en parte por el respaldo de la Unión Europea. Se posicionan como una opción muy interesante ya que se tratan de activos reales y necesarios, que generan flujos de caja predecibles, poco volátiles y cuyos riesgos, principalmente el riesgo del precio de la electricidad, se pueden mitigar a través de contratos de compraventa (PPA–Power Purchase Agreement).
La inversión inmobiliaria es el activo alternativo más consolidado y su presencia en carteras tanto de inversores institucionales como particulares ha ganado mucho peso. Resultan atractivos por tratarse de activos reales y relativamente sencillos de entender, que muestran dinámicas interesantes en cuanto a su descorrelación con otras inversiones. El sector inmobiliario ofrece actualmente un gran abanico de posibilidades y estrategias que permiten adecuar el nivel de riesgo y conseguir diversificar en base a tipo de activo (oficinas, residencial, comercial, logístico, etc.), localización y objetivo (i.e. generación de caja recurrente, búsqueda de plusvalías a través de la promoción o reformas con valor añadido). Sin embargo, es importante destacar que el mercado inmobiliario ha llegado a un punto de madurez donde encontrar oportunidades que generen buenas rentabilidades, ajustadas al nivel de riesgo y liquidez, se convierte en una tarea difícil. En consecuencia, y en búsqueda de oportunidades, durante el año 2018 han ganado protagonismo otras inversiones inmobiliarias como el logístico, las residencias de estudiantes y de ancianos, o el coliving.
También el capital riesgo ofrece unas perspectivas de rentabilidad y riesgo interesantes a través de la participación en empresas no cotizadas. El potencial de estas inversiones reside principalmente en la capacidad del equipo gestor de hacer crecer las compañías, optimizar su financiación y maximizar su venta. Para inversores privados el capital riesgo no ha sido una clase tan accesible por las inversiones mínimas requeridas y su limitada liquidez.
A la hora de invertir en alternativas existen numerosas opciones, desde grandes fondos y empresas cotizadas, que permiten ganar exposición a este tipo de activos directa o indirectamente, hasta gestoras de menor tamaño con un alto grado de especialización. Las inversiones alternativas en directo requieren gran conocimiento y dedicación y generalmente no son recomendables para inversores no especializados. Por ello, participar a través de un vehículo o fondo de inversión, delegando las tareas fundamentales en el equipo gestor, puede ser una opción atractiva para inversores particulares. La labor del equipo gestor incluye la supervisión y mitigación de riesgos, identificación de oportunidades, así como la diversificación y estructuración del vehículo. Un buen equipo gestor con experiencia es fundamental ya que además del valor añadido que aporta, garantiza la consistencia de la estrategia de inversión.
Las inversiones alternativas seguirán ganando fuerza en 2019 como oportunidad para obtener mayores rentabilidades y descorrelación en las carteras. Sin embargo, al ser una clase heterogénea que requiere una gestión activa e intensa, el inversor debe profundizar sobre las diferentes estrategias y valorar a los equipos gestores para encontrar aquella combinación que se adapte mejor a sus necesidades y expectativas.
Alejandro Núñez es Director de AIGA Advisory, A&G Banca Privada