Cepsa planea emitir hasta 1.000 millones de euros en bonos a inicios de 2019 con rating de inversión
La compañía diversificará así sus fuentes de financiación La nota es preliminar y la colocación está prevista para enero
La salida a Bolsa no pudo realizarse porque se alinearon todos los elementos en contra de Cepsa. El Ibex se hundió y el precio del crudo sufrió. Pero el plan de la petrolera de diversificar sus fuentes de financiación, como se recogía en el folleto de la oferta (OPV, en la jerga), se mantiene. Fuentes financieras señalan que el objetivo es realizar una emisión a inicios del próximo año por entre 500 y 1.000 millones de euros con un rating de inversión: de BBB- o un escalón por encima, BBB.
La deuda de la compañía se disparó en el primer semestre del año un 74,2%, hasta los 3.001 millones, desde los 1.722 de diciembre por la compra del 20% de una concesión de dos campos petrolíferos en Abu Dabi por un periodo de 40 años.
Cepsa, que ha cotizado en Bolsa desde 1929 hasta agosto de 2011, nunca ha tenido rating ni deuda cotizada. Esta situación cambiará, aunque no hay prisa para ejecutar la colocación.
Las fuentes consultadas anticipan que previsiblemente se lanzará a inicios de 2019, con enero como mes con más papeletas.
Los bancos llamados a ser contratados
El sindicato de la OPV. Aún no están fichados, pero lo lógico es que la mayor parte de los bancos que estuvieron en el proceso fallido de salida a Bolsa estén en la emisión de deuda. En la lista estaban Bank of America Merrill Lynch, Citi, Santander, Morgan Stanley, Barclays, BNP Paribas, First Abu Dhabi Bank, Société Générale, UBS, BBVA y CaixaBank. Allen & Overy y Clifford Chance se ocuparon de la parte legal.
Ojo al precio. Las caídas del precio del crudo se han debido al alza de los inventarios, al desacuerdo para reducir la producción y a las previsiones de la OPEP. El cártel estima una caída de la demanda mundial del crudo de 1,1 millones de barriles diarios en 2019. Esta cifra coincide con la última propuesta de Arabia Saudí, que insiste en recortar un millón de barriles diarios para equilibrar el mercado. Si se cumplen los cálculos de la OPEP, que se reúne el 6 de diciembre, para 2019, la demanda de crudo del grupo caería por tanto en dos millones de barriles diarios respecto a la de 2017.
El pasado lunes, en una conversación con periodistas durante la feria del petróleo Adipec que concluye hoy en Abu Dabi, el consejero delegado de Cepsa, Pedro Miró, explicó que la compañía está negociando con las tres agencias de rating –Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch– con el objetivo de emitir deuda en un futuro próximo. Aunque no confirmó ni el importe ni la fecha, sí anticipó que el objetivo es ampliar la duración media de su financiación.
Una parte importante del pasivo, que en términos brutos ascendía a 3.741 millones a cierre de junio y que pagaba un tipo de interés medio del 2,45%, vence a partir de mayo de 2021: el 89% del total, con un porcentaje relevante en 2023. La emisión será por un mínimo de 500 millones de euros, como publicó CincoDías el martes, pero las fuentes financieras consultadas elevan el importe potencial hasta los 1.000 millones de euros. Es decir, Cepsa podría llegar a amortizar un tercio de su deuda puramente bancaria y convertirla en bonos cotizados.
El rating preliminar otorgado por las agencias oscila entre BBB- (en la nomenclatura de Standard & Poor’s y de Fitch, y de Baa3, en la de Moody’s), el umbral que separa el rating de inversión del especulativo, y el de BBB o Baa2, según fuentes conocedoras del proceso de calificación.
El importe definitivo de la emisión dependerá del apetito en el momento de realizar la colocación. La intensa labor de presentaciones (road show, en la jerga) entre potenciales inversores con motivo de la fallida OPV es un elemento que permitirá activar la emisión con absoluta rapidez, pues las entrañas de la empresa son de sobra conocidas por los potenciales compradores de la deuda. Una portavoz confirma “la compañía está en conversaciones con las agencias de rating y que realizará la emisión cuando las condiciones del mercado sean las adecuadas”.
“Para un emisor nuevo, este entorno de mercado con el petróleo cayendo no es el más idóneo. La compañía tiene un buen nombre y habrá una buena acogida pero deberán elegir muy bien el momento”, explica el responsable de mercado de capitales de una entidad extranjera. Cepsa ya decidió el pasado 15 de octubre suspender su salida a Bolsa a tres días del estreno con el argumento de que “los acontecimiento económicos internacionales más recientes han sembrado una gran incertidumbre en los mercados”.
La situación no ha mejorado desde entonces y siguen pesando con fuerza en el ánimo de los inversores factores como la desaceleración de la economía global, el proteccionismo de EE UU, el brexit o el desafío presupuestario de Italia. Se añade además un nuevo factor de incertidumbre especialmente sensible para Cepsa: la caída del precio del petróleo.
El barril Brent se ha hundido el 24% desde inicios de octubre, cuando marcó máximos desde el mismo mes de 2014 a más de 84 dólares. El descenso se ha acelerado tras la falta de acuerdo entre los países de la OPEP y los socios que no forman parte del cártel para volver a reducir la producción. Con todo, ayer subió en torno a un 2%, hasta situarse por encima de 66 dólares.