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Diez planes de miedo en Ciudad de México

De marcha entre calaveras y esqueletos gigantes, en cementerios muy, muy serios o en una calleja encantada La capital chilanga se llena de color y algarabía para celebrar tradiciones ancestrales, casi impermeables a Halloween

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El Día de Difuntos, México, incluida su fascinante y gigantesca capital, se transforma en un país de zombis, donde muertos vivientes y vacilonas calacas –calaveras o esqueletos– toman las calles. La muerte –el renacer en otra vida– se convierte en una fiesta para honrar a los seres queridos que ya se fueron. Tradiciones cristianas y prehispánicas se mezclan.

A los muertos se les dedican altares y calaveritas –coplas burlonas–, se les lleva llamativas flores de cempasúchil de intenso color naranja, se les agasaja con sus platillos favoritos y con dulces de chocolate y aroma a vainilla y canela, el más típico, el dulce de tejocote –manzana de Indias– que se adereza con canela y clavo; se brinda con tequila o con mezcal, tan de moda ahora.

Costumbres prehispánicas y cristianas se mezclan en esta celebración ancestral

Necesitará bastantes días para conocer la apasionante Ciudad de México, la ciudad de los palacios, con su bellísimo casco histórico, donde destaca el Palacio Nacional, la catedral y el inmenso Zócalo; perderse en sus grandes y modernas avenidas, como Reforma, pobladas de rascacielos; adentrarse en sus templos precolombinos, como el Templo Mayor, al lado de la catedral cristiana, o las ruinas de Teotihuacán; recorrer sus barrios más bohemios y chic, como Condesa o Roma, o los más pijos, como Polanco, y visitar sus increíbles museos, como el Arqueológico o el de Arte.

Si pasa el puente de Todos los Santos en la capital chilanga –así se conoce a la ciudad–, estas son nuestras sugerencias para pasar unos días de miedo. La fiesta de los muertos, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, comienza este año el 27 de octubre y termina el 2 de noviembre.

Desayuno de miedo

Para afrontar con energía los días de fiesta, nada mejor que comenzar con un desayuno a la mexicana en Chilakillers (Avenida Ermita, 23). Especialistas en este plato tradicional a base de tortillas de maíz cortadas y fritas –chilaquiles– y cocinadas con pollo, cochinita pibil, huevo estrellado y crema –queso– y diferentes salsas. Las más famosas de chiles rojos o verdes, tan picositas como para resucitar a un muerto.

Desfile de película

Un alebrije (figura alegórica) en el Zócalo.
Un alebrije (figura alegórica) en el Zócalo.GettyImages

Calaveras monumentales, carros alegóricos y catrinas –los icónicos disfraces de calaveras– recorrerán el Paseo de la Reforma desde la Estela de Luz con dirección al Zócalo –donde se instalan ofrendas florales– el próximo sábado 27 de octubre. Esta es la tercera vez que se celebra esta marcha inspirada en las escenas que se rodaron para la película Spectre de la saga de James Bond. El desfile es, además, una evocación a las etapas de la historia de México desde la época prehispánica hasta la actualidad.

Ofrendas mágicas

Uno de los típicos altares en honor de los muertos.
Uno de los típicos altares en honor de los muertos.

Al sur de la capital y a una hora en coche está el pueblo mágico –un distintivo que otorga el Gobierno de México a localidades que tienen alguna singularidad– de San Andrés de Mixquic, famoso por sus ofrendas florales en los panteones –cementerios– y las veladoras –velas– con que se adornan.

Ir al cielo

A unos 50 km de Ciudad de México está el recinto arqueológico de Teotihuacán. Anímese a contemplar las imponentes pirámides y el valle de la enigmática ciudad de los diosos desde el aire en un increíble paseo en globo al amanecer. Una experiencia mágica que no le defraudará. El madrugón vale mucho la pena. Desde 140 euros por persona en Sky Balloons.

Vuelo en globo sobre las ruinas de Teotihuacán.
Vuelo en globo sobre las ruinas de Teotihuacán.

Después del vuelo, la visita a las ruinas es obligada (unos 4 euros) para descubrir, ¿cómo no?, la Calzada de los Muertos que une los templos del Sol y de la Luna –se puede subir a ambos–; el templo de la Serpiente Emplumada, Quetzalcóatl y el palacio de Quetzalpapaloltl. Esta antigua metrópoli precolombina fue una de las más importantes de la época hasta su desaparición en el siglo VIII.

Comida de dioses

Entre visita y visita haga un alto para conocer la auténtica y alta cocina mexicana, distinguida por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. En el restaurante Azul Histórico (Isabel la Católica, 30) ubicado en un magnífico y precioso edificio colonial, atrévase a probar los sabrosos chapulines –saltamontes– y los deliciosos escamoles –larvas de hormiga– o váyase a platos más clásicos como enchiladas de mole negro, tacos de lechón o carne enchipoclada.

Una calaverita o copla popular sobre una lápida ficticia.
Una calaverita o copla popular sobre una lápida ficticia.

Muñecas diabólicas

A solo 25 km al sureste de México esta Xochimilco. Una zona lacustre, llena de canales, con mucho ambiente, muy visitada por los turistas y que ha dado pábulo a muchas leyendas. Una de ellas es la de la llamada isla de las muñecas.

En uno de los múltiples islotes conocidos como chinampas, se atrincheró un hombre despechado por su amada y se dedicó a colgar muñecas en los árboles y en su casa –algunas decapitadas– creando una imagen tétrica del lugar. Embárquese en una trajinera –las pintorescas barcas que recorren los canales– y déjese hechizar por el encanto del lugar.

Momias reales

Un antiguo convento del siglo XVII regentado por la Orden de los Carmelitas es hoy el Museo de El Carmen. Ubicado en el aristocrático barrio de San Ángel, también al sur, es conocido como el museo de las momias ya que allí se exponen los restos momificados de antiguos monjes y benefactores cuya antigüedad data de hace más de 300 años. Tiene una importante colección de murales, pinturas y retablos. Entrada 3,5 euros.

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Rotonda de ilustres

En el Bosque de Chapultepec, uno de los pulmones de la ciudad, está el Panteón de Dolores y dentro de él, la llamada Rotonda de las Personas Ilustres. Allí descansan los restos de más de un centenar de personalidades de la vida cultural, artística y política de México, entre ellos, Diego Rivera y Agustín Lara. Cada tumba tiene su historia y son una muestra del arte funerario. No busque allí al prócer de la patria Benito Juárez. Su mausoleo está en el Panteón de San Fernando, en el centro histórico y uno de los más antiguos de la ciudad.

Callejón del susto

Su nombre real es el Callejón del Aguacate en Coyoacán. Largo, estrecho y oscuro, es un escenario perfecto para leyendas de todo tipo. Las más famosas, las del niño llorón y la del alma en pena de la niña engañada por el diablo en un falso truco o trato.

Altares en honor de los muertos, coplas irónicas para burlar a la calaca, dulces típicos y disfraces de catrinas

Al ritmo de mariachis

No puede terminar la fiesta sin acercarse hasta la plaza Garibaldi, también en el centro de la ciudad, famosa porque allí se concentran los mariachis y por la popular cantina Tenampa, fundada en 1925. Ojo a los carteristas y evite las últimas horas de la noche.

Edificio del hotel Barceló México Reforma sobre unas de la arterias más espectaculares de la ciudad, el Paseo de la Reforma.
Edificio del hotel Barceló México Reforma sobre unas de la arterias más espectaculares de la ciudad, el Paseo de la Reforma.

Un clásico en la mejor zona

Alojamiento. En una ciudad como México, donde las distancias son enormes y el tráfico, infernal, conviene elegir bien el alojamiento. El hotel Barceló México Reforma tiene una magnífica ubicación en el número 1 del vertiginoso y bonito Paseo de la Reforma, que le permite ir caminando hasta el centro histórico.

Un plus. El moderno spa del cinco estrellas está equipado con zona wellnes, piscina climatizada, salas de masaje y de belleza, sauna y zona de vapor.

Un must. Su acogedor restaurante El caballito es ideal para cenar a la carta y conocer la cocina tradicional y de autor de México.

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