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S&P mantiene el rating de España ante las buenas perspectivas económicas

La agencia de calificación lo sitúa en A- con perspectiva positiva Podría elevar la nota si continúa el proceso de consolidación fiscal o disminuye la tensión en Cataluña

Agencia de calificación S&P.
Agencia de calificación S&P.

S&P mantiene el rating de España en A- con perspectiva positiva ante las buenas perspectivas de la economía del país. La agencia de calificación subraya que, a pesar de los nuevos objetivos presupuestarios, el déficit continúa a la baja. Asimismo, considera que el PIB nacional seguirá creciendo por encima de los niveles de la eurozona en el periodo 2018-2021.  

La perspectiva positiva supone que la agencia de calificación deja la puerta abierta a subidas de la nota en los próximos 18 meses si el proceso de consolidación fiscal continúa en línea con sus expectativas, si España acelera el pago de la deuda externa o disminuyen las tensiones por el conflicto catalán.

La agencia de calificación estima un crecimiento económico para el país del 2,8% en 2018, que se moderará entre 2019-2021. Además, subraya la falta de apoyo parlamentario del Gobierno que le dificultará llevar a cabo reformas políticas, incluyendo nuevas reformas estructurales. Por último, S&P considera que las tensiones con Cataluña se mantendrán por el momento.  

La decisión de S&P de no modificar el rating español cumple con las expectativas de los inversores, que no esperaban ningún cambio. La revisión de la calificación financiera de España es la primera que realiza la agencia con Pedro Sánchez como presidente, en un momento en que el Ejecutivo está intentando superar las dificultades que plantea gobernar con tan solo 84 diputados en el Congreso y en que han comenzado a surgir revisiones a la baja de las previsiones de crecimiento para este año de la economía española. El Gobierno mantiene su estimación de alza del PIB en 2018 del 2,7% y ha quitado hierro a la posibilidad de una rebaja que por el momento no se contempla. 

En los últimos días sí han recortado sus previsiones de crecimiento para España AFI, que prevé un alza del PIB del 2,6% este año, tres décimas menos de lo que estimaba a mediados del ejercicio, y el panel de Funcas, que ahora contempla un crecimiento del 2,7%, en línea con el pronóstico del Ejecutivo.

S&P decidió el pasado mes de marzo elevar el rating de España a “A-“, con perspectiva positiva, una decisión que impulsó la compra de deuda soberana española por parte de los inversores más conservadores, como es el caso de los asiáticos. Esa calificación se unía al “A-“ que había concedido Fitch en el mes de enero, que también subió un escalón el rating, con lo que ya eran dos las agencias internacionales de calificación que concedían a España una nota de A, el umbral en el que se mueven los emisores más solventes. En abril, la agencia Moody’s también elevó el rating de España un escalón, hasta “Baa1”, con perspectiva estable.

La prima de riesgo española ha repuntado desde marzo, en que se movía en niveles entorno a los 70 puntos básicos, hasta los 105 puntos básicos actuales. Este avance se ha visto propiciado especialmente por la inquietud respecto al nuevo gobierno en Italia, a lo que se han sumado las turbulencias por la amenaza de guerra comercial y, en mucha menor medida, cierta inquietud ante el cambio de Ejecutivo en España. Todo ello con el contexto de fondo de la retirada de estímulos del BCE.

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